American Born Chinese

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Edición original: First Second Books.
Guión: Gene Luen Yang.
Dibujo:Gene Luen Yang.
Color: Lark Pien.
Formato: Libro rústica, 240 páginas.
Precio:9,99 $.

 

Gene Luen Yang ha empezado a ser conocido en estos lares por guionizar la polémica etapa en curso de Superman, en la cual los poderes del hombre de acero se ven enormemente mermados. Pero no llegó a escribir a este icono cultural, al personaje insignia de DC Comics (y en realidad de todo el género superheroico) por generación espontánea. Ni de broma. En 2006 engrosó el interesantísimo catálogo de la editorial First Second (gracias a la cual hemos podido leer por ejemplo el colosal El Escultor de Scott McCloud) con American Born Chinese, esta novela gráfica que ganó el premio Eisner a esa categoría el año siguiente y de la que vamos a hablarles hoy.

American Born Chinese nos cuenta tres historias aparentemente independientes en un principio. Para empezar tenemos la del Rey Mono, figura divina de la mitología china de gran calado en cuya imagen está basada por el ejemplo la del Son Goku de Dragon Ball. El inmortal soberano de los monos lucha por ser reconocido entre el resto del panteón oriental como uno más. Da igual que sea un luchador sin igual o que otros seres celestiales tengan también aspecto de animales antropomórficos: no se le acepta porque, vaya, es un mono. Y en su lucha para ganarse su legítimo puesto, poco a poco y sin darse cuenta irá perdiendo sus señas de identidad para ser aceptado, aunque estos pasos resultan infructuosos. Hasta que tenga una revelación y comience su Viaje al Oeste, la epopeya tradicional china, un texto básico para su cultura, en la que es uno de los personajes principales.

Por otro lado tenemos Everyone Ruvs Chin –Kee, un relato contado en forma de comedia televisiva en el que incluso aparecen las típicas risas enlatadas tras cada supuesto chiste. Un vistazo a su sinopsis nos recordará rápidamente a Primos lejanos, aquella serie humorística de la pequeña pantalla de entre los ochenta y los noventa en la que el inmigrante Balki Bartokomous ponía siempre en compromiso a su estadounidense Primo Larry con su candidez, sus costumbres, y su desconocimiento de la vida moderna en Norteamérica. Exactamente del mismo modo asistimos a las tribulaciones de Danny, un joven occidental al que su primo, deliberadamente representado como el típico arquetipo benévolamente (o no) racista que hay sobre los chinos, avergüenza ante todos sus conocidos con su comportamiento plagado de todos los tópicos que se achacan a este colectivo.

Y finalmente tenemos la que quizás sea historia troncal de la obra, en la que intuimos tintes autobiográficos. Jin Wang es un niño hijo de inmigrantes chinos, nacido en San Francisco pero obviamente criado en sus primeros años por su entorno familiar. Al llegar al colegio sufre de dificultades de integración con el resto de los estudiantes al chocar sus respectivos bagajes socioculturales. Pocas veces sufre de racismo activo y violento, pero sí las suficientes como para que entre ello, la típica crueldad posiblemente no malintencionada que poseemos todos a esas tiernas edades, y esa xenofobia sutil que a veces ni vemos pero que está imbricada en la sociedad, Jin sea un niño solitario, desplazado e infeliz. Todo empieza a cambiar cuando llega otro estudiante, éste nacido en china, llamado Wei-Chen-Sun. A pesar de que ambos se hacen amigos, Jin trata a Wei (que por ejemplo tiene dificultades para hablar inglés) de un modo condescendiente: Jin se siente más americano y sofisticado que el recién llegado. De algún modo la presencia de éste y el advenimiento de la pubertad desatan en Jin un conflicto interno, ya que reniega de su identidad como chino, a la que culpa por sus problemas para vivir como alguien “normal” y por ejemplo salir con la chica occidental que le gusta. Wei, que no tiene conflicto alguno y que simplemente conserva sin complejos las costumbres que ha vivido desde pequeño, representa esa parte de Jin que tiene ensoñaciones de dejar atrás, pero a pesar del trato que le dispensa, es su amigo.

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En un principio parece que las otras dos historias (de carácter más ficticio frente a esta con los pies más puestos sobre la tierra) sirven solo para subrayar lo que a Jin le sucede. Sin embargo, todas ellas convergen, ya que una resulta ser el futuro de uno de los personajes, y otra el pasado de otro de ellos. Y quizás este sea el pero que se le pueda poner a esta por otra parte fascinante y magnífica obra, en la que tal vez no era necesario usar elementos sobrenaturales y esa capacidad del Rey Mono para moldear la propia realidad (lo que los Estadounidenses llaman un trickster, una criatura divina como el escandinavo Loki, el africano Anansi…o el Mister Mxyzptlk de Superman) sino que hubiesen bastado como metáfora del intento de Jin por conciliar su herencia cultural y el desenvolvimiento en el entorno en el que vive.

Fuera de esto (es un pero pequeño y probablemente cuestión de gustos) estamos ante un novela gráfica que merece ese Eisner y todo el resto de galardones que obtuvo o a los que fue nominada. Sorprende lo bien resultas que están las escenas de combates en una obra que en principio tiende mas al costumbrismo y al Slice of life. Hay humor, hay acción, hay una narrativa pulcra, un coloreado simple pero muy atractivo, y un estilo de dibujo limpio que recuerda un punto al del mencionado Scott McCloud. Y hay un viaje personal lleno de requiebros, muy bien explorado. Es un cómic idóneo para que los adultos sin prejuicios disfruten, pero también para ofrecer a leer a los más pequeños y que de paso puedan tener a mano herramientas emocionales con las que afrontar determinados vacíos y preguntas que surgen ante la escarpada y dura ascensión hacia la creación de la identidad propia. En un mundo multicultural en el que cada vez más nuestros hijos se encontrarán con compañeros provenientes de otras fronteras y con costumbres de las que poco les habremos podido enseñar nosotros, es valioso que existan obras así para que unos y otros puedan comportarse con naturalidad y mitigar ese choque. Señores editores en lengua castellana, por favor, háganse alguno con los derechos y publiquen aquí este cómic.

EDITO: Como pueden ustedes comprobar en los comentarios, me he colado, y ese sentido llamamiento del final era innecesario: Ediciones La Cúpula publicó en 2007 esta obra en castellano, con el título de Chino Americano. Obviamente no hice bien mis deberes cuando traté de localizar una versión para hispanoparlantes de esta novela gráfica y me disculpo por el error. Igualmente agradezco a La Cúpula que hiciese en su día lo que tan vehemente pedía en esta reseña y nos brindase la oportunidad de leer American Born Chinese en español.

  Edición original: First Second Books. Guión: Gene Luen Yang. Dibujo:Gene Luen Yang. Color: Lark Pien. Formato: Libro rústica, 240 páginas. Precio:9,99 $.   Gene Luen Yang ha empezado a ser conocido en estos lares por guionizar la polémica etapa en curso de Superman, en la cual los poderes del…
Guión - 9
Dibujo - 7
Interés - 9

8.3

Indicada para niños, genial para adultos.

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Japacore
Lector
6 abril, 2016 16:05

¡Muy interesante! Me gustan los cómics que tratan estas temáticas: integración, problemas sociales, enfermedades mentales…
Si los niños los leyeran aprenderían a ser mucho más tolerantes, abiertos y amables con los diferentes. No sería necesaria ninguna Patrulla-X

Federiken
Lector
6 abril, 2016 19:26

Genial reseña, estamos de acuerdo en casi todo (a mí sí me gustó y sorprendió el final, por ejemplo), y es gracias a la labor de Yang en este comic que le tengo muchas ganas a su New Super-man, pese a que todavía no pude leer nada de su Superman a secas.
Eso sí, una pequeña corrección: En castellano ya está editado. Lo publicó La Cúpula en 2007. Supongo que ya estará agotado/descatalogado, porque yo lo compré acá en Argentina bastante barato hace unos años, pero hay que ver si les resultaría rentable una reedición.