Aquaman: el resurgimiento del señor de Atlantis

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Es inminente el desembarco en nuestro país de la mano de ECC Ediciones del nuevo relanzamiento editorial de DC Comics, bautizado en un arranque de nostalgia como DC Rebirth. Este Renacimiento es el último intento por recuperar el terreno perdido que la editorial de Dan Didio y Jim Lee tiene respecto a Marvel, la cual mes tras mes ampliaba su ventaja en cifras y ventas gracias a su estrategia a medio camino del indy y del continuo evento tradicional. Apoyándose como nunca en la figura de Geoff Johns, el guionista de Green Lantern: Renacimiento y Flash: Renacimiento ha sido el encargado de supervisar por completo el relanzamiento de esta línea editorial, aunque ello le haya supuesto dar un paso atrás en las labores de guionista en series mensuales. La fórmula “Johns + Rebirth” tiene buenos precedentes, porque aunque hasta ahora habían sido Hal Jordan (2004-2005) y Barry Allen (2009-2010) quienes gozaron de la marca “Rebirth” (curioso el título al menos el caso de Barry Allen, que ya estaba vivo al inicio de la miniserie), hay otros tantos casos más en los que Geoff Johns ha insuflado vida a personajes disfuncionales en ventas y olvidados en continuidad como el caso de Hawkman (2002), los Titanes (2003), Booster Gold (2008), La Legión de Superhéroes (2008) o, más recientemente y alcanzando el éxito, Aquaman (2011). Antes de la llegada de las nuevas aventuras de Aquaman a nuestro país (y con su aparición cinematográfica viento en popa y a toda vela en el horizonte) ha llegado el momento de hacer un repaso a los acontecimientos recientes de la vida de Arthur Curry.

Geoff Johns, salvavidas

Conviene recordar que aunque el idilio entre guionista y héroe se atribuye al reboot Los Nuevos 52, la asociación entre guionista y personaje data de muchos años antes. No en vano, cameos aparte, Geoff Johns mató al personaje en su primer acercamiento importante en las páginas de Crisis Infinita (2005), por obra y gracia de un Espectro desposeído. El segundo acercamiento sirvió para devolverle a la vida al final de La Noche Más Oscura (2010). Aunque durante los cinco años entre estos eventos DC Comics siguió publicando cómics de Aquaman con un halo de misterio (por Kurt Busiek), poco tardarían en desvelar que ese Aquaman era en realidad de una Tierra alternativa, en uno de esos ejemplos clásicos de retro-continuidad de la editorial, tan propensa a liar a sus lectores de forma a medio camino entre la falta de vergüenza y la improvisación. Así pues, en realidad, nuestro querido Arthur Curry se había pasado cinco años editoriales en el fondo del mar criando malvas (nunca mejor dicho) a la espera de mejores tiempos, los cuales llegarían primero en forma de co-protagonismo en las páginas de El Día Más Brillante (donde además se presentaba al nuevo Aqualad, hijo de Manta Negra, antes de caer en el olvido) y luego en forma de nueva serie regular en Septiembre de 2011. En esta penúltima revitalización, coincidiendo con el reboot de Los Nuevos 52 y con el dibujo de Ivan Reis, Geoff Johns puso los cimientos para revitalizar al personaje recuperando los elementos de la mitología clásica del personaje más funcionales y obviando el resto a voluntad, aprovechándose de la libertad creativa de una nueva continuidad para sustituir elementos indeseados por “oscuros misterios del pasado”.

Con la firme intención de devolverle a la primera línea, la etapa del tándem Johns/Reis fue todo un éxito de crítica y público, estableciendo el status quo del personaje para toda una generación de lectores nueva y espantando definitivamente la visión más cerca de la comedia que tenía la generación ochentera. “Mi visión del origen de Aquaman es la de la Edad de Plata a grandes rasgos, en la que una exiliada llamada Atlanna escapaba de Atlantis para llegar malherida a las inmediaciones de un faro en la costa terrestre, donde era socorrida por Tom Curry”, explica Johns, quien continúa: “Su relación daría como fruto el nacimiento de Arthur y tras la muerte de ella, sería criado por su padre y descubriendo sus asombrosas habilidades sobrehumanas, desde la super-fuerza hasta la capacidad de comunicarse con las formas de vida”. Así pues, con esta propuesta parece bastante claro que Johns descarta otros añadidos posteriores a la mitología de Aquaman, como el añadido post-Crisis de que había sido criado durante unos años por delfines (vaya tela…) o que en realidad su padre no era Tom sino el atlante Orin (vaya tela también…). Una selección de décadas de parches para quedarse con lo más conveniente. Mientras la pérdida/desaparición del hijo que tuvo con Mera sigue en continuidad se prescinde por completo del enfrentamiento con Caribdis y la pérdida de la mano y sustitución posterior por un arpón controlado mentalmente.

A esta cirugía de la continuidad gracias a la manga ancha de Los Nuevos 52, Geoff Johns también aprovechó para añadir nuevos elementos en su mitología durante los dos años que permaneció al frente de la colección, todos ellos de calado (y nunca mejor dicho). El primero de ellos sobre la figura de Mera, quien el lector descubre que fue una enviada desde la dimensión subactuática Xebel para asesinar al monarca de Atlantis, como venganza por haber sido desterrados. Sin embargo, como en toda historia de amor, Mera se acabó enamorando de Aquaman y convirtiéndose en co-protagonista de la serie de pleno derecho. “Cuando la utilicé en La Noche Más Oscura junto a Green Lantern y Flash lo hice por todo lo alto. No quería hacerla dependiente de Aquaman sino demostrar que es un personaje independiente y fuerte por sí sola”, comentaba Johns al respecto. Asentada esa relación, Johns también centraría sus esfuerzos en la galería de villanos de Aquaman, encabezada por Manta Negra. Como se desvelaría en la serie, este último fue el responsable indirecto de la muerte de Tom Curry (quien sufrió un infarto al ver a su hijo luchar contra Manta) y, en el primer intento de venganza por parte de Aquaman, el padre de Manta Negra sufriría el mismo destino. Responsabilidades cruzadas (diluidas de cara al lector con el descubrimiento de que el padre del villano estaba buscado por la justicia por asesinato en serie) que forjarían una enemistad que perduraría durante el segundo arco argumental de la serie. En esta saga, Manta Negra se propone encontrar los objetos perdidos forjados por el Rey Difunto, el primer rey y fundador de Atlantis. Estos objetos, fuente de gran poder (equivalente en la mitología DC a artículos similares como el metal Nth en Hawkman o el anillo de poder en Green Lantern) fueron encontrados en la tumba del Rey Difunto por Aquaman y Los Otros, siendo estos últimos una creación de Geoff Johns. Los Otros (Kahina la Vidente, Ya’wara, Prisionero de Guerra, Vostok y el Agente) es un grupo de compañeros con los que alternaba Aquaman durante su juventud, de procedencia internacional y similares propósitos heroicos que guardaban los distintos elementos del Rey Difunto. Al menos hasta que Manta Negra los consiguió rastrear y robar para así conseguir el mítico cetro desaparecido, el cual la leyenda cuenta que es capaz de hundir continentes. Una saga frenética con un Ivan Reis pletórico que concluye con la desaparición del cetro en manos de un desconocido, para enlazar con la siguiente aventura. “Quería hacer una saga al estilo de Indiana Jones pero con Aquaman, una especie de búsqueda de tesoro tan propia de los océanos, y a la vez una saga internacional, desde la selva de Brasil hasta Siberia”, comentaba Johns sobre esta saga. Posteriormente apuntaba, “Además, este viaje servirá para conocer muchos detalles de la adolescencia de Aquaman y lo mucho que el personaje ha suavizado su postura hacia un entendimiento entre tierra y mar”. Y precisamente estos detalles se reflejarán en el siguiente evento, el crossover del año en DC.

Y es que asentadas las bases de la colección y con la misma entre las más vendidas de DC Comics al final de su primer año, Geoff Johns decidió realizar un crossover entre su cabecera y la de la Liga de la Justicia, en el evento conocido como “El Trono de Atlantis”. Seis episodios en los que Ivan Reis sustituye a Jim Lee como dibujante regular de la Liga mientras que Paul Pelletier cubre la ausencia del artista brasileño en Aquaman. Un nuevo “malentendido internacional” provocado por el regresado Vulko le da la excusa perfecta al Maestro del Océano (actual rey de Atlantis tras la renuncia de su hermano mayor Arthur) para lanzar a todas sus tropas contra la costa este de los Estados Unidos, llamando la atención de la Liga de la Justicia y poniendo una vez más entre la espada y la pared a Aquaman, quien se siente dividido entre su parte humana y atlante. El desenlace final serviría para que Arthur decida no retrasar más lo inevitable y asumir más su obligación dinástica y sentarse una vez más, junto a Mera, en el trono de Atlantis. Esta saga, además de para reposicionar al personaje como alguien clave para el Universo DC, también sirvió para aumentar el número de miembros de la Liga de la Justicia y justificar el relevo artístico de la serie, además de servir de inspiración para una nueva película de animación de la compañía. Fuegos artificiales de alta calidad que desembocarían en la última saga de Johns en el título.

Asentada su relación con Mera y la Liga de la Justicia, su galería de villanos (La Fosa, Manta Negra, Señor del Océano), introduciendo nuevos personajes (Los Otros) y con la serie en todos los rankings de ventas y recomendaciones, quedaba un último cañonazo en la mitología del personaje. En boca de Vulko y mediante retro-continuidad, el lector y Aquaman descubren los verdaderos orígenes de Atlantis, antigua civilización sobre el mar regida por Atlan, el primer rey de Atlantis (conocido como el Rey Difunto), generoso y acogedor con las civilizaciones vecinas. Al menos hasta que un día su hermano Orín decidió asesinar para conservar la raza pura atlante. En su último acto antes de fallecer, Atlan empleó su cetro para hundir a Atlantis, la ciudad que tanto tiempo había dedicado en construir, sobreviviendo únicamente el 2% de los habitantes y tres de las siete civilizaciones que conformaban la antigua Atlantis: Xebel (el hogar de Mera), Atlantis (la ciudad principal) y las profundidades donde vive La Fosa. “Mi intención era convertir a Atlan en una figura importante en el mito de Aquaman, una especia de villano de la misma manera que Mano Negra lo es de Green Lantern, pero luego el personaje evolucionó por su cuenta”, comentaba al respecto Geoff Johns. Sin embargo, esta primera revelación queda relegada a un segundo plano cuando se descubre que en realidad Aquaman no es descendente de Atlan, sino de Orín (en un guiño a la continuidad clásica) y que por lo tanto no es digno heredero del trono. Una alianza con La Fosa (cerrando el círculo que comenzó en el primer arco argumental), Aquaman consigue vencer a Atlan y convertirse, por proclamación de las tropas atlánticas, como el verdadero rey de Atlantis. Y el mismo trimestre que se confirmaba el anuncio de una película para el personaje protagonizada por Jason Momoa y prevista para 2018, Geoff Johns anunciaba su marcha del título en el número 25, prometiendo un futuro regreso para contar la saga El Alzamiento de los Siete Mares. Al menos, y aunque Johns siguió trabajando con el personaje en las páginas de Justice League, el guionista de Detroit realizó su último acto de servicio la elección personal del sustituto para la serie: Jeff Parker.

Parker al timón

Parker, guionista cuya trayectoria había discurrido casi en exclusiva en la Casa de las Ideas, había encandilado no hacía mucho a los Marvel Zombies con su magnífica Agents of Atlas (2006), los varios volúmenes retrospectivos de X-Men: First Class o dos largas y aclamadas etapas al frente de Hulk (la versión Loeb) y Thunderbolts (la versión post-Ellis). Un guionista de oficio con acción y humor con experiencia en series grupales que aterrizaba así en DC Comics para encargarse de la sexta serie más vendida de la editorial en aquel momento, asumiendo así la difícil tarea de relevar a Geoff Johns. Los precedentes de los sustitutos de Johns no eran precisamente gloriosos, aplicándose la regla de “las comparaciones son odiosas”. Y es que hay cierta unanimidad sobre que nadie ha sabido escribir bien a los Titanes desde que Johns dejó la serie mientras que en otros casos como su marcha de Superman quedaron sepultados por decisiones editoriales difíciles de entender tras su marcha. En el caso de Green Lantern, pese al buen hacer de Robert Venditti, la mayoría añora la huella de Johns, no tolerando que la serie principal sea la más floja de la franquicia o que Venditti se haya atrevido a jugar bajo sus propias reglas, en vez de aplicar la máxima de “si algo funciona, no lo toques”, olvidando quizá inteligentemente el desgastado espectro emocional. ¿Y qué decir de Flash? Afortunadamente para Jeff Parker, pudo contar con Paul Pelletier, quien había demostrado que es un más que digno sucesor de Ivan Reis en los lápices durante los últimos números de Johns, ayudando de esta forma a que la transición no fuera tan drástica como los casos mencionados. Pero Jeff Parker es un escritor muy diferente a Robert Venditti por mucho que ambos reflejan distintas facetas propias de Geoff Johns. Mientras el escritor de X-O Manowar no tardó nada en imponer sus propias reglas y tirar de crossovers (cuatro crossovers en un año debe de ser un record), Parker se tomó las cosas con calma y con el objetivo de recuperar/reinventar enemigos clásicos de Arthur. Por un momento, la serie sufre un cambio brusco de presión, de pasar a estar siempre en constante inmersión a dejarse llevar tranquilamente por las olas. Algo que no debería ser negativo, y mucho menos con un personaje que, literalmente, vive entre sus dos mundos, las profundidades de Atlantis y el mundo de la superficie donde fue criado. Jeff se describe como aficionado de Aquaman, afirmando que “de pequeño leí muchas de las aventuras de Jim Aparo y Steve Skeates y en cuanto entendí un poco más de la colección fui de cabeza a por todo lo que hicieron Nick Cardy y Ramona Fradon. ¡Qué gran dibujo! Me quedo mucho antes con todo el material de los sesenta que con la etapa de Aquman con el gancho o la mano de agua. Eso no es para mí. Y si a eso le sumas que me encanta la oceanografía y que siempre ha sido un personaje solitario pero de una forma distinta, pues está claro que es uno de mis personajes favoritos.

Jeff Parker es un escritor a quien le gusta cocinar a fuego lento, lo cual siempre puede jugar en su contra en series mensuales no-grupales, donde hay que esperar varios números para poner en perspectiva todo el conjunto. A ello hay que sumarle la presión existente sobre la colección, sobre la cual estaban puestas todas las miradas, por lo que los cameos y apariciones de otros personajes del Universo DC para ayudar a las ventas se convertirían en una regla no escrita durante esta etapa. La primera invitada en pasar por las páginas de Aquaman sería Wonder Woman, con quien mantuvo una gran disputa (no vista por los lectores) en las páginas de Flashpoint y un no-romance (si visto por los lectores) durante buena parte de la JLA de Morrison y Waid. Ambas situaciones se obvian al estar fuera de continuidad y su participación se limita a ayudar a su compañero de la Liga de la Justicia a vencer a Hércules, reforzando la sensación de que cada vez que una criatura mitológica se pasea por el Universo DC, la princesa de Themyscira tiene que aparecer a echar una mano (como en la Batwoman de J.H. Williams y Haden Blackman). “Tenía muchas ganas de escribir a Hércules, pero enseguida comprendí que los aficionados de Aquaman se toman muy a pecho que se les diga que el personaje no tiene una galería de villanos interesantes, así que tras esta primera aventura opté por rescatar a un villano clásico, Creature King, a quien aquí rebautizamos como Chimera”. Esta aventura de tres números titulada “Mar de Tormentas” se divide en 3 partes, siendo la primera la batalla contra el Karaqan y una reunión de antiguos alumnos de instituto, algo que puede ser más terrorífico que un monstruo gigante. Aquí Parker tiene ocasión de demostrar que no sólo sabe moverse como pez en el agua ante monstruos y mitologías, sino también con la gente corriente. Dado su origen y su pareja, en algunos momentos casi podríamos estar delante de Clark Kent y Lois Lane, regresando a Smallville y rememorando sus tiempos mozos, recordando con alegría los buenos momentos y habiendo olvidado los malos. Hasta Arthur tiene su propia Lana Lang particular, para satisfacción de Mera en ver como su amado era otro simple adolescente humano, como todos nosotros lo fuimos (o seremos) alguna vez.

Con el dibujo de Yvel Guichet y Álvaro Martinez y un anual de interludio, la colección coge ritmo de crucero y los acontecimientos se suceden sin parar, desde la transformación de Coombs (herido de muerte por un tiburón pocos números antes) hasta el comienzo de una disputa entre otro clásico del Universo DC: la Cosa del Pantano, en este caso durante la etapa de Charles Soule. Este pequeño crossover “mar y montaña” desemboca en la resolución por todo lo alto de las subtramas mencionadas de la serie y un nuevo intento de asesinato de Mera, quien intentaba gobernar Atlantis con no pocas dificultades dado que si ya hay gente que no ve a Arthur como legítimo gobernante, muchos menos lo hacen con su pareja procedente del reino-prisión Xebel. La valoración global termina siendo muy satisfactoria, con una pelea final digna de los tiempos de Geoff Johns e Ivan Reis, donde Chimera hace valer su antaño nombre de Creature King al usar sus poderes para invocar los animales más mortales de los océanos. Sin duda, se habría dado un festín con todos aquellos que sólo veían a Aquaman por su versión infantil de Hanna Barberá, donde su principal poder precisamente era la telepatía con todo animal acuático. Quizás en otra ocasión, puesto que Chimera logra sobrevivir gracias a la cantidad de poderes recibidos, y seguramente estará aguardando su momento para regresar cuál Kordax.

Los Otros

No, no huyáis. No estamos hablando de Perdidos. Ni de Juego de Tronos. Hablamos del spin-off de Aquaman, titulado Aquaman & The Others. Como mencionábamos, uno de los propósitos de Geoff Johns fue expandir los secundarios que acompañaban a Arthur, más allá de las clásicas caras conocidas de Atlantis, intentando construir una mitología como había conseguido con el espectro emocional en la franquicia Lantern. En mitad de la etapa de Parker, Aquaman obtuvo así su propio spin-off, clásico símbolo de éxito de una serie y a su vez premonición de caída de calidad. Los Otros fueron firmes candidatos y estos personajes pronto co-protagonizaron su propia serie regular, a cargo del omnipresente Dan Jurgens (quien no hay que olvidar que ya guionizó a Aquaman a principios de siglo) y el dibujante Lan Medina. Mientras Flash era incapaz que le concedieran una segunda serie (tanto antes como de Los Nuevos 52), Aquaman vivía un momento dulce. Jurgens, quien ya sucedió a Johns al frente de Booster Gold (no en vano él era el creador del personaje) con toda una mochila de errores y aciertos, no quedaba claro si era la opción más deseada por los aficionados, pero el autor parecía vivir una segunda juventud con la llegada de Los Nuevos 52, a diferencia de otros autores que parecieron perder la magia con su llegada. Tras darle un final digno a Firestorm tras un horrible primer año, se hizo cargo de esta serie que en sus primeros números, daba la impresión de tener una calidad superior a la serie principal, debido a una acción más directa desde un primer inicio, así como plantar algunas semillas para la largamente prometida saga “El Alzamiento de los Siete Mares”. Sobre la misma, Jurgens comentaba que “queríamos hacer énfasis en los secundarios de Aquaman y demostrar que el personaje es un auténtico todoterreno fuera y dentro del agua, dejando claro el respeto que tienen todos los personajes del universo DC hacia él, cómo siempre le escuchan como habla dadas sus condiciones como líder natural”. Desafortunadamente, las ventas no acompañaron, y esta segunda serie tan sólo duró un año en el mercado, tiempo para contar un par de historias y siendo penalizada con su cruce con el evento de turno, El Fin del Mañana (de la que Jurgens era coautor), ante la falta de interés de Parker por mezclar la cabecera principal con esa trama. En estos números no encontramos nada realmente destacable, más allá de asistir al enésimo regreso de KGBeast y NKVDemon. Y ante la clásica pregunta de “¿Necesito leerme esta serie para entender lo que pasa en la cabecera principal?” la respuesta en este caso es negativa, y a buen seguro el hecho de que ni siquiera ha sido publicada por ECC Ediciones en nuestro país es buen indicativo de ello.

Durante los próximos números, Jeff Parker se esforzó en canalizar su “Geoff Johns interior”. Analizando la trayectoria del actual mandamás de DC Comics se puede comprobar la importancia que da el guionista a los lazos familiares y a las dinámicas paterno-filiales. Si el ejemplo más evidente es la creación de Stargirl, basada en la personalidad de su hermana fallecida, no podemos obviar ejemplos recurrentes en las figuras de Hal Jordan, Barry Allen, Victor Stone… Curiosamente, las grandes espadas de DC Comics comparten una falta alarmante de madres vivas. Las dos madres de Kal-El/Clark Kent están muertas en esta revisión; la de Bruce Wayne asesinada; la madre de Diana convertida en figura de barro por la esposa de su padre; la de Hal Jordan murió por los continuos disgustos de su hijo; la de Barry es asesinada por el Profesor Zoom y similar destino corrió la madre de Victor Stone. Ningún héroe tiene todavía a la madre con vida… o al menos, eso creíamos hasta la llegada de Jeff Parker, pues nos descubre que la madre biológica de Arthur Curry (la que en su día fue la reina Atlanna de Atlantis) aún vive. Para encontrarla, Arthur recurre a otro compañero clásico de la Liga de la Justicia: el Detective Marciano. Un J’onn J’onzz repudiado por Los Nuevos 52 (al menos hasta DC You) tiene que mendigar apariciones estelares de este estilo en otras series y aquí se encarga de indagar los recuerdos del leal Vulko, iniciándose una búsqueda que lo llevará a enfrentarse a todo un enemigo de peso, correspondiente al panteón de de otro compañero en la Liga: Grodd. Acostumbrado a los animales acuáticos y sin súper-velocidad, el reto de sobrevivir al sanguinario telépata hará exprimir hasta el final el cerebro del pobre Arthur, con los dibujos de un Paul Pelletier en estado de gloria. Además de los invitados, a Jeff Parker le encantan los personajes clásicos, aunque no los presente exactamente como fueron concebidos. Para este segundo arco argumental recupera a los peligrosos Troles de Fuego, ligados a Karaku, el Dios Volcán de la isla Pacífica, donde viven los refugiados liderados por la antigua reina Atlanna. La discriminación no es algo exclusivo de los habitantes de la superficie, como ya habíamos visto con otras interpretaciones en la mítica obra Las Crónicas de Atlantis de Peter David y Esteban Maroto. En esta ocasión, los atalantes que buscaban un nuevo hogar tenían los ojos morados, rasgo por el que ya sufrió discriminación en su día Garth antes de convertirse en Aqualad/Tempest. Pero si hay algo que nos han enseñado las películas es que encontrarte con un progenitor tras toda una vida separados no suele resultar algo bueno, aunque Arthur logra hacer las paces con su pasado (una vez más) y puede seguir adelante. A estas alturas, las ventas se habían estabilizado y la sombra de Johns se había difuminado casi completamente. Pero no todo iba a ser tan bonito…

DC You y la polémica mensual

Desafortunadamente, llegó DC You, intentando redimir algunas prácticas editoriales fallidas y acercándose a la producción más indy que marca tendencia actualmente en un mercado cada vez más diverso. Aunque la cosecha de series de este mini-relanzamiento elevó el nivel de calidad, la falta de pirotecnia y el excelente rendimiento de las Secret Wars de Jonathan Hickman y el regreso de Star Wars a Marvel sepultaron las ventas de DC, ya de por sí bajas y acabando menos de un año después con este nuevo DC You. Ese crescendo en la calidad general fue debido a las nuevas series (Batgirl, Midnighter, Omega Men Black Canary, Prez, Cybog, Robin: Son of Batman, Gotham Academy…) mientras que los cambios en las series regulares que alcanzaban ya la cuarentena de números fueron tan poco interesantes como innecesarios. Green Arrow no mejoró lo suficiente como para dejar de añorar a Jeff Lemire y Andrea Sorrentino; Donna Troy no justificó mantener a los Finch en Wonder Woman; la llegada de un premio Eisner a Superman no solucionó ninguno de los problemas internos en la franquicia; darle más sinergia al cómic de The Flash con la serie de televisión no era lo que hacía falta… En general, las series de DC You que no cambiaron de equipo creativo fueron precisamente las mejores beneficiadas: Hal Jordan seguía siendo interesante pese a su rol de Renegado; Johns y Fabok iniciaban su mejor arco (la esperada Darkseid War); Scott Snyder y Greg Capullo cambiaban quien se encontraba bajo el manto “robótico” de Batman mientras que Batgirl y Grayson seguían siendo las mejores series publicadas por DC.

En lo que respecta a la cabecera de Aquaman (ya con su spin-off cancelado y olvidado), DC You significó la despedida de Jeff Parker, a quien sustituyó el multifacético y omnipresente autor del momento: Cullen Bunn. Guionista por entonces de las series regulares de Sinestro, Lobo y Green Lantern: The Lost Army en DC (sin olvidarnos de Magneto y Masacre en Marvel y sus trabajos independientes), también sumó en su agenda las aventuras submarinas de Arthur. Cullen Bunn entró a la colección en el número 41 (Junio de 2015) y duraría en la serie menos de ocho meses, saliendo de ella enfadado dando un portazo, como él mismo explicó tras su salida: “Son muchas las razones por las que dejé Aquaman. De hecho, es que dejé la serie antes de que mi primer número llegase a publicarse. La reacción que tuvieron los aficionados antes de leer siquiera mi primer número fue brutal y desalentadora. Mi editor me pidió que aguantara, y así lo hice, pero la cosa no mejoró. Mi acercamiento a Aquaman era muy distinto del que los fans de toda la vida querían leer y no pude aceptarlo. Me criticaban porque no promocionaba la serie, pero cada vez que lo hacía me llegaban miles de mails y tuits ofensivos y cargados de odio. No necesito eso en mi vida. Asumí que este no era mi momento para encargarme de Aquaman y lo dejé. Que sea otro el que venga y sea su héroe”. Duras declaraciones por parte del guionista, que casi ni se molestó en justificar sus decisiones, más propias de un acercamiento Earth One o Elseworlds que de una serie que quería asentar una visión de Aquaman entre los aficionados de una vez por todas.

Los cambios introducidos eran estructurales. Más allá de lo estético abandonado la cota de malla naranja que tan hondo había calado entre los seguidores por una coraza oscura, Bunn separó a Aquaman de Mera y se sacó de la manga nuevos poderes para Aquaman, como la capacidad para invocar al rayo, crear y controlar el hielo y teleportarse de un cuerpo de agua a otro a voluntad, todo ello cortesía de un “antiguo poder olvidado” que nos prometían revelar más tarde a base de flashbacks. Muchos y muy radicales cambios (aunque Superman descubría poderes nuevos mes tras mes por aquella época y vestía en vaqueros para deleite de todos) mal gestionados desde el guión. Además, todo lo relativo al personaje era más sensible que nunca en este momento con la confirmación anuncio del fichaje del actor Jason Momoa para interpretar a Aquaman en el Universo Cinematográfico de DC en general y en su película en solitario en particular, dirigida por James Wan. Los rasgos polinesios del actor (que además es todo lo contrario al rubio que nos dibujaban Ivan Reis o Paul Pelletier) y esas rastas que luce en los primeros trailers promocionales también han generado enfados en masa entre los aficionados, quien al menos admiten que el ambiente lovecraftiano que parece emanar de la propuesta de Zack Snyder puede quedar bien al personaje. El responsable de aplicar este filtro a las viñetas fue el dibujante Trevor McCarthy (suplente habitual de J.H. Williams III en Batwoman), quien acompañó a Cullen Bunn durante su breve etapa y dibujó las tramas en las que Mera intentaba asesinar a Arthur por traicionar a su pueblo a favor de los humanos, como se vio durante la historia “El Fin del Mañana”. Ante tal afreta ni siquiera la experiencia de Cullen Bunn escribiendo anti-héroes (desde Magneto a Sinestro pasando por Masacre) sirvió para atenuar a los aficionados, y desde la editorial tuvieron que apelar al clásico recurso de “hermana gemela malvada” para solventar esta trama (el lector descubre asombrado que Siren estaba suplantando la identidad de su hermana Mera) con consecuencias todavía más nefastas entre los aficionados más radicales, quienes consideraban que Siren había violado a Aquaman al acostarse con él de forma no consentida mediante engaños. Polémica a raudales de forma mensual que ni siquiera pudo ser aplacada con caramelos a los lectores como el regreso oficial de Garth (quien poco después aparecería en las páginas del Titans Hunt de Dan Abnett) y otros enemigos de corte más clásico como Charybdis, responsable último de que Aquaman perdiera la mano en aquellos inolvidables noventa. Dos golpes de efectos vacuos sin aportes a la mitología que aplazaban el enfrentamiento final contra Siren entre la desidia y el enfado del fándom y el anuncio filtrado de un nuevo relanzamiento del personaje en DC Rebirth. La aparición de la Liga de la Justicia en masa y la llegada de Dan Abnett a los guiones para cerrar este volumen (y preparando el contenido del relanzamiento) dando un paso hacia atrás son los únicos atractivos de la recta final de la serie, que cierra con 22,000 unidades mensuales sin pena ni gloria y hundida al final del Top 100 de ventas mensuales y la añoranza no ya de Geoff Johns sino incluso de Jeff Parker, quien debía haber continuado en la serie. Sin embargo, las conclusiones generales del volumen son positivas, ya que han servido para reposicionar al personaje en el Universo DC por todo lo alto.

DC Renacimiento

Con la llegada de DC Renacimiento, la serie de Aquaman recae en las manos de Dan Abnett (Titans Hunt, Guardianes de la Galaxia) y en los dibujos de Brad Walker (Action Comics, Guardianes de la Galaxia) y Jesús Merino (Justice Society of America), además del prometido regreso a final de año del tándem que relanzó al personaje durante Los Nuevos 52: Geoff Johns e Ivan Reis. Dan Abnett se muestra entusiasmado con esta cabecera, de la que comenta: “Los aficionados me asocian mucho con mis cómics de superhéroes, desde la Legión hasta los Gaurdianes y cosas de este estilo. Y aunque el océano no es el espacio, creo que tienen mucho en común y me permite jugar con la fantasía, la ciencia ficción y el género de horror de forma muy cómoda. Y más si tenemos en cuenta que durante el primer año la serie será quincenal, lo que permite apostar por una trama más compleja y dinástica con muchos grupos de poder. no diré que quiera ir tan lejos como Juego de Tronos, pero sí que quiero comprobar cómo Aquaman consigue mantener toda su nación a salvo y controlada mientras tiene que infiltrarse a paises extranjeros por un lado y enemigos ancestrales por el otro”. Abnett devuelve la serie con maestría al registro en el que se movía al comienzo del anterior volumen, recuperando el humor perdido durante estos años y que tan necesario se ha vuelto para el personaje y demostrando un respeto enorme a la continuidad clásica trayendo de vuelta, aunque en pequeñas dosis, a Garth (antiguo Aqualad, actual Tempest) y Tula (Aquagirl, de quien no hace mucho se descubrió que compartía padre con el Señor del Océano) en un intento de ampliar el reparto de secundarios de la serie. Según Abnett, “la serie se centrará en la dinámica entre la familia real de Atlantis y el resto del mundo, haciendo que esta Atlantis se convierta en parte de la comunidad global y abriéndose al mundo, aunque os problemas diplomáticos pronto serán un problema para Aquaman y un dolor de cabeza para Mera”. Más pronto que tarde, los distintos acercamientos a la política internacional de la pareja submarina quedarán al descubierto, y el pacifismo colaborativo de Arthur con los Estados Unidos pronto quedará en segundo plano por culpa del la impaciencia frenética de su futura mujer, la cual no admite la presencia de unos barrotes entre ella y su pareja. Y mucho menos la plana mayor del ejército norteamericano… o cierto Hombre de Acero que se pasa por la serie (más en calidad de punching-ball para lucimiento del protagonista de coraza dorada) en la conclusión del primer arco argumental. En este primer arco argumental se observa cierta incidencia por parte de Abnett en explorar la parte más diplomática del personaje, más habitual en Wonder Woman que en el señor de los siete mares, dejando de lado el resto de secundarios. De hecho, la aparición breve de Manta Negra en una nueva búsqueda “definitiva” de la venganza penaliza la historia, dado el círculo sin final que tiene este tipo de rivalidades que siempre tienen que acabar en empate técnico. Una pescadilla que se muerde la cola pero que sirve para desplazar temporalmente a Manta Negra hacia una nueva súper-organización secreta milenaria y desconocida hasta el momento y auto-denominada N.E.M.O., en la que asciende de forma rápida. Trucos narrativos para agilizar la acción muy propios de Abnett en sus series de grupo pero que penalizan en parte este relanzamiento de Aquaman. En cualquier caso, con Dan Abnett el personaje está en buenas manos y apunta maneras, y con toda seguridad en cuanto se desmarque definitivamente del estilo de Geoff Johns a buen seguro firmará una etapa al nivel de la que se merece el personaje, quien se encamina a su primera aparición cinematográfica por todo lo alto.

Texto publicado originalmente en la revista Dolmen 257

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Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
17 enero, 2017 15:48

Leí este artículo en el Dolmen y me animó a comprarme el primer número de Aquaman de Renacimiento que ha sacado ECC.

Primera vez en mi vida que he comprado un cómic del personaje en solitario, y me ha gustado lo suficiente como para querer comprar los siguientes.

Espero que Dan Abnett continúe en la serie y vaya elevando el listón poco a poco, porque las tramas que plantea me han parecido interesantes.

no more events
no more events
Lector
En respuesta a  Dreadstar_TFE
17 enero, 2017 16:16

Yo estoy siguiendo la serie y es de mis favoritas actualmente. La segunda mejor serie de DC ahora mismo (después de Superman) y me gusta cómo trata a Aquaman como rey, más que otros guionistas. Te la recomiendo. ( :

Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
En respuesta a  no more events
17 enero, 2017 16:39

Gracias por la recomendación no more events, no perderé de vista esta serie entonces.

Lo cierto es que el planteamiento que hace Dan Abnett del personaje, en esa faceta como monarca de los océanos me ha gustado mucho.

Hay cosas que me han chirriado, como el nombre de su embajada («Espuma de mar») que no sé si será así en el original o debido a la traducción, que no me ha gustado, pero es un detalle muy muy menor comparado a todo cuanto desarrolla en esos primeros números.

Me ha sorprendido tanto la serie como el personaje, pero en líneas generales DC me ha ganado con su Renacimiento.

no more events
no more events
Lector
En respuesta a  Dreadstar_TFE
17 enero, 2017 16:20

Por cierto, disculpen por el off topic, pero quería responderte la la semana pasada. Lo acaba posponiendo pero en términos generales llego a compartir tu punto de vista. Eso sí lo de Amadeus Cho no lo invente yo, lo dijo Axel A. en una entrevista.

Saludos

Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
En respuesta a  no more events
17 enero, 2017 16:35

(Inciso off-topic, disculpen las molestias)

Yo no dije que el dato de Amadeus Cho lo inventaras tu, no more events.

Efectivamente, Axel Alonso sugirió a Greg Pak que convirtiera a Amadeus en el nuevo Hulk, pero eso no le resta validez al trabajo de Greg Pak en Hulk, ni hace que la diversidad de Marvel se vea forzada, puesto que Amadeus era un personaje creado (si la memoria no me falla) por el propio guionista hace ya unos 10 – 12 años.

(Fin del inciso off-topic, pido disculpas nuevamente)

Zsaszprime
Zsaszprime
17 enero, 2017 18:40

Disculpad, pero me acabo de leer Crisis infinita junto con los tie-in del Aquaman de Arcudi y ahí muere mucha gente pero no Aquaman, de morir… que todavía no me lo he leido, pero imagino que sería en La Espada de Atlantis, durante el One year Later…. si me vais a responder evitar spoilers