Zona Manga – Shotaro Ishinomori, el Rey del Manga, o el Stan Lee japonés

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Prácticamente todos los lectores de manga saben quien es el Dios del Manga, ese japonés que revolucionó los tebeos japoneses y los modernizó. De hecho, su nombre lo conocen incluso aquellos que se acercan al manga muy de vez en cuando. Se podría decir que, para público e industria, es el “autor de manga clásico por excelencia”. Casi todas las editoriales que se dedican al cómic japonés han reeditado alguna de sus obras (incluso lo hizo Mangaline antes de desaparecer). Y aunque poco a poco hemos ido descubriendo a Shigeru Mizuki y algo más tímidamente a Yoshihiro Tatsumi, ¿no hay otros mangaka que puedan compararse en cuanto a repercusión histórica, y que hayan tenido un impacto similar en el público mainstream japonés?

Aunque los japoneses son politeístas, parece que Dios del Manga solo hay uno, pero los nipones también son muy monárquicos, así que también tienen un Rey del Manga: Shotaro Ishinomori. El título no le viene para nada grande, ya que os estamos hablando de un autor de Récord Guinness. Con una obra completa que ocupa 500 tomos, 770 historias diferentes y 128.000 páginas publicadas, es el autor de cómic (no de manga, de cómic) más prolífico de la historia. Y sus méritos no quedan solo ahí, porque con sus creaciones consiguió revolucionar el entretenimiento televisivo infantil en los años 70. Ishinomori es el creador de las franquicias de Kamen Rider y Super Sentai (que luego nos llegó americanizada bajo el nombre de Mighty Morphin’ Power Rangers).

Shôtarô Ishinomori (1938-1998)
Shôtarô Ishinomori (1938-1998)

A pesar de sus credenciales, que seguiremos ampliando en este artículo, Shotaro Ishinomori es prácticamente un desconocido en estos lares, habiéndose publicado solo dos de sus obras, Musashi (Planeta) y Hokusai (EDT). Es momento de hacer justicia y colocar en nuestro panteón mangaka al Rey del Manga.

Tabla de contenidos

1. Biografía del Rey del Manga

2. Obras destacadas

3. Kamen Rider, el motorista enmascarado

4. Super Sentai

5. El legado de Ishinomori

1. Biografía del Rey del Manga

Nació con el nombre Shôtarô Onodera en Tome, al lado de Ishinomaki (prefectura de Miyagi) el 25 de Enero de 1938. Ya en la escuela editaría un fanzine llamado Bokujû Itteki (Una gota de tinta).A finales de 1954, con 16 años y ya como autor, publicaba Nikei Tenshi en la revista Manga Shônen. Su talento, tan precoz, llamó la atención de Osamu Tezuka (su gran referente), que acabó contratándole como ayudante para Astro Boy. En dicho primer trabajo, apareció su apellido escrito como 石森, unos caracteres que podían leerse Ishinomori o Ishimori. Muy a su pesar, y durante más de 30 años, la gente le llamó Ishimori en lugar de Ishinomori (como había sido su intención). Harto de ello, acabó añadiendo el carácter ノ (“no”), para que no hubiese más equívocos.

Habitantes de los apartamentos Tokiwa-sô. Ishinomori es el segundo por arriba desde la izquierda.
Habitantes de los apartamentos Tokiwa-sô. Ishinomori es el segundo por arriba desde la izquierda.

Aquellos familiarizados con la historia del manga, quizás les suene que durante muchos años, el maestro Tezuka se mudó a los apartamentos Tokiwa-sô de Tokyo, para estar más cerca de las editoriales. Hasta allí le siguieron un montón de dibujantes más que luego se convirtieron también en grandes nombres, como el dúo Fujiko-Fujio (los creadores de Doraemon), Hideko Mizuno, Hirô Terada, Fujio Akatsuka, y por supuesto, Shôtarô Ishinomori. Eran unos apartamentos muy pequeños, cada habitación era de cuatro tatamis (unos 7 metros cuadrados), y allí era donde trabajaban y dormían. Pero parece que el ambiente les funcionó, y aunque los inicios fueron complicados, el hecho de reunir a tanto mangaka bajo unos pocos metros les ayudó, de alguna manera, en convertirse en figuras clave de la historia del manga.

Primera página de Nikei Tenshi (1954).
Primera página de Nikei Tenshi (1954).

Ishinomori, como muchos autores de manga de su época, empezó haciendo shôjo (no en vano, Tezuka fue de los primeros en revitalizar el manga para chicas); ya en su primer título publicado se puede ver esa estética algo más “femenina” (ojos grandes y brillantes, etc.). Entre esas primeras obras de Ishinomori se encuentran adaptaciones de relatos de autores como Arthur Conan Doyle (una historia de Sherlock Holmes titulada The Speckled Band) o Edgar Allan Poe (concretamente Black Cat), ambas publicadas en 1956 en la revista Shôjo Club (donde también publicaba Hideko Mizuno, la chica de los Tokiwa-sô). A lo largo de su carrera hizo muchas más adaptaciones, como por ejemplo un manga de Rebelión en la granja de George Orwell (publicado en 1970 en la Shônen Magazine), también adaptó la película de monstruos Matango (más conocida como El Ataque de los Hombres Champiñón, 1963), aunque quizás su adaptación más famosa es la que hizo para la revista Nintendo Power: The Legend of Zelda: A link to the past (1992). Teniendo en cuenta que es el autor de cómic más prolífico de la historia, no es de extrañar que parte de su obra fuesen encargos de este tipo, y como veremos más adelante, uno de sus personajes más famosos nació precisamente de esta forma.

Portada de "The Legend of Zelda: A link to the past".

Pero la primera gran obra del Rey del Manga fue enteramente cosa suya. En 1964, en la revista Shônen King, aparecía Cyborg 009. Era una obra que mezclaba la ciencia ficción con un estilo muy James Bond, y a la vez, era el primer manga en mostrar un grupo de superhéroes trabajando juntos (algunos aseguran que fue creado en 1963, el mismo año de los debuts de Los Vengadores y los X-Men en EUA). Gracias a Cyborg 009, Ishinomori pudo ver como una de sus creaciones se adaptaba finalmente al anime, empezando una relación con el medio televisivo que sería muy provechosa para el mangaka y para las cadenas de TV. El mangaka ya había intentado dar el salto a la animación a finales de los 50, pero su editor le insistía en que se centrase en el manga, medio que ya dominaba y para el cual tenía ya un número considerable de encargos. Pero Ishinomori ya estaba plantando las semillas para su desembarco televisivo.

En 1964, en la popular revista shôjo Margaret, empezó a publicar Okashina Okashina ano ko, un manga que tomaba como protagonista una adorable niña pequeña con un gran secreto: aparte de ser descendiente de ninjas y gozar de grandes habilidades marciales, puede hablar con los animales y es telépata (una especie de Hattori el Ninja femenina y tuneada). El manga sería adaptado al anime en 1971, y a partir de entonces cambiaría su nombre a Sarutobi Ecchan, que es como se conoce hoy en día.

Sarutobi Ecchan. Ishinomori podía hacer casi cualquier tipo de manga.
Sarutobi Ecchan. Ishinomori podía hacer casi cualquier tipo de manga.

Mientras Cyborg 009 empezaba a emitirse en televisión, Ishinomori iba a publicar otra de las obras por las que es conocido: Sabu to Ichi torimono hikae (Shônen Sunday, 1966). En este caso, se trataba de la historia de dos detectives de la época Edô (uno siendo el oficial de policía y el otro el ayudante), con la particularidad de que uno de ellos es ciego (¿alguien ha dicho Zatoichi?). Con esta obra, Ishinomori empezó a apuntar a un público más crecidito, y de hecho lo consiguió, ya que el título acabó pasando de la Shônen Sunday hasta la Big Comic, destinada a los adultos. Dos años después de comenzar a publicarse, Sabu to Ichi se ganó también su versión animada, demostrando que Ishinomori era una apuesta más que segura.

Fue precisamente en los años 60 cuando Ishinomori se ganó el apodo de Rey del Manga, y de rebote, como Tezuka acabaría convirtiéndose en el Dios. Al parecer, se publicó un artículo sobre Ishinomori en el que se le colgaba la etiqueta de Rey del Manga. Esto llegó a oídos de Tezuka, cuya reputación de hombre orgulloso era bien conocida. Pocos días después, en una fiesta, Tezuka se acercó a Ishinomori para preguntarle sobre el artículo. Ya que alguien le había coronado Rey, Tezuka quería saber en qué posición quedaba él. Ishinomori estaba en un aprieto ante la persona que había sido su maestro y jefe durante años, así que se le ocurrió decirle que si él era el Rey, Tezuka no podía ser otra cosa que el Dios del Manga; la divinidad mangaka quedó muy satisfecha con su nuevo título (y ahí quedó para la posteridad).

Cartel de una exposición conjunta de Tezuka e Ishinomori (El Dios y el Rey del manga).
Cartel de una exposición conjunta de Tezuka e Ishinomori (El Dios y el Rey del manga).


En 1970, el mangaka creó otra de las obras más conocidas, y que además fue una de las bases para la creación de Kamen Rider. Se trata de Skull Man, un manga donde el auténtico protagonista no era el héroe, ya que se enmarcaba dentro de una serie de entregas de la revista Shônen Magazine sobre villanos, en las que también participó Gô Nagai (creador de Mazinger Z). El protagonista se inspiraba hasta cierto punto en la obra de Edogawa Rampo (probablemente el escritor de literatura de terror más famoso de Japón), pero como aseguran algunos, Ishinomori quiso llevar al extremo el concepto “shijinrui”, que definía a aquellos nacidos a partir de 1961, ciudadanos de un Japón que ya ha superado la posguerra y vive en la abundancia. Estos nuevos japoneses tendrían otros valores e incluso otro lenguaje; en definitiva, muchos los veían como otra especie. La traducción literal del concepto podría ser algo así como “la nueva casta” o “la nueva raza”, y más o menos es la idea a la que consagró buena parte de su obra en los años venideros: los cyborgs.

Skull Man, el prototipo de Kamen Rider.
Skull Man, el prototipo de Kamen Rider.

Tanto Skull Man como Cyborg 009 le sirvieron de base a Ishinomori para su siguiente creación: Kamen Rider. Como avanzábamos anteriormente, la que hoy en día es una de sus obras más conocidas, fue un encargo televisivo, y según dicen algunos, ni siquiera la idea era suya totalmente. Yoshinori Watanabe, vicepresidente de Toei (la productora que hizo el encargo), asegura que la inspiración para la creación de Kamen Rider surgió después de ver el lomo de La metamorfosis de Kafka, que en japonés se traduce como “Henshin”, grito de guerra que le sirve al protagonista para transformarse en el motorista enmascarado. Además, Watanabe también explica que fue él quien sugirió los icónicos movimientos que preceden a la transformación, y que tanto se recrearon después en las series Super Sentai. Asegura que su inspiración proviene del teatro kabuki, y más concretamente de un baile que hace el actor, al entrar en escena, llamado roppô. El baile junto al grito de “¡henshin!” fue un auténtico hit que los niños japoneses empezaron a repetir en sus juegos.

En cualquier caso, Ishinomori fue el encargado de darle vida al personaje, y aunque el manga apareció algo antes (y es por ello que algunos creen que fue lo primero en crearse), la verdad es que la serie de televisión ya llevaba meses de preparación. Kamen Rider se estrenó en Asahi TV el 3 de Abril de 1971 y fue un éxito absoluto, convirtiéndose en uno de los personajes televisivos más reconocible por esos “nuevos japoneses” de los que hablábamos, y todos los que vinieron después. El éxito de la serie duró un par de décadas, y siempre apareció, incluso a día de hoy, el nombre de Shôtarô Ishinomori como principal creador. Pero su relación con el medio televisivo apenas empezaba. Tras el éxito de Kamen Rider, Toei empezó a encargarle a Ishinomori la creación de más personajes.

Kamen Rider, una de las principales creaciones televisivas de Ishinomori.
Kamen Rider, una de las principales creaciones televisivas de Ishinomori.

Sin apenas tiempo para digerir el éxito del motorista enmascarado, Ishinomori y Toei se sacaron de la manga otro bombazo. Jinzô Ningen Kikaidâ, también conocido como Kikaider, era una vuelta de tuerca más al concepto ishinomoriesco de cyborg, pero en esta ocasión se inspiró claramente en la historia de Pinocho, y versaba sobre la posibilidad de que un androide pueda sentir emociones. No son pocos los que consideran que Kikaider es una obra mucho más elaborada y profunda que su predecesora, y de hecho, a pesar de no haber tenido mucha continuidad en televisión, es uno de los personajes de “culto” del gran plantel que acabó creando el Rey del Manga (a mediados de los 90 apareció una película fabulosa protagonizada por su archienemigo, Mechanical Violator Hakaider). Hace unos años Planeta publicóKikaider 02, una especie de secuela/remake realizada por Meimu y que, sinceramente, es un tostón importante.

Vol 4. de la edición de Planeta de Kikaider 02. Aunque salga Ishinomori al guión, en realidad no es obra suya.
Vol 4. de la edición de Planeta de Kikaider 02. Aunque salga Ishinomori al guión, en realidad no es obra suya.

El siguiente bombazo televisivo recuperó la fórmula del grupo de superhéroes que él mismo había ideado con Cyborg 009, pero en este caso lo limitaría a cinco miembros, y crearía una de las franquicias que más impacto ha tenido en Occidente, a pesar de que la mayoría de sus fans y espectadores lo desconozcan. En 1975 los chavales japoneses fliparon con una serie (y un manga) titulada Himitsu Sentai Gorenjâ. La protagonizaban un grupo de jóvenes (4 chicos y una chica), que cuando la situación lo requería se convertían en los GoRangers. Cada uno de ellos tenía un color asignado: rojo, verde, amarillo, azul y rosa, y casi siempre terminaban sus batallas juntando sus fuerzas para derrotar al villano de la semana. ¿Os suena de algo? Por supuesto, estáis pensando en los Power Rangers. Pues bien, lustros antes de la execrable adaptación americana, Ishinomori había creado la franquicia de los Super Sentai, que muy pronto celebrará sus 40 años de historia totalmente ininterrumpida.

Himitsu Sentai Goranger. Los "power rangers" de verdad, los buenos.

Como os decíamos, la relación de Ishinomoricon el medio televisivo fue muy productiva, y durante décadas compaginó el binomio manga/serie de TV, creando un listado de series impresionantes. Aunque los creadores originales del tokusatsu (la “ciencia ficción” japonesa) siempre serán los creadores de Godzilla y Ultraman, probablemente no hay ningún otro autor que pueda compararse a nivel televisivo, ya que Ishinomori se convirtió en un auténtico torbellino creativo que apenas dejaba espacio para otras producciones. La lista de personajes es larga, y aunque nunca tuvieron el impacto de Kamen Rider, los GoRangers o Kikaidâ, muchos de ellos son ya creaciones míticas del tokusatsu: Henshin Ninja Arashi (1972), Robotto Keiji (1973), Inazuman (1973), Ganbare!! Robocon (1974), Akumaizâ (1975), Chôjin Bibyûn (1976), Kaiketsu Zubat (1977), Daitetsujin Wan-Sebun (1977)…

El autor había conseguido cautivar a todos los niños japoneses gracias a la televisión y sus manga, pero como pasó con Sabu to Ichi, Ishinomori también tenía tiempo para dedicarse al manga para adultos. Una de sus obras más citadas y valoradas por críticos e historiadores es Hotel, que publicó en Big Comic desde 1984 hasta 1998. El manga se centra en explicar las variadas historias de los huéspedes del hotel, dejando como personajes más o menos fijos, pero no demasiado importantes, los trabajadores del mismo. Una forma de contar historias que era fácilmente adaptable a televisión, y así fue, en 1990 empezó su versión televisiva, que se alargó hasta cinco temporadas (1990, 1992, 1994, 1995, 1998). Aunque quizás no se puede hablar de historia inconclusa, la muerte de Ishinomori el 28 de Enero de 1998 dejó la obra huérfana. Apenas tenía 60 años cuando tuvo un ataque al corazón, y aparte de Hotel, en sus últimos días de vida estuvo trabajando también en otra serie para televisión, Voicelugger, que se emitía un año después. Por desgracia, no pudo ver como en el año 2000 se resucitaría la serie de televisión de Kamen Rider para celebrar su 30 aniversario.

Ishinomori saluda a Robotto Keiji K, una de sus famosas creaciones para televisión.
Ishinomori saluda a Robotto Keiji K, una de sus famosas creaciones para televisión.

2. Obras destacadas

Teniendo en cuenta que las obras completas de Ishinomori ocupan 500 volúmenes (100 más que las de Tezuka), os podéis imaginar que es prácticamente imposible hacer un repaso de todos sus manga. Además, debido a que sigue siendo un autor poco conocido en Occidente, las ediciones de sus obras se pueden contar con los dedos (ya sean en inglés o francés – en español la cosa ya es de risa). Pero creemos que, más allá de citar por encima algunas de sus obras en su biografía, merece la pena detenerse un poco más en aquellas que se han publicado aquí, o en idiomas más accesibles que el japonés, así como dar algunas pinceladas de otras obras importantes dentro de su bibliografía. Aunque somos conscientes que nos dejamos un montón de ellas por comentar.

Cyborg 009
Empezamos por el que fue uno de sus grandes bombazos, Cyborg 009. Aunque estamos hablando de cyborgs, esos tres números finales delatan cierta inspiración en las aventuras del agente 007, personaje que hacía pocos años había saltado a la gran pantalla. El manga empieza mostrando las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, y nos sitúa en el contexto de la guerra fría. Una vez situados, se nos plantea una situación luego se ha repetido en decenas de obras de Ishinomori, la de una organización malvada que se dispone a crear unos cyborgs para conquistar el mundo, pero por algún motivo estos escapan o se rebelan, y acaban luchando contra sus creadores. En este caso concreto, los personajes provienen de distintos países, y son representados en base a los típicos y tópicos estereotipos.

Cyborg 009 (1964-85)
Cyborg 009 (1964-85)

A pesar de ser una de sus obras más conocidas, y si nos quedamos solo con el manga, probablemente sea la que más éxito tuvo, aún está lejos de mostrarnos al Ishinomori más maduro y personal. La influencia de Tezuka, para el cual seguía trabajando cuando empezó a publicar Cyborg 009, es más que notable, y más de uno podría llegar a confundirse. Aún así, empiezan a verse esos destellos del genio, con ese estilo dinámico y espectacular que le definió más adelante.
La obra se convirtió en una serie de animación (con distintas versiones en los 60 y 70 y 2000), pero también se ha adaptado más de una vez para la gran pantalla. Con algo de suerte, podréis encontrar el DVD del anime Cyborg 009: La leyenda de la supergalaxia, que editó en español Divisa. Además, en el pasado Festival de Cine Fantástico de Sitges, se pudo ver Re:Cyborg 009 3D, una actualización de los personajes para el siglo XXI.

Kamen Rider
Ese dinamismo y espectacularidad que tanto gustaba en televisión, se puede ver en todo su esplendor en Kamen Rider (os hablamos del manga en el primer Mangazine). Como os decíamos, la historia sigue una vez más el patrón establecido en Cyborg 009. En este caso, Takeshi Hongo, un piloto de motos profesional, es secuestrado por una maléfica organización (Shocker), que selecciona a candidatos que destaquen por su físico e intelecto, para ser convertidos en poderosos y obedientes cyborgs. Pero en mitad del proceso, justo antes de aplicar el lavado de cerebro, un rayo deja sin energía las instalaciones, y es en ese momento cuando uno de los científicos, arrepentido, ayuda a Hongo a escapar. A partir de ese momento, Shocker empezará a perseguirle utilizando a una serie de monstruos, a cada cual más feo. Pero gracias a la operación, ahora Takeshi Hongo puede convertirse en Kamen Rider, y jura luchar contra la malvada organización.

Kamen Rider (1970-72)
Kamen Rider (1970-72)

El planteamiento no deja de ser la clásica lucha entre el bien y el mal, y lo cierto es que va al grano con esa idea. Es un shônen puro y duro de la época, repleto de acción, y aunque quizás por ello sea más difícil de digerir para un público crecidito, vale la pena pararse a observar el espectacular dibujo de Ishinomori, así como dejarse llevar por el endiablado ritmo que exhibe a lo largo de los cuatro tomos. Actualmente se ha empezado a publicar la obra en una edición de lujo en Francia, y también se puede conseguir en formato digital, y en inglés, a través de Comixology (al igual que varios títulos más de Ishinomori, como Cyborg 009, Kikaidâ o Inazuman). Más allá del cómic original, existe Kamen Rider Spirits, una especie de remake en el que se juntan varios de los Kamen Rider de distintas épocas. Aunque Ishinomori aparece en los créditos de la obra, lo cierto es que no tuvo nada que ver con ello, ya que apareció en 2001, justo después de que la serie volviese a la parrilla televisiva.

Jinzô Ningen Kikaidâ
Apenas un año después de lanzar la serie y el manga de Kamen Rider, Ishinomori sorprendía con este nuevo personaje. Lo primero que llamaba la atención era el colorido que mostraba este depresivo androide. La historia de Kikaidâ se inspira claramente en la de Pinocho, de la misma forma que lo hizo Astro Boy, y se dice que con ello Ishinomori quería homenajear a su maestro. En esta historia, el androide también es perseguido por una malvada organización y está incompleto, ya que su creador no pudo terminar el circuito emocional que le convertía casi en humano.

Kikaider (1972-74)
Kikaider (1972-74)

Si bien el manga empieza de forma casi calcada a Kamen Rider, Ishinomori plantea muchos más dilemas aquí, ya que ese circuito emocional incompleto crea una serie de angustias al protagonista que hacen que se cuestione su naturaleza, su capacidad para el bien y para el mal. Si bien se inspira en Pinocho, hasta cierto punto se puede decir que es muy “asmioviano” en cuanto a su fondo. El dibujo es propio de su época, pero si el lector no tiene manías respecto a la estética setentera, Kikaidâ es otro de esos manga espectaculares de Ishinomori, y además, con algo más de contenido que su predecesor.

Como decíamos antes, el manga está siendo publicado en inglés y en formato digital por Comixology. La serie de televisión tuvo mucho éxito en Japón y también en Hawaii, y es por eso que hoy en día se puede encontrar a precio de oro una edición en DVD con subtítulos en inglés (y un montón de extras), que hace unos años editó una empresa hawaiana. En 1973 se estrenó en cines un episodio en 3D especial, y entre 2000 y 2001 se realizó la serie de animación. Pero el “subproducto” más destacable de Kikaidâ es la película protagonizada por su archienemigo, Hakaidâ. Titulada Mechanical Violator Hakaider, aquí el villano es ahora una especie de antihéroe en un extraño mundo postapocalíptico. Un gran trabajo de Keita Amemiya, uno de los mejores directores de tokusatsu dirigido al adulto.

El primer trabajo relacionado con Ishinomori que se publicó en el Estado Español es Kikaider 02, una especie de remake que firma Meimu (experto en hacer refritos). Aunque en los volúmenes aparece el nombre de Ishinomori como guionista, al parecer es una mala traducción, ya que en realidad debería poner que es «una historia original» de Ishinomori. El manga se realizó después de la muerte del maestro, así que no tuvo nada que ver… y se nota.

Sabu to Ichi torimono hikae
A pesar de empezar en una revista de manga juvenil, al cabo de un tiempo Sabu e Ichi dieron el salto a una revista seinen. Con esta obra, Ishinomori demuestra que puede hacer manga para adultos, y además hacerlo muy bien. La historia trata sobre un oficial de policía ciego y su inteligente ayudante, que viven en Edo (la actual Tokyo) en la “época de samurais”, y se dedican a resolver los casos que se les presentan.

Sabu to Ichi torimono hikae (1966-72)
Sabu to Ichi torimono hikae (1966-72)

Ya sea por la propia evolución del autor, o porque apuntaba hacia otro tipo de público, en esta obra nos encontramos con un Ishinomori más maduro y atrevido, que juega con la narrativa visual, e insiste en cargarse cualquier tipo de convención que existiera por aquel entonces. De hecho, este es el Ishinomori que quizás puedan reconocer aquellos que hayan leído una de las pocas obras publicadas en español del Rey del Manga, Hokusai, de la que ya se hizo una extensa crítica hace varios meses en estas mismas páginas.

A pesar de no ser una obra relacionada con superhéroes, que es género al que más se le asocia, Sabu to Ichi se convirtió en uno de sus trabajos más emblemáticos; prueba de ello es que, en su tumba (ver foto más abajo), junto a Kamen Rider y Cyborg 009, aparece también un dibujo de los dos detectives.

Musashi
Y ya que hablamos de las pocas obras publicadas aquí, tenemos que hacer mención a Musashi, obra publicada por Planeta en 2009, y que pasó completamente desapercibida a pesar de ser la primera obra que se publicaba del Rey del Manga en español.

Musashi (197?)
Musashi (197?)


En este caso sí estamos hablando de una obra de samurais, es más, estamos ante la biografía de uno de los más famosos guerreros japoneses: Miyamoto Musashi, el autor de El libro de los cinco anillos, y también protagonista del Vagabond de Takehiko Inoue. A pesar de que estamos de nuevo ante un Ishinomori más maduro, Musashi no es precisamente de lo mejor del autor. No pasa de ser un manga correcto, y a pesar de ser posterior a Sabu to Ichi o Kamen Rider, su nivel de dibujo no parece que esté a la misma altura de dichas obras. Aún así, si queréis un pedazo de la historia del manga, es una de las dos únicas opciones de leer algo Ishinomori en español.

Nihon Keizai Nyûmon (o Japan Inc.)
Al parecer, este fue uno de los primeros manga en publicarse fuera de Japón, a mediados de los ochenta, y además se convirtió en un best-seller (al menos entro los yuppies-ejecutivos-agresivos de Wall Street). Y esta es la principal razón por la que lo comentamos, ya que es un título que tenía mucho sentido en su época y que actualmente su interés es más anecdótico o histórico que cualquier otra cosa.

Japan Inc. (1988)
Japan Inc. (1988)

Ishinomori hizo de todo en el mundo del manga, y eso incluye cómics didácticos como este (algo muy habitual en Japón). En Japan Inc., se intenta explicar la economía a nivel mundial desde la perspectiva japonesa (y eso incluye caricaturas de Reagan y obreros americanos quemando coches japoneses). Prácticamente cada página tiene anotaciones explicativas (casi como un libro de texto), que en el fondo no hacen más que interrumpir una lectura que no es precisamente muy fluida. Incluso el dibujo está muy lejos de lo que podía ofrecer el mangaka en esa época, y te deja con la sensación de que esto fue uno de esos encargos que se hacen o por compromiso o por dinero (de hecho, muy probablemente él solo se encargó de la historia, y el resto fue cosa de su estudio). Pero sí, es gracioso saber que hace casi 30 años, había yuppies americanos leyendo una obra del Rey del Manga, y como decíamos, tiene cierto valor histórico.

Otras obras…
Hasta aquí hemos hablado de aquellas obras que de una manera u otra hemos podido leer. Pero hay otras que solo se pueden encontrar en japonés, pero que igualmente merecen ser mencionadas. Una de ellas es Mangaka Nuymon (1965), otra obra didáctica, pero en este caso mucho más personal, ya que Ishinomori se basa en su experiencia personal para explicar como hacer manga. Aunque iba dirigido a un público joven, al parecer ya requería del lector cierto nivel, y quizás es por ello que causó un impacto considerable en futuros mangakas que a mediados de los sesenta eran aún jovencitos. O jovencitas, ya que en dicha obra desgranaba uno de sus propios manga, Ryûjin-numa (1961), un trabajo que se considera de los más influyentes en la siguiente generación de dibujantes de shôjo, por su innovación y por haberse alejado de algunos de los tópicos más manidos entre los manga dirigidos a chicas. También se considera representativo el trabajo que realizó con Nihon no rekishi, un manga que contaba la historia de Japón en 55 tomos, desde la prehistoria hasta “la actualidad” (es decir, los años 90). Por último, destacar también Jun (1968), por ser una de las obras más experimentales (e incomprensibles) del autor, y que más puede chocar al lector a nivel visual.

Una de las páginas de Jun (1968)
Una de las páginas de Jun (1968)

En el blog de Marc Bernabé, encontraréis reseñas de algunas de estas obras de Ishinomori, y otros posts interesantes sobre su vida, obra… y museos (tiene dos – ¡chúpate esa, Tezuka!).

3. Kamen Rider, el motorista enmascarado

Aunque cuando se habla de manga y anime, la primera obra que les viene a la cabeza a los japoneses cuando piensan en Shôtarô Ishinomori es Cyborg 009, su creación más popular a nivel global es, a día de hoy, Kamen Rider. Una popularidad que se basa casi en su totalidad en la encarnación televisiva del personaje, ya que el manga tuvo una vida mucho más corta. La franquicia celebró hace poco su 40 aniversario, aunque en realidad había permanecido muy inactiva durante la segunda mitad de los ochenta, y durante casi todos los noventa. Esto puede recordar bastante a lo ocurrido con Doctor Who, y los paralelismos no terminan ahí, ya que en cierto modo, Kamen Rider se regenera cada nueva temporada.

La serie empezó a emitirse el 3 de Abril de 1971 en la cadena Mainichi Broadcasting System (actual Asahi TV). Nos cuenta la historia de Takeshi Hongo, un motorista secuestrado por la malvada organización Shocker, que quiere convertirlo en un cyborg poderoso que obedezca sus órdenes. Pero Hongo consigue escapar una vez ha conseguido los poderes, y justo antes de que puedan lavarle el cerebro. A partir de ese momento, y una vez por semana, se enfrentará a los distintos monstruos que Shocker mandará en su búsqueda o para llevar a cabo sus planes de dominación mundial.

Desafortunadamente, en la grabación del 10 capítulo de la serie, el actor Hiroshi Fujioka, sufrió un accidente realizando una de las escenas con la moto, dejándole fuera de combate durante una temporada. Eso obligó a improvisar sobre la marcha, y decidieron mandar al Kamen Rider original a combatir el crimen en Estados Unidos, mientras un segundo Kamen Rider entraba en escena (de ahí que se hable de Kamen Rider Ichigo y Kamen Rider Nigo – uno y dos). Una vez recuperado, Fujioka volvió, y unió fuerzas con su sustituto, creando la famosa pareja de Riders (fórmula que a menudo se ha repetido en otras temporadas).

Kamen Rider Ichigo y Nigo juntos.
Kamen Rider Ichigo y Nigo juntos.

La serie se alargó durante dos años hasta los 98 episodios, y como era de esperar, la franquicia no terminó ahí. En 1973 aparece en escena Kamen Rider V3, y a partir de entonces se sucedieron las distintas nuevas encarnaciones del personaje hasta 1981 (X, Amazon, Stronger, Skyrider y Super-1), que además gozaron de sus respectivas películas. La siguiente serie regular, Kamen Rider Black, no llegaría hasta 1987, pero durante ese tiempo se pudieron ver algunos especiales como Birth of the Tenth! Kamen Rider Altogether, donde se presentó al décimo Rider, Kamen Rider ZX (pero ahí terminó su historia).

Si bien hasta entonces los distintos Kamen Rider se habían ido cruzando y compartían un mismo contexto, Kamen Rider Black obvió cualquier relación. Fue la serie más oscura con diferencia hasta ese momento, y tuvo una secuela, Kamen Rider Black RX, pero la fórmula no prosperó y después de esta, el personaje tardaría más de 10 años en volver a la televisión (con la excepción de un anecdótico capítulo de Kamen Rider vs. Ultraman).

Kamen Rider Black (1987)
Kamen Rider Black (1987)

Fue precisamente durante los años de “olvido” del personaje que aparecieron las versiones del personaje más adultas y, en nuestra opinión, más interesantes de la historia de Kamen Rider. La primera de ellas llegó en 1992 con el título Shin Kamen Rider: Prologue. Con este título se hacía un ligero juego de palabras, ya que “Shin” se podía traducir por “nuevo”, pero también por “auténtico”, y realmente había una intención de reformular el personaje y acercarlo más a las ideas menos infantiles que tenía Ishinomori sobre el motorista. Más o menos coincidía con el 20 aniversario del original, y con esta nueva creación ya no se perseguía al público infantil, sino a aquellos adultos que habían crecido viendo la serie original. La película es bastante más violenta, incluso gore, e incluye algunas escenas con desnudos, dejando claro que no es para niños. Además, Shin Kamen Rider es un personaje que poco tiene que ver con el típico y tópico héroe, de hecho, transgrede muchas de las “tradiciones” de la franquicia (no hay ni cinturón ni máscara).

Aunque “Shin” no tuvo las secuelas que se esperaban, en 1993 y 1994 aparecieron las películas de Kamen Rider ZO y Kamen Rider J, ambas dirigidas por Keita Amemiya (el encargado de Mechanical Violator Hakaider), y firme creyente en la posibilidad de hacer tokusatsu para el público adulto. Ambas son nuevas versiones del personaje que giran entorno a las tramas habituales de Ishinomori, pero lógicamente con un tono mucho más oscuro, y su resultado final fue mucho más interesante que el de Shin Kamen Rider. Una de las notas curiosas de Kamen Rider J es que se puede convertir en gigante, de la misma forma que lo hacía Ultraman (algo que no se ha vuelto a repetir en ningún otro Kamen Rider).

Shin Kamen Rider (1992)
Shin Kamen Rider (1992)

Después de estas películas, que no tuvieron el éxito esperado, se acercaba el 30 aniversario de la primera aparición del personaje, y se empezó a preparar el regreso televisivo de Kamen Rider. El propio Ishinomori había estado trabajando desde 1997 en la nueva serie, pero desgraciadamente no pudo ver como llegaba a las pantallas, ya que murió antes del estreno. En el verano de 1999 se anunció el regreso, y el título de la nueva encarnación, Kamen Rider Kuuga.

Quizás porque las encarnaciones más adultas y oscuras de los noventa no habían funcionado, estos Kamen Rider (de la era Heisei) se encontraban a medio camino entre una serie adulta y una serie juvenil (aún no llegaba a ser infantil). Esas primeras encarnaciones, Kuuga y Agito, mantenían muchas de las cosas que se habían visto en Kamen Rider ZO o Kamen Rider J, pero sin pasarse en cuanto a sangre y sexo se refiere.

A diferencia de lo que había pasado en los años setenta, los Riders de la era Heisei no llegan a coincidir prácticamente nunca el mismo universo o contexto (con la excepción de los crossovers y los dos primeros Riders). Cada nueva versión del personaje es independiente del otro y no existe una relación cronológica. Aún así, todas las series siguen una serie de reglas que se han repetido a lo largo de sus más de 40 años de historia. En algunos casos se han podido obviar algunas de ellas, pero por lo general se respetan bastante. A continuación os ponemos una lista de las 7 características imprescindibles para hacer una serie de Kamen Rider:

1.- El protagonista tiende a ser un chico joven. Y añadiríamos que guapo también, especialmente en los últimos años ya que parece que están intentando atraer al público femenino, y más concretamente a las madres de los niños que siguen la serie, utilizando actores muy jovencitos y guapetones.

2.- De alguna forma u otra, se “convierte” en un héroe con armadura (usando un cinturón y gritando la palabra “henshin”, que significa “transformación” o “cambio”). Interesante la importancia aquí de la tecnología para dotar al héroe de poderes – sin transformarse no tiene poder alguno – , especialmente si lo comparamos con los clásicos superhéroes americanos que tienen sus poderes todo el tiempo (normalmente de origen alienígena o por alguna mutación extraña). De ahí que los cinturones que usan los Riders sean siempre un nuevo aliciente, aparte de otra forma de aumentar el merchandising de la serie.

3.- La mayoría de trajes están inspirados en saltamontes (una de las reglas que más se ha obviado en la era Heisei).

4.- El Kamen Rider utiliza una motocicleta (aunque en algunos casos solo de forma anecdótica, especialmente en la era Heisei, aunque Kamen Rider W recuperó la buena costumbre).

5.- Prácticamente todos los Kamen Rider pueden mejorar sus habilidades y transformarse en una versión superior de si mismos (hay ataques especiales, trajes diferentes, algo que también se ha explotado mucho en la era Heisei – ¡seguramente para vender más figuritas!).

6.- Todos los Riders tienen un “golpe definitivo”, que para casi todos siempre ha sido la famosa “Rider Kick” (algo que ya hemos visto de forma parecida en otras series Tokusatsu, como Ultraman).

7.- El héroe lucha contra una organización con oscuras intenciones que normalmente tiene que ver con su transformación en Kamen Rider. Un elemento muy “ishinomoriano” y que da mucho juego para hacer tramas con intrigas y misterio.

Después de Kamen Rider Kuuga, la serie ha seguido ininterrumpida hasta el día de hoy, y el personaje vuelve a ser uno de los favoritos de los niños. Sí, de los niños, y es que en los últimos seis años, Kamen Rider se ha ido infantilizando cada vez más. Durante muchos años la serie tenía un punto más adulto (o juvenil) en comparación con su serie compañera de parrilla, los Super Sentai, pero con el tiempo se ha ido volviendo más cómica y esperpéntica en algunos casos. Seguramente Bandai ha tenido algo que ver con el asunto, ya que esa infantilización y el uso cada vez más indiscriminado de vehículos, robots y otra parafernalia, se traduce en más y más juguetes que pueden vender a los niños en centros comerciales (y que los otakus de toda la vida van a comprar de todas formas). Aún así, hasta Kamen Rider Decade, el personaje que celebró los 10 años de los Riders de la era Heisei con un gran crossover (2010), la serie es más digerible para el público más crecidito.

Los 10 primeros Kamen Rider de la era Heisei.
Los 10 primeros Kamen Rider de la era Heisei.

4. Super Sentai

Aunque tardaría unos años en acuñarse el término “Super Sentai” que ahora da nombre a esta franquicia de 40 años, el manga y serie de televisión Himitsu Sentai Gorenjâ es el origen de la misma. Ishinomori creó una fórmula que se ha seguido casi rajatabla durante todas estas décadas.

Los Super Sentai son grupos de superhéroes, normalmente de 5 personas (con una o dos chicas), aunque también se han podido ver algunos tríos a lo largo de la historia (no penséis en guarradas). Lo más característico de estos personajes es que cada uno de ellos tiene asignado un color, que normalmente utiliza dentro y fuera del campo de batalla. Los colores son también los que describen hasta cierto punto su personalidad y rol dentro del grupo. Por ejemplo, el rojo siempre es el líder de la formación, y el rosa y el amarillo son colores que suelen reservarse para las chicas (aunque con el amarillo hay excepciones).

La primera serie empezó en 1975 y ya desde sus inicios fue una serie dirigida a un público infantil, algo que se mantiene a día de hoy. A diferencia de Kamen Rider, la franquicia ha tenido una nueva serie durante cada año (con la única excepción de 1978), con lo cual la lista de “escuadrones” distintos llega hasta los 37 (la primera serie tuvo más de una temporada).

En Japón, los Super Sentai son ya toda una institución, y forman parte integral de su cultura pop. Han sido parodiados infinitas veces en programas de humor, películas y series de televisión, e incluso se llegó a hacer un Super Sentai “no oficial” (hecho por la propia Toei), en la que se homenajeaba a los fans Sentai de toda la vida, los otakus que incluso en la edad adulta siguen siendo auténticos fanáticos (la serie se llamana Hikounin Sentai Akibarangers).

Foto de familia del 35 aniversario Super Sentai.
Foto de familia del 35 aniversario Super Sentai.

Su popularidad traspasó fronteras, y en los años ochenta pudimos ver algunas de las series en las televisiones españolas: Liveman, Turboranger y Jetman (aunque aquí se les bautizó como Bioman). Pero la fórmula de Ishinomori se popularizó de forma global cuando, por desgracia, se hizo una versión americana llamada Mighty Morphin’ Power Rangers. Era más que una simple adaptación, ya que para esta versión se contrataron actores americanos y se reescribían todas las historias. Lo única que se mantenía del original eran las escenas de acción y las escenas en las que aparecen los villanos de la serie (en definitiva, todo lo requería trajes). Si bien la serie japonesa, a pesar de ir dirigida a un público infantil, había sido siempre bastante interesante e incluso madura en muchos aspectos, y no era un insulto a la inteligencia de los niños, los Power Rangers fueron la típica versión estúpida y descerebrada americana. Los Power Rangers siguen emitiéndose hoy en día, aunque hoy por hoy ya no utilizan las secuencias originales japonesas, sino que simplemente utilizan los mismos trajes y robots, y crean historias 100% originales.

5. El legado de Ishinomori

Se dice que la luz de Osamu Tezuka ha brillado tanto que ha eclipsado prácticamente a cualquier otro autor de manga. Esto quizás sea verdad fuera de las fronteras japonesas, pero no dentro. Ishinomori es el Rey del Manga, un título que no le viene para nada grande, de hecho, se queda corto para describir todos los logros que obtuvo tanto en vida, como después de su muerte. Se dice que sin Tezuka el manga no habría sido lo que es hoy en día, pero sin Ishinomori tampoco. Mientras que uno sentó las bases del manga moderno, el otro lo llevó más lejos. De hecho, estamos convencidos que el atrevimiento en la narrativa visual de Ishinomori pudo incluso influenciar al propio Tezuka en posteriores trabajos.

Pero además, el trabajo que hizo Ishinomori en el mundo de los superhéroes japoneses es monumental, creó decenas de ellos para televisión y para el manga, y su impacto es comparable al de Stan Lee en el cómic americano; o incluso más, podríamos decir que, en Japón, su contribución se comparable a la de Marvel y DC juntos.

Ishinomori con sus decenas de creaciones para televisión.
Ishinomori con sus decenas de creaciones para televisión.

Si bien no toda la obra de Ishinomori rezuma la excelencia de sus mejores obras (no podemos pedirle que sus 770 mangas sean todos fabulosos), entre esas 128.000 páginas hay auténticas obras de arte, y aquí apenas las hemos podido oler con Hokusai. Si bien se ha hecho un trabajo encomiable en cuanto a publicación de obras de Osamu Tezuka en español, no se puede decir lo mismo de la obra de Ishinomori, y quizás ya sea momento que ampliemos nuestras miras en cuanto a manga clásico se refiere, y que tratemos por fin como se merece a Shôtaro Ishinomori, el Rey del Manga.

La tumba de Ishinomori en Tokyo, con algunos de sus personajes.
La tumba de Ishinomori en Tokyo, con algunos de sus personajes.

Podéis encontrar más información sobre Ishinomori y Kamen Rider en mi blog personal.

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josan_avenger
Lector
5 diciembre, 2013 11:12

magnifico articulo, de kamen raider he visto muy poco (por no decir nada) pero del sentai si que se algo, yo e,mpece por curiosidad por ver la serie de donde sacaban los americanos las escenas de lucha y resulto que los zyurangers eran mucho mejores que los power rangers.

Y tambien destacar que los akibarengers (el sentai no oficial) me parece el mejor sentai de todos, la primera temporada me parece sublime con la trama final de hatte saburo y la segunda la estoy viendo ahora y tambien me esta encantando.

josan_avenger
Lector
5 diciembre, 2013 11:27

yo tampoco he visto mucho sentai, pero con tanta referencia ahora tengo curiosidad y cuando termine la 2ª temporada me pondre a ver algun sentai mas antiguo (o simplemente algun sentai que encuentre con subtitulos en español).

Por cierto se sabe si tendran 3ª temporada o con la 2ª se acaba la serie?

Jose Maria Vicente
Autor
5 diciembre, 2013 23:05

Un artículo increíble, así sin más. Desconocía la obra de este señor antes de empezar a leerlo, y ahora estoy ansioso por pillarme alguno de sus mangas (Comixology parece el mejor sitio ahora mismo).

Espero que esta sección de manga continúe durante mucho, mucho tiempo. Es una auténtica gozada.

Sergio Aguirre
6 diciembre, 2013 9:55

Genial artículo, Oriol. Entre este y alguno que había visto en ComicsAlliance, me he animado a leerme tres tomos del Kamen Rider de Ishinomori y me temo que estoy oficialmente enganchado.

Vamos, que me hasta me estoy viendo el anime de Moonlight Mask (Gekkō Kamen), otro superheroe setentero nipón motorista.¡¡¡Vaya fiebre!!!

Supongo que en cuanto pueda me pondré con Cyborg 009 y Kikaida, a ver que tal.

marcbret87
marcbret87
Lector
6 diciembre, 2013 10:43

Genial articulo! La verdad es que es una lastima que en Espana se hayan publicado pocas cosas de el Rey del Manga. Por otra parte, estoy en Francia y se ha publicado mucho material (en comparacion) como dices, tengo el Sabu et Ichi pedido 🙂

Por otra parte, alguien sabe como conseguir el manga Hotel? He buscado por internet y no parece que se haya publicado fuera de Japon 🙁 Ojala alguien se anime algun dia

marcbret87
marcbret87
Lector
6 diciembre, 2013 12:53

Gracias por la respuesta Oriol!

Lastima que Hotel sea uno de esos titulos inencontrables, en scanlation tampoco he encontrado nada 🙁 esta obra junto con Sabu et Ichi son los titulos que mas me llaman del autor. La unica esperanza por el momento es que en Francia se acaben animando, ya que en los ultimos 2/3 años se ha publicado bastante material suyo.Crucemos los dedos!

Miki
Miki
Lector
6 diciembre, 2013 18:26

Menudo articulazo, gracias por ilustrarnos sobre este autor. Me gusto el Hokusai pero por la falta de continuidad de este autor no he leído nada más (a ver si EDT trae algo más, que preveí su desaparición editorial muy pronto y bien que me alegro de haberme equivocado).

stefano
stefano
29 mayo, 2017 19:56

Hola, soy fan de la serie Kamen Rider! Gracias por el articulo