All Star Superman: recuperando el «sentido de la maravilla»

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Edición original: All Star Superman #1-12 (enero de 2006 / octubre de 2008), DC Comics.
Edición España: mayo de 2009; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Frank Quitely.
Entintado y color: Jaime Grant.
Formato: Tomo recopilatorio de 304 págs. encuadernadas en cartoné.
Precio: 20,00 €.

Introducción: El nacimiento de la línea All Star

Durante el año 2005, las “cabezas pensantes” de DC Comics tomaron la decisión de crear una nueva línea de tebeos llamada All Star. La denominación no era sino un guiño a la colección clásica All Star Comics, que desde la década de los 40 sirvió como plataforma a través de la cual presentar a personajes tan ilustres como los integrantes de la Sociedad de la Justicia o la mismísima Wonder Woman. Transcurridas más de seis décadas, el objetivo buscado era el de ofrecer a los lectores historias protagonizadas por personajes señeros de la editorial, contando para ello con la inestimable colaboración de algunos de los más afamados profesionales del medio, quienes con total libertad y sin las restricciones implícitas en el respeto a la “continuidad”, plasmarían sus personalísimas interpretaciones de diferentes iconos del Noveno Arte.

Aparentemente, parecía una respuesta de la “Distinguida Competencia” a la exitosa línea Ultimate creada por Marvel Comics. Pero pronto pudimos comprobar un par de diferencias sustanciales entre ambas propuestas editoriales: por una parte, en los tebeos All Star era clara la ausencia de la voluntad de crear un nuevo universo; en su lugar, los editores y guionistas se decantaron por publicar historias totalmente independientes, sin buscar ningún tipo de interrelación entre las diferentes colecciones. Por otra parte, los editores de DC fueron incapaces de garantizar la periodicidad de las dos series publicadas bajo este sello, que pronto se sumieron en un errático e imprevisible calendario, propiciando dilatadas esperas que, al menos en uno de los casos, se vieron compensadas por la calidad de la historia narrada.

En septiembre de 2005, Frank Miller y Jim Lee dieron el pistoletazo de salida con All Star Batman & Robin, The boy wonderAll Star Batman & Robin en su edición española–, título en el que a un ritmo de publicación cansino, presentan una de las más atípicas, bizarras y controvertidas interpretaciones que se recuerdan del Hombre Murciélago y su pupilo. Garantía de polémica y sinónimo de éxito de ventas…

Frank Miller y Jim Lee: pioneros de la línea All Star

Apenas tres meses más tarde –concretamente en enero de 2006–, se publicaría la primera entrega de la nueva colección protagonizada por el otro gran icono de DC: Superman. Para llevar a buen término All Star Superman, se produjo el enésimo reencuentro de dos viejos conocidos, que en colaboraciones pretéritas rayaron a un gran nivel: Grant Morrison y Frank Quitely. Y lo cierto es que la obra que hoy centra nuestra atención no fue una excepción, pues All Star Superman se ha ganado el favor de los críticos y lectores más exigentes, haciéndose merecedora de algunos de los más prestigiosos galardones de la industria del cómic americano.

Publicada en España por Planeta DeAgostini Cómics como una de las novedades más destacadas del Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2009, a continuación analizaremos diferentes aspectos relacionados con este tebeo, en opinión de quien escribe estas líneas, uno de los más destacados de los últimos años.

Morrison & Quitely: compenetración y equilibrio

Hay ocasiones en que, cuando el destino así lo dispone, los astros se alinean, o simplemente, se suceden una serie de casualidades, asistimos a acontecimientos especialmente significativos dentro de determinados ámbitos. Estrechando nuestro cerco y centrándonos en el mundo del tebeo, a lo largo de la Historia se ha sucedido el encuentro de mentes especialmente afines o complementarias que, en el instante en el que cruzan sus caminos, marcan un punto de inflexión en sus respectivas carreras profesionales… cuando no en la totalidad de la industria.

En este sentido son recurrentes ejemplos como la relación creativa que mantuvo Stan Lee con dibujantes de la talla de Jack Kirby o Steve Ditko: surge la chispa, se entienden los genios y… ¡magia! Se crea un universo de ficción de la nada. Bob Kane y Bill Finger, Joe Shuster y Jerry Siegel, Dennis O’Neil y Neal Adams, Chris Claremont y John Byrne, Alan Moore y David Lloyd, Frank Miller y David Mazzucchelli, René Goscinny y Albert Uderzo, Kazuo Koike y Goseki Kojima… Numerosos nombres, hoy convertidos en ejemplos ilustres y representativos de un entendimiento excepcional, de la más excelsa complementariedad y sinergia de talentos, que dejaron para el recuerdo algunos de los más brillantes episodios del Noveno Arte. Pese a su juventud, y aún siendo plenamente conscientes de que si todo sigue un cauce normal, a ambos les quedan muchos años de carrera por delante –toquemos madera…–, no parece descabellado afirmar que Grant Morrison (Glasgow, Escocia, 1960) y Frank Quitely (Glasgow, Escocia, 1968) llevan camino de entroncarse dentro de esta ilustre tradición.

Grant Morrison y Frank Quitely: los padres de la 'criatura'

Su primera obra en común llegaría en 1996, con un Morrison que, tras la “oleada británica” que invadió el cómic americano, parecía plenamente asentado en la industria, tal y como lo atestiguaba el éxito y/o las críticas positivas cosechadas por Animal Man o Arkham Asylum: Un lugar sensato en una tierra sensata. Por aquel entonces, Quitely –cuyo verdadero nombre es Vincent Deigham– tenía a sus espaldas un bagaje profesional de apenas seis años, durante los cuales apuntó buenas maneras a través de The Greens, publicada en la cabecera escocesa Electric Soup, o las series Shimura y Missionary Man, realizadas para la mítica cabecera británica Judge Dredd Magazine. En este contexto, surgió la oportunidad de que ambos unieran talentos y esfuerzos en un atípico spin-off de Doom Patrol titulado Flex Mentallo. Un brutal ejercicio metatextual que narra de forma complementaria la angustia suicida de un joven y las peripecias de un personaje de ficción creado por él mismo, implicando al lector hasta convertir la obra en un estudio en toda regla acerca de las relaciones y las fronteras entre realidad y ficción.

Como se encarga de afirmar Quitely, esta primera colaboración fue determinante en su relación de confianza: “…desde que hice Flex, me muestro mucho más confiado a la hora de trabajar con él en cualquier proyecto. Cada vez que se me acerca y me dice que hagamos algo juntos, está siempre tan repleto de entusiasmo como aquella vez, con ese espíritu de ‘esto va a ser lo mejor desde…’.”

Portadas de Flex Mentallo, New X-Men, We3 y Batman & Robin

Ya en el año 2000 su relación creativa se consolidó con dos nuevas colaboraciones: JLA: Tierra 2 y Los Invisibles. La serie limitada protagonizada por los Héroes más Grandes de la Tierra narraba el enfrentamiento entre sus integrantes y unas contrapartidas malvadas, planteando una aventura clásica del género repleta de aventuras, acción y épica. Sencilla y directa, con mensaje, pero sin complicaciones. Y con un Quitely, como en él es habitual, en estado de gracia. Para redondear este año, nada mejor que dibujar la última entrega de Los Invisibles, uno de los proyectos más ambiciosos y personales surgidos de la mente de Grant Morrison: rebeldía, contracultura, filosofía existencial, anarquía y Magia del Caos… un delirio multirreferencial ilustrado por un variado elenco de dibujantes.

En junio de 2001 los escoceses se reunirían de nuevo para revolucionar la franquicia mutante a través de la colección New X-Men. Los “Hijos del Átomo” nunca habían lucido de esta forma, no solo por los guiones de Morrison, sino también por el particularísimo estilo de Quitely, que suscitó no pocas polémicas entre defensores y detractores. Un debate fútil que debería cesar con la lectura de esa pequeña joya titulada Silencio: Rescate Psíquico en marcha (New X-Men vol.2 #121 en su edición original, que con el pretexto del “mes mudo” en todas las colecciones Marvel, puso de manifiesto la incontestable habilidad narrativa de este dibujante. O el New X-Men #118, en este caso dibujado por Ethan Van Sciver, que pasará a la Historia por contener hasta 18 presencias subliminales de la palabra SEX. Genios y figuras hasta la sepultura…

Portadas de All Star Superman #1 al 4, por Frank Quitely
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Tras relatar la que bien podría haber sido “la última historia de La Patrulla-X”, en 2004 ambos autores desarrollaron un proyecto de creación propia publicado por el sello Vertigo. Bajo el título We3, Morrison y Quitely nos acercaron la historia de Bandido, Pirata y Chapucero: un perro, un conejo y un gato convertidos en víctimas de un programa de desarrollo cibernético impulsado por las Fuerzas Aéreas norteamericanas. Una cautivadora fábula que sirvió de pretexto para conocer al Frank Quitely más desatado, quien en un alarde experimental, juega y se recrea a su antojo con perspectivas, enfoques, ángulos, encuadres, planos y composiciones para regalar al lector un conjunto de viñetas imposibles que se repliegan sobre sí mismas, se retuercen, multiplican y dividen hasta formar imágenes que permanecerán en el recuerdo de muchos aficionados al mundo del cómic.

Con la maquinaría perfectamente engrasada y convertidos en uno de los equipos creativos más respetados del medio, llegaría su gran obra común, que hoy analizamos: All Star Superman. Y tras revitalizar al Hombre de Acero, intentarían lo propio con el Caballero Oscuro en el primer arco argumental de la colección Batman & Robin (2009), una nueva etapa en la ambiciosa aproximación de Morrison a la mitología del Hombre Murciélago. Sin lugar a dudas, dos autores perfectamente complementarios que, en sus trabajos en común dan validez a esa regla que rompe los más básicos principios de las matemáticas… y es que hay casos en que el resultado final es mayor que la suma de las partes…

Argumento

Suele ser habitual en los artículos o reseñas que redactamos los colaboradores de Zona Negativa, incluir un comentario relativo al argumento de la obra en cuestión. Una sucinta sinopsis que no solo ayude a contextualizar los comentarios subsiguientes, sino que también pueda resultar de utilidad a la hora de orientar a lectores curiosos, dubitativos acerca de si el tebeo objeto de la reseña se puede ajustar o no a sus filias, preferencias o intereses.

No será ésta una excepción, pero antes de proceder a describir brevemente el argumento de All Star Superman, recomendaría efusivamente a cualquier visitante habitual u ocasional de esta web que hiciera caso omiso a las líneas que siguen a continuación. En primer lugar, porque difícilmente podrán capturar la magia que desprenden las páginas de la obra de Grant Morrison y Frank Quitely. Y en segundo lugar, porque tuve la fortuna de leer este tebeo de forma mensual, al ritmo de publicación de la edición original y sin caer en la tentación de indagar previamente acerca de ningún tipo de detalle alusivo a su contenido. Y lo cierto es que el sacrificio –esto es, contener la curiosidad que sentía acerca de las intenciones del inclasificable dúo escocés– se vio recompensado con creces. En muy contadas ocasiones me he visto tan sorprendido como durante la lectura de All Star Superman, tan gratificado por la sucesión de páginas repletas de ingeniosas ocurrencias, divertidas referencias y oportunos guiños. De forma que no me gustaría sentirme en modo alguno cómplice de privar a cualquier lector de experimentar sensaciones análogas.

Pero si de todos modos hay quien prefiera hacer caso omiso de esta recomendación, tan solo tiene que pulsar el siguiente botón:

Aviso de Spoiler

Durante una exploración en las inmediaciones de cromosfera solar, la nave Ray Bradbury atraviesa series dificultades. Tripulada por el Dr. Leo Quintum y un grupo de colaboradores de la organización científica P.R.O.Y.E.C.T.O., no solo sufre daños en sus escudos antigravedad, sino que también alberga en su interior a una “bomba suicida con forma humana modificada genéticamente”, fruto de los maquiavélicos planes de Lex Luthor. Efectivamente, éste parece un trabajo para Superman, de forma que El Hombre de Acero acude al rescate. Pero debido a una exposición excesiva a la radiación estelar procedente del “Astro Rey”, se verá incapaz de procesar adecuadamente semejantes cantidades de energía. Esta circunstancia se traducirá en dos efectos: por una parte, Superman ve aumentado su poder hasta límites antaño inexplorados; por otra, comienza a experimentar muerte celular… ¿Serán estos los últimos días del Último Hijo de Krypton?

Previendo las posibilidades más funestas, el alter ego de Clark Kent se pone manos a la obra, lidiando con diferentes asuntos: su relación con Lois Lane, su desempeño como periodista del Daily Planet, las responsabilidades que ha asumido como protector de la Tierra… Demasiados frentes abiertos que, al parecer, tendrá que compaginar con la realización de doce hazañas que pasarán a la Historia.

Mientras tanto, Lex Luthor aguarda en la Prisión de la Isla de Stryker la efectividad de su condena por la comisión de crímenes contra la Humanidad: la pena capital. ¿Por qué el archienemigo de Superman aparenta estar tan tranquilo? ¿Acaso esta cadena de acontecimientos forman parte de su plan maestro definitivo?

La obra, en palabra de sus autores

Grant Morrison:

  • Acerca del proceso de documentación: «Me sumergí en Superman, e intenté encontrar en todas esas aproximaciones tan diversas la esencia que ‘alimenta el motor’. Entonces extraje, purifiqué y refiné esa esencia, drenándola en el ‘depósito’ de All Star, recreando personajes a imagen y semejanza de mis propios sueños, sin el bagaje de la estricta continuidad.».
  • Fe ciega en la especie humana: «Superman ve lo mejor de nosotros, incluyendo a Luthor. Y esa es la razón por la que en ocasiones está triste o confuso, porque también nos ve haciéndonos daño, estando enojados, celosos y autodestructivos. Él ve lo mejor, piensa que los seres humanos son sorprendentes, y quiere que nos elevemos a su nivel, que nos convirtamos en superhumanos y viajemos al espacio, o lo que sea, pero sus ideales entran en constante conflicto con los problemas y las inadecuaciones humanas…».
  • Motivaciones y objetivos: «A medida que el proyecto avanzaba, no estaba pensando acerca de la Edad de Plata o la Edad Oscura, o cualquier cosa relacionada con los comics que había leído, sino en la gran idea compartida de ‘Superman’ y ese logo en forma de ‘S’ que allá donde voy veo estampado en camisetas, de chicos y chicas. Ese Superman comunal. Quiero que plasmemos en las páginas esa precisa energía del Superman Platónico.».
  • El proceso de colaboración con Quitely: «Para All Star Superman, Frank y yo pudimos hablar un montón, poniéndonos de acuerdo acerca de cómo tenían que ser las cuadrículas, las viñetas, la estructura, la distribución de viñetas, la elegancia formal, la claridad de la presentación. ‘Clásica’ en toda la extensión de la palabra. El medio, el mensaje, la historia, el personaje, todo funcionando junto, como una sencilla ecuación… Frank Quitely, un tipo de la Escuela de Arte de Glasgow, comprendió completamente y sin necesidad de demasiada explicación, los profundos cimientos estructurales de la serie y cómo hacerlos encajar en sus composiciones.«.
Superman y Krypto: un paseo espacial

Frank Quitely:

  • Acerca de su colaboración con Grant Morrison: «Me encanta trabajar con Grant. Es un narrador brillante, es inventivo hasta el infinito; encuentra modos creíbles de introducir nuevos conceptos y nuevas formas de observar temas familiares, y comprende qué hace funcionar a un cómic mejor que cualquier otro. Tenemos cosas en común, pero no creo que ese sea el asunto… quizás tiene más que ver con el hecho de que el dibuja, en bocetos muy sencillos, cada guión que escribe. Por mi parte, me aproximo a cada guión en el que trabajo exactamente de mismo modo, independientemente de quién lo escriba, pero realmente siento que los cómics que hago junto a Grant funcionan como un todo de una forma más satisfactoria.».
  • En relación a la influencia de la Edad de Plata: «La Edad de Plata es una de las influencias de esta mezcla, pero desde mi punto de vista, es simplemente cuestión de sentarse con Grant y escuchar los objetivos que está tratando de alcanzar, qué quiere que haga, entonces recibo cada guión e intento hacerlo lo mejor que pueda.«.
  • Detallando el proceso de realización de una página: «Para comenzar, siempre leo el guión varias veces hasta que realmente puedo ver todo en mi cabeza, y sé dónde encaja cada escena dentro del número de que se trate y dónde encaja cada página dentro de la escena. Entonces realizo bocetos en los márgenes del guión y cojo lo mejor de esos bocetos para componer la página. Obviamente, cada panel debe ser legible, debe dejar un espacio adecuado en los lugares adecuados para que los cuadros de texto y los bocadillos discurran de forma cronológica, de arriba abajo y de izquierda a derecha. Dependiendo del guión, podré utilizar un punto de vista fijo, un zoom lento… es siempre cuestión de encontrar el equilibrio de los elementos, escoger ángulos y puntos de vista que narren la historia con una especie de fluir deliberado.».
  • El legado de All Star Superman: «Bueno, imagino que el legado de este libro, si va a haber un legado, es cuestión de Grant. No he participado en las historias o la dirección general. Por lo que a mi respecta, como cualquier otro trabajo, recibo los guiones y simplemente trato de hacerlo lo mejor que pueda en el tiempo permitido, y adoro estos guiones. Solo espero que la gente lo recuerde y al menos piense que mi trabajo funciona en esas historias que Grant está escribiendo.».

Orígenes del proyecto, influencias y homenajes

Los más versados en el mundo del tebeo estarán familiarizados con las declaraciones de Grant Morrison, quien durante las numerosas entrevistas que concede a los medios especializados americanos suele desmarcarse con ocurrencias, relatos y teorías realmente sorprendentes. Su concepción de la vida en general, y de la historieta como medio de expresión en particular, depara frases para el recuerdo, muchas de ellas alusivas a las curiosas formas en que le llega la inspiración. En este sentido, el caso de All Star Superman no es diferente, pues esta ambiciosa obra tiene un origen cuanto menos sorprendente…

Cuenta el propio Morrison que parte de los conceptos desarrollados en este tebeo surgieron durante 1998, cuando trabajó junto a Mark Millar, Mark Waid y Tom Peyer en un hipotético relanzamiento de la franquicia del Hombre de Acero. Durante ese particular braimstorming surgieron ideas de las que el guionista escocés tomó buena nota, y aunque finalmente la propuesta no vio la luz, años más tarde terminaría resultando clave en el desarrollo de la obra que hoy centra nuestra atención. Hasta aquí nada extravagante… Lo pintoresco del asunto llega cuando Morrison menciona la importancia de un “encuentro chamánico” experimentado junto a su editor Dan Raspler: durante la celebración de la convención de Cómics de San Diego en la cual departieron acerca del relanzamiento del personaje, se toparon con un individuo disfrazado de Superman que, a diferencia de lo que suele ser habitual, guardaba un gran parecido con el Hombre del Mañana. Tal vez por las horas a las que se celebró el encuentro, la sugestión propiciada por la conversación previa o la imaginación del escocés… La cuestión es que el individuo disfrazado accedió a la petición de Morrison de responder a diferentes preguntas relacionadas con el personaje. Pero para sorpresa de Morrison y Raspler, ¡lo hizo como si realmente fuera Superman! Lejos de quedarse en una mera anécdota, este encuentro surrealista inspiró la aproximación de Morrison al personaje, profundamente impactado por su espontaneidad, confianza y cercanía, aparentemente invulnerable y con un lenguaje corporal tremendamente ajustado al personaje…

Portadas de All Star Superman #5 al 8, por Frank Quitely
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

La imagen perduró en el recuerdo del escocés, quien tras su etapa al frente de New X-Men recibió una oferta de Dan Didio: encargarse de una etapa de 12 entregas de Superman, con Jim Lee como dibujante. Pero fue imposible compatibilizar los planes y calendarios laborales de ambos autores –con lo cual, me permito añadir, todos salimos ganando–, de forma que el dibujante de origen coreano terminó colaborando con Brian Azzarello. La creciente obsesión de Morrison por crear una gran historia, una ambiciosa obra magna protagonizada por el Hombre de Acero, tomó forma definitiva cuando convenció a su amigo y colaborador habitual Frank Quitely de que se sumara al proyecto, que terminaría encontrando acomodo dentro de la línea All Star. Tras un proceso de documentación brutal, durante el cual se leyó todo cómic que se puso a su alcance protagonizado por el personaje, acometieron con total libertad la plasmación de su personalísima visión del mito, libre de la rémora de la continuidad.

A la hora de comentar referencias que se pueden extraer de la observación de este tebeo, y sin ánimo de entrar en demasiado detalles que puedan privar de capacidad de sorpresa a los lectores que no hayan disfrutado de esta serie, es obligada la alusión a conceptos mitológicos. En primer lugar, no parece descabellado plantear a Superman como una suerte de “moderno Prometeo”, en referencia al Titán procedente de la mitología griega que se convirtió en protector de los mortales. Al igual que el hijo de Jápeto y Asia, el kryptoniano parece advertir en los humanos cualidades de las que ni ellos mismos son conscientes, arriesgándose y dando la cara por ellos de forma reiterada: en el caso de Prometeo, poniendo a disposición de los mortales el fuego robado a los Dioses. En el de Superman, consagrando su existencia a la protección de la raza humana. Y sin salir de las referencias mitológicas procedentes de la antigua Grecia, es más que evidente la inspiración encontrada en Heracles / Hércules… por razones que preferimos que descubráis en las páginas de este tebeo.

Interpretación de Prometeo, por Heinrich Friedrich Füger, portada de Action Comics #1
y el Hércules de Francisco de Zurbarán

Pese a lo comentado con anterioridad, Morrison admite la creación de una “versión superheroica de un viaje de un héroe arquetípico solar”, generador de mitos, leyendas y parábolas religiosas. Pero también deja claro que estaba lejos de su ánimo plantear una actualización o calco de mitos preexistentes, reconocibles en el esquema de la serie. En su lugar, optaron por desarrollar una mitología propia… con elementos identificables, procedentes de etapas y autores célebres, y otros surgidos de las mentes de estos talentosos escoceses.

Curiosamente, Morrison responde forma análoga en relación a las claras influencias de la Edad de Plata. Durante tan célebre época, el cómic norteamericano padeció las consecuencias derivadas de las descabelladas teorías del psiquiatra Frederic Wertham, quien en el libro La seducción del inocente (1954) alertó acerca de la nociva influencia que los cómics podían ejercer sobre el desarrollo de los niños. Como consecuencia del alarmismo que cundió entre las autoridades y la opinión pública, las editoriales se vieron obligadas a conferir un tono inocente y desenfadado a los tebeos publicados, dando cabida a aventuras sumamente pintorescas. Es precisamente de esta época de donde Morrison extrae buena parte de los elementos de la mitología de Superman sacados a colación en esta serie, pero el peculiar guionista es tajante a la hora de afirmar que su intención era la de “crear una nueva version de Superman, utilizando todos mis elementos favoritos de historias pretéritas, no de una “Era” específica.”.

Pese a todas las influencias, pese a los evidentes homenajes, Morrison y Quitely se preocupan de crear su propia versión del mito, renunciando a plantear un mero pastiche postmoderno, para centrarse en una visión personal. De ahí la conjunción de villanos clásicos con otros de nuevo cuño. De ahí un aspecto visual con entidad propia, en lugar de tratar de ajustarse al estilo imperante en las etapas del personaje que a todos nos vienen a la mente. De ahí la fuerte personalidad que se aprecia en cada página de este tebeo, por derecho propio, convertido en referente de peso dentro de la nutrida bibliografía del personaje.

Rozando la unanimidad de opiniones

En contadas ocasiones, determinadas obras de ficción parecen suscitar un gran interés por parte de lectores o espectadores, ansiosos por emitir un veredicto acerca de si las expectativas creadas eran o no fundadas. Cuando a esas elevadas expectativas se le suma un visionado, –o en este caso, una lectura– gratificante, no tarda en generarse una corriente de opinión que, en el caso concreto de All Star Superman, parece realmente positiva. A continuación recogemos extractos de reseñas o artículos publicados en la blogosfera comiquera, reflejo de la opinión de diferentes bloggeros. Vaya por delante que recomiendo la lectura íntegra de estos escritos, a los que podréis acceder a través de los enlaces que facilitamos, para que de ese modo podáis apreciar su argumentación completa. Aunque tal vez las siguientes líneas os indiquen por dónde van los tiros…

  • All Star Superman es una carta de amor al personaje, a sus creadores, a la Golden y a la Silver Age. Al sentido de la maravilla, a la imaginación, a la creatividad. Al espíritu judeocristiano de la figura del superhéroe, que es tanto como decir, al espíritu moral del occidente mismo, ya sea en su versión religiosa o laica (ambas se compenetran de un modo tan profundo que son, en la práctica, indisociables). Es la prueba palpable, una más, de que no hay personajes malos, ni aburridos, ni inútiles: tan sólo esperan la llegada de su propio Grant Morrison.”. (Werewolfie; El show de los hombres lobo; 09/06/2009)
  • “… Morrison y Quitely consiguen un brillante relato gracias precisamente a sumergirse en las bases fundacionales del mito de Superman, centrándose en unos valores morales universales de sencillez inmaculada, pero que son diseccionados por los autores con indudable acierto.”. (Álvaro Pons; La Cárcel de Papel; 25/06/2009)
  • All Star Superman es el mejor tebeo de Superman que he leído en toda mi vida. Así, sin más. Es un tebeo maravilloso que destila imaginación por sus cuatros costados y cuyos dibujos te atrapan desde la primera viñeta. Es el tebeo de Superman que llevo toda mi vida esperando a leer y que por fin ha llegado, por fin tenemos la historia definitiva del personaje.”. (Pedro García; Un tebeo con otro nombre; 22/09/2009)
  • … Por si no lo he dejado suficientemente claro ‘All Star Superman’ es una compra obligada para todo amante del buen cómic, sea seguidor del hombre de acero o no, le guste el cómic de superhéroes o no, le guste el cómic en general o no, es muy probable que una persona alejada del noveno arte decida amarlo tras leer esta historia.”. (Roberto Pastor; Zona Fandom; 22/06/2009)
El Superman de Frank Quitely, en todo su esplendor
  • “Superman, en el año 2009 (en USA varios años atrás) vive su última gran aventura. Con regusto a los años 50, con un brillo especial en cada números. 12 grapas inmensas por sí mismas. Un canto al género que narra con sencillo virtuosismo el gran enfrentamiento entre Superman y Luthor. Lois Lane nunca me ha caído tan bien; ni Jimmy Olsen, coño ni el perro con capa. Todos los supermanes en uno. Toda su historia condensada en un pequeño devorador de soles.”. (Ternin; Historias de un marvelita; 09/06/2009)
  • Morrison, al igual que Moore hiciera antes, revindica todos los elementos que han hecho de Superman un icono, incluso los más absurdos que en mano de guionistas tan talentosos no lo parecen tanto , y no solo los revindica si no que los usa en toda su extensión, demostrando que no donde hay talento no importa lo absurdo que pueda parecer un concepto, siempre se puede sacar algo de ahí.”. (Fer1980; Mis cómics; 18/07/2009)
  • Con todo, ALL-STAR SUPERMAN es el tebeo de superhéroes reciente que más he disfrutado últimamente, aunque sea solamente por el componente sensual de la sucesión de imágenes, al margen de la palabra, de lo que se narra. También es uno de los que mejor comprensión demuestra del legado superheroico clásico, en este caso el de la Edad de Plata, como debo haber repetido ya diez veces.”. (Pepo Pérez; Con C de Arte; 09/05/2009)
  • All Star Superman es una obra maestra, ni más menos, perfectamente equiparable a cualquier otro pilar del cómic mainstream. Inteligente, evocadora, impactante, atrevida, profesional, creativa, cualquier calificativo se queda corto para definir una obra que sobresale en todo aspecto concebible. Trabajos como éste le recuerdan a uno por qué los superhéroes son capaces de fascinar y de inspirar, y ponen de manifiesto las posibilidades del género y del cómic como medio. La historia definitiva del superhéroe definitivo ya está aquí.”. (Alberto Morán; Zona Negativa; 12/05/2009)
Valoración personal

Llegado el momento de afrontar la valoración personal de esta obra, servidor se encuentra con serias dificultades, por ser éste uno de esos tebeos que infunden respeto y admiración, hasta el extremo de intuir que hacerle justicia con palabras será una misión imposible. En buena medida, porque una de las grandes virtudes de All Star Superman es devolver al lector –o al menos a este lector– sensaciones experimentadas tiempo atrás, cuando la suspensión de la incredulidad, más que un ejercicio consciente de complicidad, era un acto reflejo inherente al gozoso ritual de leer tebeos. Magia en forma de viñetas… sense of wonder, que dirían los americanos…

Durante toda mi vida como lector de cómics, jamás he sentido especial simpatía por el Hombre de Acero, quien presenta una caracterización y modus operandi casi antitéticos a los de mi personaje predilecto del particular panteón del Universo DC: Batman. Aún disfrutando con el desenfado de historias procedentes de la Edad de Plata, o con el paso de autores como John Byrne o Alan Moore por títulos protagonizados por el “boy scout”, siempre he preferido aquellas obras en las que se presentan versiones alteradas del mismo, o bien el Hijo de Krypton se convierte en pretexto o desencadenante de desarrollos argumentales atípicos. Tales son los casos de Superman: Identidad secreta, de Kurt Busiek y Stuart Immonen, Es un pájaro…, de Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen o, un peldaño por debajo de ambas, Superman: Hijo rojo, de Mark Millar y Dave Johnson.

Pero han tenido que llegar dos escoceses procedentes de Glasgow para echar por tierra mis prejuicios y reconciliarme con la versión más pura y clásica de Superman, a través de la cual se aprecian las peculiaridades que hacen de él un personaje que ha fascinado a generaciones de lectores y espectadores.

Detalle de la brillante primera página de este tebeo

La bibliografía de Grant Morrison suele caracterizarse por el planteamiento de ideas interesantísimas, trufadas de aportaciones ingeniosas, y desarrollos no siempre a la altura del punto de partida. Es bien sabido que el guionista escocés tiene una especial querencia por etapas clásicas del cómic americano, que reivindica a través de enfoques tan arriesgados como ambiciosos, en los que recupera y da una nueva vuelta de tuerca a conceptos y elementos primigenios del Universo DC. Hay quien asegura que el éxito de All Star Superman radica en la “contención” demostrada por Morrison. Pero esta afirmación habría que matizarla, pues en este tebeo no solo persiste en su empeño “arqueológico” y “restaurador”, sino que también se apropia de los elementos más significativos de la mitología de Superman –ni más ni menos que 71 años de Historia– para, a través de pequeñas aventuras de corte eminentemente clásico, plasmar la historia definitiva del Hombre de Acero. Una historia atemporal, clásica y moderna al mismo tiempo, en la que brillan con luz propia rasgos distintivos de la Edad de Plata, durante la cual se publicaron las más disparatadas, bizarras y divertidas aventuras.

La diferencia respecto a anteriores intentos de conjugar lo clásico con aportaciones propias radica en la claridad de esta propuesta. La cristalina narración de esta gran aventura, en la que probablemente mucho tiene que ver el papel desempeñado por un inspiradísimo Frank Quitely. En anteriores colaboraciones con Morrison, se decantó por un grafismo sumamente complejo y atrevido, siempre ajustado a los requerimientos de los inclasificables guiones de su compatriota. Títulos como Flex Mentallo o We3, por citar los ejemplos más ilustres, se convirtieron en toda una orgía experimental, durante la cual echó mano de variadísimos recursos que daban buena muestra del talento de este excepcional historietista, cuyo único límite parece su desbordante imaginación.

Bocetos de Frank Quitely: el poder de la expresión corporal

En primera instancia, parece que en All Star Superman está más comedido que en otros tebeos. Y si bien es cierto que la planificación de página es más sencilla que en anteriores ocasiones, no es menos cierto que no hay nada de convencional o anodino en las páginas de Quitely: emplea perspectivas tan curiosas como funcionales, maneja a los personajes a través de su entorno de forma magistral, y refleja sus caracterizaciones y estados de ánimo haciendo gala de un dominio incontestable de la gestualidad y el lenguaje corporal. Basta echar un vistazo a los bocetos publicados en esta página web para comprender lo concienzudo que es este dibujante: por primera vez, puede llegar a parecer verosímil que los conocidos de Clark Kent no sospechen que bajo su camisa oculta un uniforme rojo, azul y amarillo.

Con una línea clara que enraíza con la tradición europea –Moebius y Milo Manara parecen influencias más presentes que nunca–, Quitely llega al poco común punto en el que nada sobra y nada falta. Todo encaja y fluye al ritmo perfecto, pues si por algo se caracteriza este dibujante es por su habilidad narrativa, esgrimida en All Star Superman a partir de viñetas que suelen ocupar la totalidad de la anchura de la página; manejando con gran soltura cuantas elipsis le propone Morrison, sin que se resienta la claridad y fluidez de la lectura; convirtiendo, en connivencia con un excelente Jamie Grant, la experiencia de leer este tebeo en un disfrute constante para los sentidos. Soy de la opinión de que Frank Quitely es, junto a Paul Pope, el dibujante más talentoso, original y sugerente de su generación. Y ha sido en All Star Superman donde su talento ha alcanzado su punto álgido… hasta la fecha.

Portadas de All Star Superman #9 al 12, por Frank Quitely
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Dice Mark Waid en la introducción de este tebeo que “Los dioses consiguen su poder al animarnos a creer en ellos. Superman consigue su poder al creer en nosotros.”. Morrison y Quitely nos recuerdan que este Dios procedente de Krypton tanto ha deseado vivir entre humanos –en lugar de imponer su poder–, que ha terminado por convertirse en uno de los nuestros, consagrando su existencia a la protección de un mundo que lo ha aceptado y acogido sin reservas. No satisfechos con transmitir este mensaje, estos dos escoceses nos reconcilian con la versión más desenfadada –que no intrascendente– del género superheroico, a través de la potenciación de sus elementos más característicos: la fantasía, el humor, el romance, la acción y las aventuras. Premiando nuestra complicidad con un inusual derroche de talento.

Llegado el turno de comentar la edición española, por cuenta de planeta DeAgostini Cómics. Al igual que con All Star Batman & Robin, la editorial catalana ha optado por publicar esta serie en un tomo recopilatorio caracterizado por su atractiva presentación: encuadernado en cartoné, papel de calidad, precio sumamente competitivo y tamaño a medio camino entre el comic-book convencional y el formato Absolute. Todo ello, junto al precioso diseño de Chip Kidd, conforma un continente a la altura del contenido. Incluso se han recopilado las portadas originales, obra de Quitely… pero es precisamente en este punto donde se comete un error imperdonable e injustificable, omitiendo la cubierta de la sexta entrega y repitiendo en su lugar la de la segunda. Un error de bulto que, al parecer, se subsanará en una segunda edición. Pero ¿qué sucede con aquellos lectores que ha comprado la primera? ¿Por qué no se ha propuesto la devolución de ejemplares defectuosos, al igual que ha sucedido en anteriores ocasiones? Interrogantes retóricos, pues imagino la respuesta… Una lástima, pues a punto estuvieron de publicar una edición perfecta.

El Hombre de Acero: si no existiera, habría que crearlo

Dejando a un lado tanta palabrería, y por si a alguien le interesa una versión sucinta de mi opinión, decir que All Star Superman es un tebeo sencillamente cojonudo, bien escrito y mejor dibujado que, en el peor de los casos proporciona una agradabilísima lectura. Y en el mejor, devolverá al lector ese “sentido de la maravilla” que en la actualidad tiende a perderse bajo capas y capas de monotonía, cinismo y mediocridad. Males achacables a un enfoque supuestamente “adulto” que, mal entendido, está propiciando el abandono de los rasgos de un género antaño popular, que hoy pierde terreno ante otras tendencias. Ojala surjan más tebeos como éste. Y ojala no tardemos en disfrutar de otra aventura tan brillante protagonizada por un personaje que, al igual que la Promethea de Alan Moore y J.H. Williams III –tal y como nos recuerdan Morrison y Quitely en el precioso final del All Star Superman #10–, «si no existiera, habría que crearlo».

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Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)

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donniedarko
donniedarko
3 octubre, 2009 12:41

Excelente artículo,antes de nada.
Lo segundo,decir lo de la portada,que ya se ha escrito charcos de tinta hablando de lo mismo,pero aún así,no me cansaré de repetirlo:al no cambiar la edición defectuosa por la nueva en preparación,ante eso,sólo me queda decir una palabra,por no decir otras más malsonates:CHAPUCEROS.Y me quedo corto.
Nos joderemos los que tengamos la 1ª edición,qué le vamos a hacer,…las ‘planetadas’ de siempre.
Al igual que lo del tomo defectuoso de 100 balas,no anuncian en ningún sitio cómo se debe de realizar el cambio por el corregido,al menos,lo podrían haber anunciado en su web en Noticias o algo similar.
En los Facq’s,no me contestan(y van ya,….),asi que así nos demuestran a sus lectores que compremos sus cómics,tratándonos de idiotas y que traguemos lo que según ellos haga falta.
Me jode mucho que escriba en los Facq’s,y que NUNCA me contesten.Eso demuestra falta de educación,bajo mi punto de vista.
Vaya trato personalizado que nos están dando….
Y si me tengo que leer los 30000 Facq’s,para ver la solución que hay que tomar para devolver el tomo defectuoso de 100 balas,no me dá la gana.Es obliugación SUYA anunciarlo de alguna forma para que se haga el intercambio de la mejor manera posible,y no marear tanto la perdiz:que si estará preparado para el mes siguiente,que si leo por ahí que es el propio librero el que tiene que devolverlo,……….»Planetadas»,»Planetadas»,»Planetadas»…..
En fin, aver si sirve para algo éste comentario y salimos ya de dudas.
Saludos.

el tio berni
3 octubre, 2009 13:26

Menudo articulazo, David, una pasada. Gracias.

patton
patton
3 octubre, 2009 13:27

donniedarko, si te sirve de ayuda aquí dicen como proceder con el tomo defectuoso de 100 Balas.

http://libreriazinco.blogspot.com/2009/08/como-cambiar-la-edicion-defectuosa-de.html

Y sí, es una chapuza lo de la portada repetida del tomo de All-Star Superman y yo también soy uno de los perjudicados aunque al principio no me percaté del todo. Lo suyo sería que recompensaran de cierta forma al comprador.

zape
Lector
3 octubre, 2009 14:00

Guapo, guapo David, la exhaustividad no está reñida con la amenidad. CReo que era Busiek el que escribía en la intro de uno de sus tomos de Astro City que con Watchmen Morre lo que había hecho era desmontar al superheroe y dejar a la vista todas y cada una de las piezas que lo componen y que la misión de los autores despues de esto era volver a montarlo otra vez para que quedara mejor. Esto es lo que logran Morrison y Quitely aquí volver a juntar todas las piezas de Superman haciendolo nuevo y clásico a la vez, el mismo pero mejor construido.

Pedro
3 octubre, 2009 14:18

Chapeau.

donniedarko
donniedarko
3 octubre, 2009 14:21

Bueno,pues gracias por la información,Patton.
Ya estoy viendo la cara de ‘flipao’del encargado en dónde compro los cómics…..

Tachuela
Tachuela
3 octubre, 2009 14:24
José Torralba
3 octubre, 2009 16:08

¿Sabes, David? A estas alturas ya he visto Malditos Bastardos tres veces, y creo que nunca me cansaré de ver esa película y a su soberbio coronel Landa. Sencillamente, descubro cosas nuevas cada vez que la veo. Algo parecido me ha pasado con tu reseña. Llevo leyéndola toda la semana. La he leído a medida que la has ido redactando, he visto como formulabas y reformulabas sus epígrafes y ya al final, ayer, pude leerla entera. Esta mañana la he vuelto a leer y ahora la estoy comentando. Y nunca me canso de leerla… creo que eso te puede dar idea de qué me parece lo que has escrito.

Respecto a All Star Superman… baste con decir que odio a Superman, odio lo que representa y nunca me ha gustado una sola de sus historias (no, ni siquiera las de Moore, que considero algo sobrevaloradas). Y sin embargo he disfrutado como un enano con este tebeo. Con ese extraño hallazgo de clasicismo renovador que consiguen Morrison y Quitely. Un tebeo de diez.

Martin
Martin
3 octubre, 2009 18:03

Te felicito por el artículo.
De All Star Superman no puedo opinar porque no la leí, y la verdad no se si quiera leerla, creo que debo escarmentar y dejar de darle oportunidades a este autor , en mi opinion, de una calidad vergonzosa y de un ego monstruoso.

Por cierto, hoy es mi cumpleaños!!! asi que en homenaje a tantas discusiones creo que todos deberían cerrar sus comentarios con la frase «Morrison apesta» seguida de tres signos de exclamación que subrrayen el pensamiento jajajja

Saludos a todos.

QuentinQuarantine
QuentinQuarantine
3 octubre, 2009 18:08

Independientemente de lo que haga o deje de hacer Planeta y de lo que opine mi librero, y de la cara que ponga éste en su momento, yo pienso devolver mi ejemplar defectuoso a la tienda y exigir uno en condiciones, si es que, en efecto, se lleva a cabo esa segunda edición.
 
Las Planetadas comienzan a convertirse en una tradición y la verdad es que estoy de ello hasta los mismos. Lo cierto es que el traspapeleo de la portada, y la tipografía, y su rotulación, nefasta y caprichosa, irrespetuosas con las originales, me amargaron absolutamente la lectura de una obra maravillosa.
 
Tampoco me gusta nada el formato. No entiendo porqué no se ha respetado el normalmente usado para editar hardcovers de Batman, Superman u otros, que a mí me parece de lo más adecuado y cómodo para leer; claro que ignoro si el recopilatorio original tenía o no este formato sobrealimentado. Igual es un problema mío, porque odio tanto las asimetrías como el formato Absolute de los huevos.
 
Gran artículo.

Juanjo Palacios
3 octubre, 2009 18:09

Magnífico artículo David, si Quitely alcanza su mejor momento en All Star Superman yo creo que tu lo has hecho en este artículo.

Ziggy
Lector
3 octubre, 2009 19:49

Pues es una de las mejores historias de superheroes que he leído. Muy buen artículo.

juanky
juanky
Lector
3 octubre, 2009 20:52

All Star Superman solo se puede decir cosas buenas,pero All Star batman ¿quien coño es frank miller para guionizar este comic? es mejor jeph loeb,brandon choi o quien sabe,

zape
Lector
3 octubre, 2009 21:17

No tengo mayor mérito, David. Me limito a certificar a Kurt Busiek y a dar la razón a Moore cuando ahora habla del daño que Watchmen acabó haciendo al cómic de superheroes.

QuentinQuarantine
QuentinQuarantine
3 octubre, 2009 22:36

Lo de la falta de respeto por la tipografía me mata, en esta obra en particular y en otras muchas.
 
Ahora que lo pienso, si el maquetador/rotulista es incapaz de reproducir la tipografía original, ¿tan traumático resulta conservar según que frases, títulos, rótulos en el idioma original y poner una nota a pie de página como, de hecho, se hace en no pocas ocasiones en muchos cómics editados por estos planetólogos de lo imposible, que el diablo confunda?

Oscar
Oscar
4 octubre, 2009 2:45

Impresionante reseña. Me han entrado ganas de releerme el comic (cosa que haría de no tener, como muchos, una pila infinita de comics por leer)
Sigue así!

fer1980
4 octubre, 2009 16:24

Plas, plas, plas, magnifico, realmente magnifico.

Herodes
4 octubre, 2009 21:09

Para mi este es el mejor comic de Superman que he leído en mi vida. Logró que me interesara un personaje que para mi gusto es acartonado y mal utilizado. Por cierto dos observaciones: en New Xmen 118 el dibujante del comic que provocó polémica es Ethan Van Sciver no Quitely y por otro lado el autor que suplió Morrison en la etapa de 12 números en la serie de Superman fue Brian Azzarello, no Jeph Loeb. Muy buen artículo por cierto. Saludos

Mt
Mt
4 octubre, 2009 22:20

¿Qué queréis que os diga? Lo de la tipografía y lo de la portada en el All-Star no ha sido nada comparado con lo que hicieron con la tipografía y con las portadas de Gaston Lagaffe (al menos, al prota no le llaman Superhombre).

Y menos mal que aquí no siguieron el lamentable formato de sus recopilatorios para Batman y, por fin, encontraron uno digno y barato. Pero en fin, siempre habrá quien se queje.

Diomedes
Diomedes
5 octubre, 2009 1:01

Pues a mi ,la verdad ,a pesar de ser un tebeo entretenido ,no me parece mucho mas que el enesimo refrito de los elementos basicos del Superman de la Silver Age.

X-TREMO
5 octubre, 2009 9:33

Para empezar, decir que me parecen respetable los gustos de la gente. Tambien h e de decir, que no me importa releer los reboot, reorigenes o como quieran que lo llamen. Pero ni esto es un reboot, ni cuenta los origenes, ni el dibujo es bueno ni la historia una maravilla.

Compre a la vez los tomos de All Star Superman y All Star Batman y Robin.

Me aconsejaron sobre todo el del hombre de acero. Y despues de leer la introduccion Mark Waid en la que decia que era el mejor comic de Superman que habia leido, me relami y empeze a leerlo. Y solo puedo decir que me lleve una decepcion total.

El dibujo me parece penoso, con esa sensacion de que la gente este obesa todo el tiempo y la cara de imbecil q pone Superman todo el rato. Los personajes casi no estan reconocibles, con esas actitudes tan extrañas, el guion me parece patetico y la historia muy muy triste.

Lo unico buen es el planteamiento de un Superman

Aviso de Spoiler

a punto de morir y que intenta cumplir con ciertas tareas que le quedan pendientes

.

Por lo demas, el tomo me ha parecido una perdida de dinero y de tiempo. No entiendo porque se le da tanto bombo a este comic, cuando para mi el All Star Batman y Robin,  es mucho mas divertido, graficamente espectacular y con unos personajes fuera de la linea habitual pero totalmente creibles. Porque señores, Superman es un boyscout, Batman es un cabroncete justiciero, a Robin se le obliga a convertirse en lo que es, Wonder Woman es una amazona y como tal deberia renegar de los hombres , etc, etc. Para mi este comic merece bastante mas la pena.

Asi que señores, sintiendolo mucho y siempre desde mi perspectiva, lamento decir que el All Star Superman no es la obra maestra que pretenden vendernos.

Por lo demas, me quito el sombrero por su articulo, que realmente es genial.

Martin
Martin
5 octubre, 2009 21:29

Y si, gustos son gustos y es bueno que se difiera. Personalmente a mi tampoco me gusta Quately, y no veo esa genialidad que tanto le reconocen, dibuja todas las caras iguales. En Jla Tierra 2, su Lex Luthor parece su Superman pelado, peor bueno, no le quito méritos al hombre, tampoco es que lo deteste ( como a Bagley, a ese si no lo soporto jaja ) pero también prefiero la espectacularidad de Lee.

Y con respecto al All Sar Batman… bueno, tampoco lo he leído, pero,  si es un divertimento palomitero y bueno , pues bienvenido, si es divertimento palomitero y malo, pues entonces si merece ser dilapidado jaja.

Y david, déjame decirte que, sea Morrison, Miller o cualquiera,  un tipo volando en mayas azules y con los calzoncillos arriba del pantalón también necesita mucha complicidad del lector, muchísima. jajajj

Saludos, y felicitaciones again por el artículo.

Tachuela
Tachuela
5 octubre, 2009 22:33

>>>dibuja todas las caras iguales.>>>

Afortunadamente dibujar tebeos es mucho más complejo que dibujar sin más. Dibujando tebeos en donde Quately es un genio.

Diomedes
Diomedes
5 octubre, 2009 23:23

Uh ,en ciertos sentido si es un reboot.

Me explico ,hemos estado leyendo al padre de Superman desde hace la tira de años hasta hace recientemente poco.Pero en ASS nos cuentan una historieta en la cual

Aviso de Spoiler

el padre de Superman (Jonathan Kent) muere cuando Superman por mas que ya lleve el traje

todavia es un paletazo en Smallville que no sabe usar sus poderes y grita «Pa!Pa!» como todo hijo de vecino. Es decir ,cuando todavia es bastante joven.

Entonces ,o ASS es un reboot ,o es un Elseworld….y como esto se pueden encontrar mas cosas.

Tachuela
Tachuela
6 octubre, 2009 0:29

Como elseworld es demasiado extraño: no se sitúa al protagonista en ningún universo extraño tipo «Batman contra los vampiros», «Batman a finales del XIX», o «Superman comunista». ¿Un Eslseworld que no se basa en cambiar todo el personaje, sino en reflejar al personaje tal y como es, en términos generales? Por eso me parece genial que se hayan inventado el nuevo nombre de «All Star», no encaja en los Elseworlds aunque se insista.

Xtremo
6 octubre, 2009 17:30

Hola David.

Para empezar agradecerte que me respondieras.

En ningun momento dije que fuera un reboot, cuando comente eso me referia a lo del enesimo refrito que comentaba Diomedes.

Disculpa por lo de los spoilers, no era mi intencion desvelar nada( si te acercas a mi blog veras q no lo hago nunca , ni siquiera incluyo botones de spoilers).

En cuanto a  lo de los dibujos de Quitely,  entiendo lo que dices con lo de los recursos, pero creo que este caso los personajes no lucen como deberian. Cuando uno ve el We3, disfruta del dibujo y de la belleza de las ilustraciones que lo componen, pero solo cuando se omiten  a seres humanos a los que se ve las caras. Puede ser su estilo pero me parece que deberia trabajar en mejorar las representaciones humanas.

En cuanto a la historia ( que es lo que deberia primar en un comic, sea cual sea el dibujante) nadie puede negar que es un tanto particular. No soy el fan nº 1 de Superman, pero esta historia es muy rara, y los personajes que salen en ella tambien. Incluso las actitudes y situaciones a las que se someten son extrañas. ¿ Un mono entrenado para abrir un agujero en el suelo de la carcel para que Clark Kent escape por unas escaleras y un rio subterraneo digno de la mitologia griega ?. Y ese es solo un ejemplo.

Estoy a favor de la innovacion, incluso de reinventar a los personajes, pero creo que esta no es precisamente la historia mas relevante de Superman, y no es porque este fuera de la linea real del universo DC, simplemente es porque no aporta nada. Hay mejores historias «alternativas» como Superman Identidad Secreta.

En cuanto a lo Batman, si que es palomitera, incluso he llegado a escuchar que este comic es como si Vin Diesel encarnara a Bruce Wayne, pero es que realmente es divertido.  Y el dibujo de Lee, no es que sea mas espectacular, es que esta mucho mas cercano de lo que se espera cuando uno compra un comic de Superheroes.

Y bueno, estoy seguro de que por mucho que sigamos no llegaremos a consenso con la obra de Superman, pero si en algun momento he resultado molesto te pido mis disculpas, pero creo que para eso estan los foros y secciones de comentarios.

Un abrazo y seguire leyendote.

Tachuela
Tachuela
6 octubre, 2009 17:58

>>>¿ Un mono entrenado para abrir un agujero en el suelo de la carcel para que Clark Kent escape por unas escaleras y un rio subterraneo digno de la mitologia griega ?>>>

El mono no perfora el suelo, tiene otro utilidad muy diferente 😉 Precisamente este tipo de situaciones estrambóticas son las que hicieron de Superman un superventas en los 50.

Lex Prime
Lex Prime
7 octubre, 2009 5:13

Excelente articulo….. el comic es eso y más……..Otra cosa es lo de la edición de Planeta, yo compre mi numero en CHILE, un país en Sudamerica, en 28 Euros.. uff.. y no podre cambiar mi Comic, por la distancia, asi que no reclamen tanto, ya que no estan en el fin del mundo….

juan
juan
10 enero, 2010 11:48

¿Sabeís si se ha publicado la segunda edicion corregida?