Atom: The Beginning 2

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Edición original: Atom: The Beginning VOL.2 (アトム ザ・ビギニング), Shogakukan 2015.
Edición nacional/ España: Milky Way Ediciones 2017.
Guión: Masami Yūki y Macoto Tezka (supervisión).
Dibujo: Tetsuro Kasahara.
Traducción: Marc Bernabé.
Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta 196 páginas.
Precio: 8,50€.

 

Ya han pasado dos meses desde la publicación del primer tomo de Atom: The Beginning y siguiendo el calendario de publicaciones de Milky Way, este comienzo del mes de julio ya nos ha permitido leer el segundo volumen de este genial manga que nos narra la historia del nacimiento de Atom, más conocido por estos lares como Astroboy, el mítico personaje creado por Osamu Tezuka. La obra, firmada por Masami Yūki y Tetsuro Kasahara, actúa a modo de precuela de la original de Tezuka, y nos cuenta la historia de Umatarô Tenma e Hiroshi Ochanomizu, dos jóvenes genios de la facultad de robótica de la afamada Universidad de Nerima, con el proyecto de desarrollar un robot con “corazón” que supere a través de ellos las limitaciones que imponen los sistemas de inteligencia artificial.

El tomo anterior culminaba con la presencia de Tenma y Ochanumizu, junto a la hermana de este último, Ran, en pleno desarrollo de una competición de lucha libre de robots a la que habían presentado a su gran creación: A-106/Six, el primer autómata al que le habían implantado con éxito el Sistema Bewusstsein. El objetivo era bastante evidente para cualquiera que sepa las dificultades para conseguir subvenciones económicas de la Universidad de Nerima a la hora de afrontar este proyecto. Todo marcha viento en popa gracias a la diferencia abismal en cuanto a potencia y capacidad de procesamiento de Six respecto a sus competidores, hasta que llega el último de los combates. Y es que Six tiene que enfrentarse nada más y nada menos que a Mars, la creación de la Dra. Roro que cuenta con toda clase de materiales de primera calidad, fruto de la orientación de la línea de robots a la que pertenece Mars, totalmente enfocada al campo de lo militar.

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Durante el desarrollo del torneo ya habíamos comenzado a atisbar algunas de las implantaciones y bondades del Sistema Bewusstsein (literalmente “consciencia” en alemán), gracias a las cuáles Six contaba con una gran ventaja estratégica a la hora de detectar los puntos vitales de los otros robots. Pese a que Tenma, en su ansía por conseguir el premio en metálico que traía consigo la victoria, insistía en que Six debería destrozar a sus rivales, el Bewusstsein actúa como una especie de programa que dota a Six de las leyes de la robótica creadas por Asimov, pero mucho más enfocadas a convivir con el libre albedrío y la autoconsciencia de la máquina. De este modo, Six está dotado de una especie de moralidad y sentimientos a la vez que le hace ser consciente de la necesidad de obedecer a sus “superiores” humanos, lo que provoca que Six utilice esos puntos vitales de sus oponentes para desactivarlos pero sin causar más daño del necesario. Toda una muestra de humanidad y piedad por parte del robot. Esto cambia con Mars, ya que es una máquina destructiva que obvia totalmente esas leyes de la robótica. Si en el primer tomo ya veíamos como era capaz de atacar a Ran con tal de obtener datos sobre Six y el Sistema Bewusstsein, durante el torneo el proyecto de la Dra. Roro se convierte en una máquina de destrozar rivales, y trata de hacer lo mismo con A-106.

Durante toda la pelea Six trata de comunicarse con él a través de pequeñas transmisiones, mientras Tetsuro Kasahara da rienda suelta a su dominio de las escenas de acción dinámicas, sencillas pero efectivas. En el combate vemos por primera vez una referencia crítica hacia la parte humana de la obra, que mientras se había mostrado impasible y jaleaba con fervor las “carnicerías” que Mars formaba contra otros robots con apariencia más centrada en la maquinaria, ahora que Mars y Six contaban con forma humanoide, empezaban a sentir mal cuerpo porque se estuviesen destrozando entre ellos. Toda una muestra de egoísmo el solo sentirse mal por el igual a ellos, sobre todo si contrastamos con la actitud de Six hacia los otros robots y la propia humanidad, a los que siempre trata de ayudar. Sin embargo, el momento clave de estos capítulos llega al final de la batalla, con un Six destrozado y obligado a permanecer en combate por el deseo de Tenma (mientras que Ochanomizu insta a que arrojen la toalla) y un Mars al que Roro le ordena acabar con él de una vez por todas. En ese momento Six se vuelve más consciente de sí mismo que en ningún momento antes, y empieza a tener sentimientos propios, lamentando no haber sido capaz de haber hablado y aplacado a Mars, y sobre todo sintiéndose solo y aterrado por el hecho de morir en esa situación, sin las personas a las que aprecia. Esa actitud tan humana y noble provoca una acción inesperada por parte de Mars, que culmina con la victoria del proyecto de Tenma y Ochanomizu contra todo pronóstico.

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Si en la primera reseña hablábamos acerca de la posibilidad de que la historia girase en torno a esa pregunta de qué nos hace humanos, que cualidad nos permite tener la potestad de considerarnos superiores a una máquina que no solo piensa y decide como nosotros, sino que lo hace mejor y más rápido, en este segundo tomo podemos ver como Masami Yūki introduce la variable de los sentimientos para comenzar a elucubrar sobre ciertas condiciones de la condición humana. Durante el combate vimos como esas emociones, ese miedo y soledad por apreciar a alguien que no vas a ver más provocaban que Six no fuese tan eficiente como antes, mientras que el asco y lo patético que le resultaba eso a Mars le hicieron perder la batalla. Es decir, que esos sentimientos les alejaban de ser los robots perfectos que sus creadores querían pero a la vez les acercaban más a ser considerados algo cercano a lo humano. La humanidad se define por ser imperfecta y esas imperfecciones llegan por los impulsos que nos generan los sentimientos, el corazón que Tenma y Ochanomizu desarrollan con el Bewusstsein. Más allá de estas consideraciones, durante las viñetas en la que nos narran la reconstrucción y mejora de Six, podemos observar cómo le han borrado la memoria, pero aun así mantiene retazos de lo que ha vivido desde su creación. Es decir, tiene recuerdos propios, que como máquina identifica como bugs y fallos en el proceso de formateo, pero que por su humanidad quiere mantener. Una consideración ciertamente inquietante si lo trasladamos al lado humano, que esos recuerdos que tenemos son en realidad fallos que limitan nuestra capacidad cerebral.

Tras estos dos bloques llegamos al grueso del segundo volumen, en el que los protagonistas van a una isla en apariencia desierta en la que se ha detectado actividad de la Dra. Roro, gracias a una información recabada por el joven Shunsaku. A partir de este momento volvemos a ese Atom: The Beginning más orientado al shônen, con un momento disparatado por aquí, peleas por allá y el gran cierre que supone la revelación final vinculada al gran desastre que asoló el mundo en el que se desarrolla la historia de Atom. No obstante, aun en esta narración más distendida, encontramos de nuevos retazos de esa paulatina humanización e incluso superación de la misma por parte de Six, con la incursión de los modelos anteriores que sirvieron para su creación, la serie A-10 en la que se fueron probando las piezas y procesos que permitirían su nacimiento. Máquinas que en teoría Six debería ver como inferiores pero que él considera como su “familia”. Sin duda Six es el germen de ese “robot más poderoso del mundo” creado por Tezuka, pero este The Beginning va un paso más allá de ese poder y nos muestra que puede ser el inicio de una máquina superior, no solo en lo físico sino, sobre todo, en lo moral. Sin embargo, sigue siendo una máquina y también en este bloque veremos el problema que supone cuando sus creadores no le enseñan un concepto determinado, una especie de referencia a que algo no existe hasta que no te enseñan lo que es.

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Comentando un poco acerca del dibujo de Kasahara, vemos como es un autor que sigue potenciando el uso de la línea a la hora de expresar y provocar dinamismo en los movimientos y acciones de los personajes, con un trazo muy artesanal y un gran trabajo de sombreado. Es un dibujo simple y sencillo, con una composición de página que no arriesga, pero que sin embargo tiene una gran personalidad y encaja muy bien con el guión de Yūki. Sobre todo es un estilo bastante versátil, que se adapta tanto al shônen más movido, como a los momentos relajantes y humorísticos, un desempeño tremendamente espectacular en las peleas del último tramo, pero todo ello sin perder la capacidad de mostrar emociones en las partes más maduras. Hay que destacar el gran trabajo a la hora de llevar a cabo esos momentos metafísicos y morales narrados a través de los robots, máquinas que realmente no muestran ninguna emoción físicamente en el dibujo, pero que sin embargo, gracias a los diseños, el uso de las líneas en estos y la disposición de los elementos que forman parte de estos personajes, Kasahara consigue reflejar en cierto modo lo que se nos está contando en los bocadillos, atreviéndose incluso con la narrativa visual en ciertos momentos de la reparación de Six, que realmente están muy bien ejecutados. Quizá lo más negativo a lo que podríamos referirnos es la habitual falta de fondos, si bien cuando estos aparecen, especialmente en interiores, son detallados y artesanales.

Segundo de los seis tomos que de momento componen Atom: The Beginning, obra que continua en publicación en Japón. Un volumen que continua con esos indicios que nos daba la obertura del manga, con ritmo marcado por la acción salpicado por las implicaciones morales que nos irán acercando a la creación del mítico Astroboy. Solo queda esperar un par de meses de nuevo para la publicación del tercer tomo, aunque podéis aderezar la espera viendo el anime de la serie, que actualmente ofrece Selecta Visión a través de un simulcast gratuito en su canal de Youtube.

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Personajes

Atom_Beginning_2_RoroDoctora Roro. Una de las mayores eminencias en el mundo de la robótica. Esta atractiva mujer, de la que Tenma se queda prendado desde el primer momento, es la científica que desarrollo al robot Mars, con el que Six se enfrentó en la final del campeonato de robolucha. Misteriosa y esquiva, es una mujer de la que existen pocos datos para rastrear su actividad, pero el rastro que deja la compra de materiales para sus proyectos lleva a los protagonistas a localizar su base en un atolón desierto en mitad del océano. Vinculada con la industria militar, parece esconder algo acerca de los eventos que provocaron el gran desastre mundial.
Atom_Beginning_2_Mars.jpgMars. Robot creado por la Doctora Roro. Aunque parece estar programado específicamente para la lucha, tanto por su diseños como por la procedencia militar de sus materiales, lo cierto es que posee una inteligencia artificial y una capacidad de razonamiento similar a la de Six, aunque orientada a unas intenciones no tan bondadosas. Su diseño se basa en una mezcla de líneas predominantemente descendentes y algunas ascendentes y está inspirado en Jetter Mars, la obra de anime hermana de Tetsuwan Atom (Astroboy). En la obra original fue creado en el año 2015 y los autores de The Beginning quisieron hacer un homenaje a esa fecha con su introducción en este manga durante ese mismo año en la actualidad.
Atom_Beginning_2_Bremner.jpgConde Aaron Bremner. Eminente científico especializado en robótica procedente de Escocia. Es el creador de North, la máquina de combate que ayuda a los protagonistas durante su aventura en la isla de Roro. Tiene una apariencia y un caracter bastante histriónico y exagerado y su afición por los misterios, unido a su diseño por parte de Kasahara hacen que recuerde a algún personaje de Detective Conan.
Atom_Beginning_2_NorthNorth. Robot diseñado por el Conde Aaron Bremner, primer modelo del North-2 que aparecía en el popular episodio de Tetsuwan Atom, «El robot más fuerte sobre la faz de la Tierra». Carece de piernas y para desplazarse por el suelo cuenta con una giroesfera muy similar a la que tiene BB-8, el droide que aparece en el último episodio de Star Wars. Tiene propulsores que le ayudan a volar y posee 6 brazos telescópicos que puede alargar y encoger a voluntad, así como un enorme arsenal de armas. La antena en forma de i griega que lleva en la cabeza le permite detectar objetos a larga distancia. Su tamaño es superior a North-2 y su diseño tiene reminiscencias femeninas.
Atom_Beginning_2_ShunsakuShunsaku Han. Es el hijo de Kensaku Han, el dueño de la empresa de mudanzas para la que a veces trabajan Tenma y Ochanomizu. Gracias a la labor logística de la empresa de su padre es capaz de rastrear la isla oculta de la Doctora Roro. Como personaje ya aparecía en Astroboy, la obra original, donde interpretaba el papel de un hombre de mediana edad que actuaba como profesor de Astroboy y como detective, aunque también aparecía en muchas de las otras series de Tezuka. Inconfundible gracias a su bigote, en The Beginning aparece como un joven barbilampiño, aunque se nota que la herencia «bigotil» le viene por parte de padre.
  Edición original: Atom: The Beginning VOL.2 (アトム ザ・ビギニング), Shogakukan 2015. Edición nacional/ España: Milky Way Ediciones 2017. Guión: Masami Yūki y Macoto Tezka (supervisión). Dibujo: Tetsuro Kasahara. Traducción: Marc Bernabé. Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta 196 páginas. Precio: 8,50€.   Ya han pasado dos meses desde la publicación…

Valoración Final

Guión - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 9.5

8.7

Segundo tomo de Atom que sigue poniendo piedra a piedra para construir los cimientos de la leyenda de Atom. Un manga muy entretenido, de rápida lectura y disfrute, y con unas deliciosas implicaciones morales introducidas de una buena manera en el ritmo trepidante y la acción del volumen.

Vosotros puntuáis: 9.5 ( 4 votos)
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AlbierZot
AlbierZot
Lector
6 julio, 2017 22:59

Va a ser un placer seguir la serie a ritmo de reseña. Por mi parte, mientras va descubriendo las cartas de los aspectos metafísicos y desarrolla los personajes (más interesantes los secundarios que los protas), rendido al despliegue de la acción, tan potente que recuerda directamente a Shirow con esa forma de dibujar la tecnología tan elaborada y orgánica. Buenas sensaciones. Y un puntazo lo del anime!