Batería de Reseñas #20

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Bienvenidos a una nueva Batería de Reseñas, con tomos de Panini de Abril para analizar. Tres, concretamente. En Guardianes de la Galaxia, Abnett y Lanning presentan a la nueva fuerza proactiva cósmica en una serie que nadie debería perderse. Vaughan y Risso nos hablarán sobre el pasado de Lobezno en la tierra del sol naciente en Logan, y Oeming, Berman y DiVito nos contarán que fue de Bill Rayos Beta después de la caída de Asgard en Rompedor de Tormentas: la Saga de Bill Rayos Beta.

Guardianes de la Galaxia Nº01
Edición original: Guardians of the Galaxy #01-#06
Guión: Dan Abnett y Andy Lanning
Dibujo: Paul Pelletier

GUARDIANES DE LA GALAXIA Nº01

Después de disfrutar de la labor de Abnett y Lanning en Nova, ¿cómo no esperar con ganas el último trabajo del dúo maravilla del cosmos marvelita? Con Guardianes de la Galaxia, la pareja de guionistas hacen uso de elementos que han estado usando hasta ahora a la vez que incorporan unos nuevos. La combinación no puede ser más acertada y el resultado, más entretenido y vibrante. Guardianes de la Galaxia es una lectura que encantará a quienes disfrutaron con Aniquilación, pero que también cautivará a los que lean las aventuras de estos personajes por primera vez.

Como he comentado, hay algunos aspectos de trabajos anteriores que vuelven a la palestra, con pocos cambios. Si acaso, se aprecia una mayor madurez, un mejor dominio de la narrativa que se traduce en una historia más ágil y a la vez más intensa. Es el caso de algunos momentos “potentes” y heroicos, en los que el saber hacer de Abnett y Lanning (con la inestimable ayuda de Pelletier) consigue transmitir toda la pasión y la energía del momento. Tan importante como los propios hechos es cómo se cuentan, y en esta serie están muy, muy bien contados. La épica, una constante en todas sus producciones, vuelve con intensidad para crear grandes amenazas, aventuras, conceptos y combates.

Por otra parte, es original y refrescante en su justa medida. Con esto quiero decir que no abruma al lector con un montón de ideas sueltas, sino que presenta de forma coherente una serie de puntos que definirán la historia, va incorporando sorpresas e ideas a medida que avanza la aventura y conforme se acerca el final, va atando cabos o explicando de forma convincente lo ocurrido. Los conceptos que maneja son grandioso, atrevidos y originales, pero entendibles. Además, retoma a personajes que ya conocemos, pero les otorga un papel adecuado y una caracterización más que correcta, humanizándolos a la vez que establece una clara diferencia entre el héroe común de la Tierra y ellos. Todo esta pensado para no renegar ni un instante de la tónica de gran aventura espacial, pero a la vez resultar interesante hasta para el más reciente aficionado.

Hablando de los personajes, la interacción entre ellos y la de éstos con los secundarios es destacable. En ningún momento da la impresión que todo gire en torno a ellos, sino que se nota que son una parte de algo mucho mayor: la escala de la historia y la abundancia y riqueza de los secundarios lo garantizan. Por otra parte, pasa bien poco hasta las primeras revelaciones de que, debajo de las amenazas y objetivos inmediatos, acecha un mal mucho mayor.

Este aspecto se maneja con mucha astucia, por dos vías: en primer lugar, introduciendo en la historia personajes o conceptos que adelantan qué depara el futuro sin revelar demasiada información, pero dejando una sensación de urgencia y peligro inminente a su paso (y además, usando referencias del Universo Marvel, y ligando esos conceptos entre sí para darles cohesión y multiplicar el efecto que provoca su aparición… casi nada). Y en segundo lugar, usando una narrativa inteligente y divertida, en la que pasado, presente y futuro se mezclan: los personajes hablan de sus aventuras pasadas ante unas cámaras que rompen el cuarto muro y Mantis lanza sus predicciones sobre el futuro al lector, todo ello mientras transcurre la historia. Todo ello de forma natural, entretenida y sin pretensiones. Nada de vaticinios a gritos: simples avisos de lo que está por venir. Muy elegante.

Un aspecto que sí podría llegar a reprocharse es que, mientas que las amenazas futuras son atractivas e interesantes, las amenazas presentes en ocasiones resultan un poco anodinas. Así, tenemos varios bichos cósmicos gigantes o fanáticos religiosos cuyo único rasgo es ser fanáticos de… ¿algo? Son amenazas estereotipadas que, aún cuando tienen algún aspecto chulo – los avatares de los fanáticos tienen un poder que bien podría ser una versión deformada de los anillos de poder de los Green Lantern – resultan planas. Son adecuadamente grandes e impresionantes, pero no motivan a que se indague en ellas porque poco o nada hay que indagar.

Por suerte, la situación es distinta en los conflictos internos del grupo: en este caso sí están notablemente escritos y lo que es mejor, muy bien desarrollados. Éstos tienen lugar, sobre todo, hacia el final del tomo, pero durante todas sus páginas hay roces y discusiones que agitan un poco el ambiente, pero que son conducidos con cabeza. Se agradece que los guionistas escriban a unos personajes razonables y adultos, independientemente de la situación.

Y así, la primera parte del tomo discurre a un ritmo de permanente aceleración, con explosiones por doquier, disparos y un ritmo vibrante, manteniendo viñeta a viñeta un montón de los aspectos positivos desgranados en los párrafos anteriores de esta reseña. Los tres primeros números son un festival para la vista y la imaginación: la cantidad y calidad de elementos que tienen lugar en cada página garantizan una lectura divertida y con contenido.

La segunda parte se centra en la Invasión Secreta. Y si bien consigue lidiar al toro con soltura y estilo, no le saca todo el jugo a la situación. En los casos de Capitán Britania o Hércules, estandartes de cómo capear un crossover y que ambas partes ganen, la invasión Skrull no se elude en ningún momento, sino que entran al trapo tirándose de cabeza, y aprovechan los elementos que brida el ataque en su propio beneficio, dándole un cariz propio. Guardianes de la Galaxia aprovecha la incertidumbre y las sospechas que se crean dentro del grupo… pero venga, eso es una constante de todas las series que han participado en Invasión Secreta. Era previsible. Pero a la hora de cómo afecta el ataque en sí… no afecta. Dado que es un golpe contra la Tierra, la invasión pasa desapercibida, casi de puntillas por las páginas de esta serie.

Por un lado, nos quedamos sin Skrulls hostiles. Pero Abnett y Lanning eligen otra vía: retratar a otra cara de la civilización Skrull. Es algo que ya se ha hecho con anterioridad y que se ha explorado en otras series actuales, pero nunca está de más recordar que la diversidad y la variedad de opiniones no son patrimonio exclusivo de la raza humana. El conflicto dentro del grupo tiene, por lo tanto, dos vertientes: la desconfianza de aquellos que sospechan que hay un traidor entre ellos, y quienes conocen toda la situación y tratan de poner sobre aviso al resto. Es un enfoque que, aunque prescinde de muchas de las posibilidades que brinda Invasión Secreta, explora el tema desde su propia perspectiva.

El dibujo corre a cargo de Paul Pelletier. Pelletier es un monstruo a la hora de dibujar acción. No hay arma alienígena, explosión, nave, splash-page impresionante, monstruo, concepto o escena de combate que se le resista. Ninguna. Una narración de calidad y una fuerza que pocos dibujantes pueden igualar hacen que el apartado gráfico de esta serie impulse al guión, apoyándolo e intensificándolo. En algunas ocasiones hay algunos patinazos en el terreno de la anatomía: cuerpos raros, caras con expresiones poco agraciadas, posturas forzadas y poco naturales en una escena de lo más tranquilo (es decir, cuando más claramente se ven). Son algunos defectos que alejan al conjunto del sobresaliente, aunque la muy destacable labor de Pelletier a la hora de plasmar el estilo de la serie y optimizar la narración lo sitúa muy por encima de la media.

Guardianes de la Galaxia es una lectura refrescante y versátil, que combina la maestría de Abnett y Lanning de escribir epopeyas cósmicas con un planteamiento atrevido y prometedor, una envidiable caracterización, una acertada interacción entre los personajes y un buen número de ideas nuevas (estilo narrativo, presentación de las amenazas, nuevos conceptos). De este modo mantienen las virtudes de anteriores trabajos, pero consiguen que las andanzas de los Guardianes resulten frescas y atractivas. Un trabajo profesional, completo y muy recomendable.

Lobezno: Logan
Edición original: Logan #01-#03
Guión: Brian K. Vaughan
Dibujo: Eduardo Risso

LOBEZNO: LOGAN

Logan es un producto curioso, muy distinto a todo lo que se está publicando sobre el personaje en la actualidad. ¿Significa eso que sea recomendable? No, pese a llevar la firma del gran Brian Vaughan. En primer lugar, la historia gira en torno a dos vertientes del personaje que en principio pudieron ser buenas, pero que se han vuelto muy repetitivas con el tiempo: la temática japonesa y la madurez del personaje. La primera sólo ha servido para dos cosas a lo largo de la historia del personaje: para proveerlo de una inagotable cantidad de carne de cañón masacrable en forma de ninjas de La Mano, y para darle una pátina de honor samurai y marcialidad a un personaje que no la necesita, por superficial, manida y falsa.

En esta ocasión no hay ninjas, gracias al cielo, pero sí que se utiliza el contexto para darle a los tres números una capa de reflexión e introspección demasiado pretenciosa para su propio bien. Vaughan trata de diseccionar al personaje con metáforas, momentos íntimos y un ambiente reducido (tanto física como literariamente), pero no ahonda en ninguna característica clave del personaje, no plantea nada especialmente novedoso y no ofrece una perspectiva o un punto de vista diferente. Es Logan, enfrentándose a demonios internos, demonios externos, y manteniendo una actitud sombría y apesadumbrada en un contexto en el que encaja como Harry el Sucio en los jardines de Versalles. Y no va a más.

La otra vertiente, la de la madurez (o maduración, si preferís), tampoco termina de cuajar. Vaughan se pierde en simbología, en una narración pomposa e incluso un poco pesada en ocasiones, en una dirección poco clara que ni mantiene el interés ni invita a la reflexión. Se notan unas ganas sinceras de hablar sobre el personaje, pero le pierden las formas. La experiencia traumática que le hace madurar es bastante impactante, pero está un poco cogida por los pelos, y las consecuencias que desata en uno de los secundarios es directamente rocambolesca. Hablando de secundarios, no esperéis ver ninguna caracterización profunda. Son dos, y son dos estereotipos como otros cualquiera. Uno de ellos, de hecho, no sólo es un arquetipo, sino que es un arquetipo risible y casi inocente. En cuanto a otros aspectos formales del comic, como la narrativa o el guión, están al servicio de la atmósfera intimista que Vaughan trata de recrear, y no consiguen ni potenciar la historia ni enriquecerla. Posiblemente uno de los trabajos más flojos del guionista.

El dibujo de Risso tampoco contribuye a crear una obra memorable. Algunos planos tienen una falta de detalle y consistencia que llama la atención, y otros contienen diseños o figuras directamente feos. Aspectos como la anatomía o la perspectiva son francamente mejorables… lo que sería perdonable si otros apartados, como la narración, estuviesen muy, muy bien. Que no es el caso. Las escenas de pelea son especialmente malas, demostrando no tener ni la más remota idea de cómo es un duelo a espada, prefiriendo el más cinematográfico enfoque de acrobacias y saltos sin ninguna coherencia o estructura entre viñetas. Está por debajo de otros trabajos, y a una distancia considerable de 100 Balas.

Rompedor de Tormentas: la Saga de Bill Rayos Beta
Edición original: Stormbreaker: The Saga of Beta Ray Bill #01-#06
Guión: Michael Oeming y Daniel Berman
Dibujo: Andrea Di Vito

ROMPEDOR DE TORMENTAS: SBRB

Bill Rayos Beta merecía una miniserie y el lector merecía saber qué fue de él. O por lo menos, tener noticias de ese personaje que algunos vemos como la versión más agresiva y arrojada de Thor. Un potro con un martillo. Y un objetivo. Y un sentido de la responsabilidad y el honor que pone en evidencia a las motivaciones de muchos otros héroes. ¿He mencionado ya lo mucho que me gusta el personaje? Por desgracia, él solo no es capaz de llevar todo el peso de una miniserie que, por lineal y predecible, aleja un trabajo competente de uno notable.

Un aspecto positivo es que Michael Avon Oeming y Daniel Berman entienden bien al personaje e intentan potenciar su imagen de héroe apasionado, bravo, incapaz de retirarse ni aún estando casi derrotado. Un tipo que no conoce la palabra “abandonar”. Esta actitud queda plasmada página y página, desde el principio: Bill como el último vestigio de un mundo aniquilado, un guerrero sin batalla, salvado en el último instante por su mejor amigo. Así da comienzo su aventura en Stormbrekaer, una odisea de seis números en la que pasará de ser el último superviviente de Asgard a un héroe en la Tierra. Durante el viaje deshará entuertos, luchará con enemigos… y después, puede que pelee un poco más.

Esta estructura tan sencilla y básica es uno de los defectos de la miniserie. Una estructura lineal no es inherentemente mala, pero Oeming y Berman se las apañan para hacerla previsible. Tiene muchísimos momentos capaces de quitar el hipo, eso es indiscutible. Muchas peleas viscerales y potentes, de poder contra poder, de valor contra valor. Es épico y apasionado, pero eso es todo cuanto ofrece. Bill superando la adversidad a base de fuerza de voluntad, y venciendo a su enemigo con intensidad y valor. Verlo una vez es bonito e inspirador. Verlo dos, entretenido. Verlo seis veces resulta cansino y repetitivo.

La presentación de las amenazas, lejos de crear ambiente y tensión, hacen que éstas sean más esperables. No hay suspense, no hay intriga, no hay expectación: es como si el villano apareciese tras el telón diciendo “eh, luego me toca a mí”. Esto no sólo resta presencia a la amenaza de turno, sino que además hace su aparición más anticlimática. ¿Resta intensidad al combate? No, en absoluto. Bill tiene que medirse con algunos enemigos de altura: a veces poco definidos, a veces algo vagos, pero siempre muy, muy poderosos. Pero los enfrentamientos siguen el mismo patrón una y otra vez, y por lo tanto, acaban siendo iguales que la presentación del próximo villano: predecibles.

Por supuesto, no sólo de peleas vive el héroe, así que de fondo hay una historia más grande que conecta varios personajes y situaciones. No es mala y cumple de forma aceptable su papel de hilo conductor, aunque la narración podría mejorar. En cualquier caso, los distintos acontecimientos derivan en un nuevo estatus quo para el personaje que, francamente, no necesita. No daré demasiados detalles, pero basta decir que no es una evolución con respecto a su estado anterior, ni añade profundidad o interés al personaje.

El dibujo es muy adecuado, y todos los combates tienen las dimensiones y la magnitud requerida. Son inmensos. Dado que los contendientes rara vez son unos maestros de la estrategia o disponen de muchos poderes, el planteamiento es muy básico: cara a cara, y hasta que uno deje de moverse. Trabaja muy bien con esta premisa tan básica, y engrandece a los implicados hasta que la pelea transmita la imagen de un duelo de colosos. En cuanto al resto, es mejorable. Muchos personajes indistinguibles, una anatomía que a veces resulta exagerada y un martillo poco inspirado son pequeñas fisuras en un conjunto notable y muy apropiado para el contenido.

Los aficionados a los enfrentamientos directos y a la acción desbocada tendrán una lectura con pocas pretensiones, violenta e intensa, aunque de estructura lineal y predecible. Aquellos que deseen leer a un buen Bill Rayos Beta tendrán un retrato acertado, simple pero eficaz del personaje, aunque echarán de menos alguna interacción que no se base en los martillazos, o unos diálogos más conseguidos. Y los que busquen una aventura completa… bueno, seguramente se sentirán algo insatisfechos. La historia que transcurre entre pelea y pelea no es nada del otro mundo, y la acción presenta algunos problemas. Éste caballo ganador es capaz de más.

Hasta aquí llega la Batería por esta semana. La que viene, más, y de Planeta. Nos vemos entonces.

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Mistic
Mistic
15 abril, 2009 14:02

Guardianes de la Galaxia es entretenidísima. La recomiendo a todos los que les gusten las aventuras de fantasía espacial o les tienten las palabras «mapache cohete» y «perro astronauta parlante».

Me sorprende la nota de Logan.  Esperaba más. No he leído la obra, así que no puedo juzgar.  Pero no estoy de acuerdo con la frase «para darle una pátina de honor samurai y marcialidad a un personaje que no la necesita, por superficial, manida y falsa». Para mí Lobezno será siempre el de Lobezno: Honor. Logan necesitaba esa madurez que le dieron Claremont y Miller.

Aunque, claro, cuando los temas japón-ninjas-honor se repiten como el ajo en todas las historias de Logan, comprendo que canse.

I´m with a Skrull!
I´m with a Skrull!
Lector
15 abril, 2009 15:46

Pero por que han traducido Stormbreaker?

Alberto Morán
Alberto Morán
15 abril, 2009 17:32

>>> Guardianes de la Galaxia es entretenidísima. La recomiendo a todos los que les gusten las aventuras de fantasía espacial o les tienten las palabras “mapache cohete” y “perro astronauta parlante”.

Lo secundo, incluyendo a los animales como motivo – sobrado – para comprarla.

>>> Me sorprende la nota de Logan.  Esperaba más.

Y yo, la verdad, Vaughan suele ser sinónimo de calidad hasta con proyectos pequeños (Cámara). Pero a medida que lo leía, más me daba la impresión de que no iba a ninguna parte.

kaosbaggins
Lector
21 abril, 2009 11:38

bufffff anoche me lei el de los guardianes y me ha costado
no esta mal, pero un poco decepcionante

quizas por que era fan de los guardianes originales…. quizas por que me gustaron tanto las annihilation…..
pero menos mal que ahora tocan unos meses en barbecho, por que si la serie fuera mensual quizas me bajaba

farragoso como pocas veces el asunto halcon estelar/vance astro, incomodo de leer

al mapache cohete no lo aguanto, no le pillo el interes, pero me pasa lo mismo con starlod, ya fue lo mas pobre de conquista, pese a giffen,
drax previsiblemente basico,…. y asi el resto

la serie pormete y tiene buenos momentos pero son eso, momentos aislados en medio de algo por ahora insulso