WildC.A.T.s, de Alan Moore

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Edición original: WildC.A.T.S vol. 1 #21-34 y 50; Wildstorm Comics.
Edición España: Norma editorial; enero de 2009.
Guión: Alan Moore.
Dibujo: Travis Charest, Jim Lee, Mat Broome, Ryan Benjamin, Dave Johnson, Kevin Maguire, Kevin Nowlan y Scott Clark.
Entintado: VV.AA.
Color: VV.AA.
Formato: tomo cartoné de 392 págs.
Precio: 28,00 €.

Con la llegada del presente año, Norma Editorial dio continuidad a la recuperación de buena parte de la bibliografía de ese genio llamado Alan Moore. Y tras publicar los diferentes títulos integrantes de la línea America’s Best Comics, le llegó el turno a la etapa del guionista británico al frente de WildC.A.T.s Como recordarán los lectores más versados, el descontento en relación a la gestión de los derechos de autor y royalties por parte de las grandes editoriales motivó que siete autores de primer nivel –Jim Lee, Todd McFarlane, Rob Liefeld, Marc Silvestri, Erik Larsen, Jim Valentino y Whilce Portacio– fundaran Image Comics. Y dentro de este peculiar marco, que revolucionó el panorama editorial de la época, el que hoy nos ocupa fue uno de los primeros títulos en llegar a las librerías especializadas del otro lado del Atlántico.

Creada por Jim Lee y Brandon Choi y desarrollada dentro del estudio propiedad del primero –Wildstorm Productions–, esta colección se centraba en el conflicto bélico mantenido entre dos razas alienígenas: los Daemonitas y los Kherubines. Como medio a través del cual tratar de decantar la contienda a su favor, éstos últimos decidieron fundar un equipo de acción encubierta –el Cover Action Team implícito en las siglas del título– con base en la Tierra, integrado en su formación original por Spartan, Zealot, Voodoo, Maul, Grifter, Void, Warblade y Lord Emp.

Tras la miniserie inicial y sendas etapas guionizadas por dos pesos pesados de la talla de Chris Claremont y James Robinson, Alan Moore tomó el testigo de la colección con la obligación de abordar las consecuencias de Wildstorm Rising, crossover desarrollado en las diferentes colecciones de este sello editorial que finalizó con un incierto destino de la primera encarnación de este supergrupo. Ante el supuesto fallecimiento de estos atípicos héroes, Mr. Majestic y Savant centran sus esfuerzos en el reclutamiento de un nuevo equipo, integrado por un variado elenco de personajes, cada cual más pintoresco: Max Cash, hermano de Grifter, el misterioso T.A.O. –Tactical Augmented Organism, es decir, Organismo Tácticamente Aumentado– y Maxine Manchester, alias Ladytron. Es precisamente en la interacción de este nuevo grupo donde Moore realiza un trabajo más curioso, deudor de clásicos del género, pero sazonado con un punto de humor y mala leche que propician una interesante mezcla. Mención destacada para dos personajes de indudable potencial, como Ladytron y T.A.O., éste último especialmente aprovechado en las excelentes Point Blank y Sleeper, de Ed Brubaker.

Como era de esperar, la trama se bifurca, alternando los primeros pasos de los nuevos WildC.A.T.s con el verdadero destino de sus predecesores, quienes lejos de haber fallecido, han topado con sus huesos en Khera, planeta que tras el final del conflicto con los Daemonitas, parece haberse convertido en un aténtico Edén. En este punto, Moore dedica el tiempo necesario a la exploración en profundidad de todos los personajes: Hadrian desconcertado ante una inesperada situación, Voodoo asumiendo su verdadera condición, Maul topándose con sus ¿semejantes?, Warblade experimentando el verdadero potencial de sus poderes, Lord Emp y Zealot enzarzados en el devenir político de su planeta natal y Void como testigo de excepción de este cúmulo de acontecimientos, emociones y sentimientos enfrentados. Pero la aparente utopía bien puede derivar en distopía, escenario analizado de forma recurrente en otros títulos presentes en la bibliografía del guionista británico. Curiosamente, lo que parecen ser elementos que en manos de Moore podrían dar lugar a un buen tebeo, derivan en una narración ni demasiado original, ni demasiado brillante, ni demasiado entretenida. Lo cual, tratándose de este autor, resulta realmente extraño e inquietante.

Comentario

En cuanto al apartado gráfico, mi opinión podría resumirse partiendo de la base de que detesto el “estilo Image” que a principios de la década de los noventa derivó en toda una generación de clones del efectista Jim Lee. En el presente tomo recopilatorio, apenas Travis Charest raya a un nivel aceptable, pero pese a lo atractivo de su trazo y a los interesantes diseños de personajes, adolece de una alarmante dejadez en cuanto a la realización de fondos y evidencia una molesta estaticidad narrativa, totalmente anticilimática en un tebeo de estas características. No cabe duda de que es resultón, por momentos incluso espectacular, pero en mi opinión, sumamente inconsistente. Del resto de dibujantes encargados de ilustrar los guiones de Moore, decir que su mera presencia hace de Charest un dibujante mejor de lo que probablemente es: tanto un Jim Lee muy poco inspirado, como Matt Broome y Ryan Benjamin nos retrotraen a una época de infausto recuerdo, contagiando su apatía, falta de talento o inspiración a dibujantes de contrastada solvencia como Kevin Nowlan, Dave Johnson o Kevin Maguire. El descalabro gráfico se ve potenciado por un baile de dibujantes y entintadores que requieren un meritorio ejercicio de paciencia y tolerancia por parte del lector.

Centrándonos en la edición de Norma, se presenta a través de un formato similar al resto de obra de Alan Moore publicada por la editorial –encuadernado en cartoné–, y pese a marcar un precio elevado, resulta razonable puesto en relación al número de páginas. Lo que es un error de bulto, sencillamente imperdonable, es la ausencia de artículos introductorios, más necesarios que nunca en este caso: a buen seguro, habrá numerosos lectores atraídos por el nombre del guionista que se sentirán un tanto desconcertados ante la omisión de un texto que los ponga en situación del desarrollo argumental de la colección, que para más inri, en los números recopilados en este tomo parece cruzarse con algún que otro evento orquestado dentro del “Universo Image”. Tampoco estaría de más detallar las circunstancias que llevaron a Moore a participar en una serie como ésta, contextualizando esta etapa profesional.

En resumidas cuentas, un tebeo que en el mejor de los casos se puede entender como producto meramente “palomitero”, lo cual en cualquier otro caso resultaría más que aceptable, pero partiendo de la mente de Alan Moore, resulta sumamente decepcionante. Entretenimiento puro y duro salpicado con un par de ideas curiosas, cuyo interés se diluye a medida que avanzan las páginas de una obra, por descontado, muy menor dentro de la bibliografía del barbudo de Northampton.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)

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Lector
4 abril, 2009 9:56

Incluso para ser palomitero este tomo es una basura. Toda la etapa anterior a Alan Moore de los Wildcats es mucho mejor.  Antes era puro Image, pero esto es un mojon que no convence. Mejor que los de Norma saquen los primeros numeros de la serie, un continuo desfile de leches debujado por Jim Lee y no por sus clones.

Raul Lopez
Admin
4 abril, 2009 11:17

Vaya yo lo tengo reservado para leerlo en semana santa… la verdad es que no lo recordaba tan mal como lo pintas, al contrario guardaba un grato recuerdo de estas historias… pasado semana santa os comento…

Pablo Gutiérrez
4 abril, 2009 11:56

Qué tiempos…

John Space
John Space
4 abril, 2009 11:57

RAAAARRL!

En fin, paciencia. Ya se sabe que, normalmente, los artistas que llevan ya al menos unos 30 años trabajando en su campo empiezan a perder fuelle, aunque siempre les da tiempo a sacar alguna obra con la cual demostrar que «eh, hijo de perra, todavía no estoy muerto» (Richard Pryor dixit).

el niño Tor
4 abril, 2009 12:17

Hace un tiempo, no recuerdo muy bien donde, creo q en un correo de WildCATS, lei una interpretacion q de esta etapa que me hizop cambiar mi forma de verla.

AL principio pensaba en un trabajo alimenticio para Moore, esto da pasta, igual q sus youngblood (otra cosa q tendran q explicarme) pero tras darme cuenta, a raiz de ese correo, de la metáfora q subyacia, puedo decir q me parece glorioso.

lo pongo bajo Spoiler por si acaso

Aviso de Spoiler

Toda la etapa de los CATS en Khera puede verse como una interpretacion del sueño  americano y lo q realmente esconde.

Asi, Khera sería America, mas probablemnt la America de los 50, un sueño dorado, una utopia democratica a la q vuelven los Cats, heroes exiliados de guerras en el extranjero, para ser aclamados como heroes.

Pero una vez alli, por supuesto, las cosas no son lo q parecen, Vudu es segregada en un ghetto daemonita por su herencia genetica,  aqui los alienigenas enemigos de los kheranos han perdido la guerra hace tiempo y parecen integrados en la sociedad, y ocuparian el papel de los comunistas en la sociedad americana (incluso hace mencion a un ritual en el q unos se poseen a otros en una especie de comunion), apestados por la sociedad, cualquiera sospechoso de ser comunista se veria destinado al ostracismo social.

Por otro lado, los titantropos, raza a la q pertenece Maul, se descubren como los autenticos habitantes originarios de khera, siendo los kherubin unos simples colonizadores. Estos titanes (hasta el nombre tiene guasa, dentro del contexto mitologico q arrastra la serie) serían los nativos americanos, obligados a vivir bajo tierra, escondidos de la vista de todos, en reservas, en su propio planeta.

Zealot y Emp son aclamados como lideres, y pronto se les propone un puesto politico, como candidatos de sus respectivas facciones (representando el duelo democratas – republicanos), al llegar a su planeta de origen ambos parecen olvidar a sus compañeros de armas, al verse elevados en la escala social son inconscientes de lo q ocurre realmente en Khera.
La trama conduce hacia el plan de las Coda de sacrificar a Zealot como una martir implicando directamente a los titanes, para poder rebocar su minoria de votantes, con lo q ellas serian las lideres del planeta.

Este sacrificio de una figura politica en un atentado no deja de recordarme, dicho todo lo anterior, al famoso asesinato de JFK, del q se dice q fue su propio gobierno quien lo mando ejecutar…

Al final, es la banda de renegados, de parias, la q soluciona el asunto, claro, para eso son los heroes, pero las consecuencias perdurarian, el grupo quedó roto y parece q nadie supo pegar los trozos… desde este punto, Wildcats fué menos un grupo de superheroes y mas un conjunto de personas al q le pasaban cosas…

En fin, no se si todo esto tiene alguna base, pero sabiendo como es el señor Moore, hay una base q lo sostiene, y como critica a los USA esta bien.

Parasiempre
Parasiempre
4 abril, 2009 12:43

Los Wildcats que verdaderamente fueron un pelotazo fueron los de James Robinson. Y ya los de Joe Casey fueron la repanocha. Ambos muy superiores a los de Moore.

johncuster
johncuster
Lector
4 abril, 2009 14:16

A mi los WildCats de Moore en su momento me encantaron. No se como lo vería ahora porque no lo he releido desde que salió, pero eso de que eran aburridos o intrascentes, en mi opinión para nada. Recomiendo totalmente este tomo.

alex
4 abril, 2009 18:18

Yo también recuerdo esta etapa de Moore como algo rezonablemente bueno, sin ser de lo mejor del inglés por supuesto, pero como una forma de sacar a los WildCats del cajón de lo facilón. Un poco rollo a veces sí era, y el dibujo coincido contigo: regulón.
La memoria ya me falla, sacaré los «fascículos» y lo releeré one more time, a ver qué pasa. Lo bueno de tenerlo es que no tengo que comprarlo.

uno que pasaba
uno que pasaba
Lector
4 abril, 2009 19:03

Coincido básicamente en que es un producto palomitero. Bueno, aclaro que voy justo por la mitad del tomo. La verdad es que tiene algunos puntos interesantes, pero otras cosas no hay por dónde cogerlas:  lo rápido que se soluciona todo el tema de Khera, algunas momentos tremendamente efectistas «a la yankee» (de verdad que aquí parece que Moore… pero no sé de quién)… Y los dibujantes, demasiados y malos. Maguire me dejó patidifuso, no le he visto nada tan malo (creo que los entintadores no ayudaron…), Scott Clark es vomitivo, a la parte de Benjamin y Broome no he llegado (pero los conozco y y no soy precismente fan suyo). Los únicos que se salvan son Nowlan (to creo que lo hace bien) y Chearest. Sobre los artículos:  siempre se agradecen, pero yo no sabía NADA de los personajes y no me ha costado engancharme. Todos los que empezamos en los de los cómics con los súpers adquirimos esta virtud. Pero vaya, que siempre es mejor un artículo que te hable de los personajes. Por cierto, David, me suelen gustar tus artículos pero este se te ha quedado un poco cojo, EMMO. Creo que tendrías que haber dedicado más líneas a hablar del guión. No te lo tomes a mal, please, pretende ser un comentario para mejorar. Saludos!

Mt
Mt
4 abril, 2009 19:27

Moore tira de cuatro ideas que ya había usado en Watchmen y Miracleman, las tunea a lo image y ofrece uno de sus tebeos más evidentes, aburridos y tontorrones. ¿Cómo? ¿Que el sistema discriminatorio de Khera es una metáfora del sistema discriminatorio de los USA en 1950? ¡Apasionante! Jamás se me había ocurrido. (Ah, por cierto, los pitufos eran una metáfora del comunismo)

Y, hombre, Charest mola como dibujante, pero como narrador es malo de cojones. EL guión de Moore, como siempre, tiende al estatismo, y eso le permite disimular sus carencias. Pero es lo mejor del tomo, la verdad.

Bueno, eso y algunas coñas que anuncian lo que luego sería Top Ten. Bueno, y que luego Brubaker sabría utilizar a TAO como personaje y no sólo como McGuffin.

uno que pasaba
uno que pasaba
Lector
5 abril, 2009 14:25

Bueno, me lo acabo de leer y… ¡qué horror! La primera parte del tomo tiene sus cosas pero la segunda… ¡es infumable! No me extraña que no te apeteciera extenderte, David. Nunca había leído nada tan malo de este señor. Bueno, hace mucho tiempo leí algo de Spawn dibujado por Tony Daniel, pero no sé qué pensaría si lo leyera ahora. Salía Violator… En fin… Saludos!

dario_fas
5 abril, 2009 19:02

A mi me ha dejado bastante despagado, y tengo que decir que me duele la panoja que me ha costado. Lo del dibujo es terrible hasta el punto de confundir, desvirtuar y rebajar la narración, mira que Moore ha tenido dibujantes malos para mi gusto, pero al menos sabían narrar, estos ni eso.
El guión tiene cosas interesantes y otras muy insustanciales, pero francamente es dificil meterse en una historia donde te cambian las pintas de los personajes continuamente y estas mas pendiente de porque los personajes masculinos conectan el pecho con el cinturon directamente que de lo que te estan contando.

madflash
madflash
5 abril, 2009 20:35

sinceramente…nunca lei wildcats.

Raul Lopez
Admin
5 abril, 2009 20:37

Uno que pasaba…. juraria que esa miniserie que mencionas estaba dibujada por Bart Sears, y hombre pues era un comic divertido y entretenido… vamos que si lo hubiese firmado otro pues estaría mejor visto que por haberlo escrito el sr. Moore que nos tiene acostumbrados a otro tipo de historias más elaboradas…

uno que pasaba
uno que pasaba
Lector
6 abril, 2009 0:07

Hola, Raúl: Lo acabo de mirar y sí está dibujada por Daniel. La miniserie a la que yo me refiero se llama Spawn: Blood Feud. Pero me suena que Moore hizo más miniseries de Spawn (y un número de la serie si no me equivoco, creo que se dijo que Moore lo escibió en nada).

uno que pasaba
uno que pasaba
Lector
6 abril, 2009 0:14

Vale, Raúl: ya lo he mirado; tú habalaba de la miniserie de Violator. Te he despistado al decir que ese persoanje salía en la mini que yo he mencionado. Pos ná, aclarao. Buenas noches.

Lord_Pengallan
Lector
6 abril, 2009 20:40

Pero cómo Moore va a hacer un buen trabajo con la mierda de dibujantes que le tocaron? Los guiones de Moore necesitan dibujantes que sepan narrar, que hagan fondos y más de 4 viñetas por página. Aquí no los tuvo, normal que Moore al final hiciese los guiones con el pie, para que molestarse si los dibujantes eran incapaces de seguirle?

javiStroyer
javiStroyer
Lector
31 julio, 2011 14:06

UNA MIERDA DE DIBUJO Y SOBRE TODO DE GUION, NO ME ENTRERE DE NADA, HA VENDER POr ebay. V de vendetta no me parece oara tanto, episodico y descolocado y lo de wachtmen no los tengo y paso  (la peli ni fu ni fa)de leerlo (intuyo que en otro contexto serian porblemas filososficos de parbulario, pero como son S.Heroes)… de hecho, se acabo los pijamas para mi. No inventan nada nuevo y en el mundo del comic hay maravillas…