Los melones de la ira

15
5022
 

Edición original: Les melons de la colère, Requins Marteaux.
Edición nacional/ España: Febrero 2012, Diábolo Ediciones.
Guión, dibujo, tinta y color: Bastien Vivès.
Formato: 130 páginas en bitono, encuadernadas en cartoné.
Precio: 17,95 €.

 

La irrupción de Bastien Vivès en el mundo de la BD es uno de los pocos casos de consolidación casi inmediata. Autor joven de virtudes evidentes, el francés lleva realizadas más de diez obras en poco más de seis años, con una calidad que ya quisieran la mitad de sus paisanos. Pero sobretodo, con una personalidad que no se ha desarrollado paso a paso, con timidez, como la de la mayoría de los autores, sino que ha surgido con violencia, arramblando tajante y vehementemente, dando bofetadas de genio ya desde sus primeras viñetas.
Y es que Vivès, pese, repito, a su escasa edad, ha sido capaz de crear un universo estético y narrativo del todo particular, uno con una madurez visual, así como emocional, digna de un Tardi o un Sfar, pero tan personal y reconocible que es casi imposible no rendirse a la evidencia de su talento. Tanto es así, que sus páginas están camino de convertirse en un punto y aparte en la historia del tebeo francobelga. ¿Tantos halagos para un chaval de veintinueve años? Pues un individuo que tiene en su haber títulos como Polina, En mis ojos o El gusto del cloro, sólo por ellas merecería todos los aplausos. Pero es que obras supuestamente menores –como la de esta reseña- merecen los mismos elogios.


Supone por tanto Los melones de la ira, a pesar de su supuesta naturaleza de divertimento, un buen compendio de las características más evidentes de su obra como autor completo. Esto es: mirada microscópica a las relaciones sentimentales, fijación sobre universos femeninos y las emociones como motor de la trama. Si en gran parte de sus álbumes el de París desgrana los pormenores de las relaciones sentimentales, aquí el eje emocional arranca a través de la ignorancia de una muchacha criada en un entorno campesino ajeno al siglo XXI, para acabar desbordándose en el caudal de la venganza a perpetrar por el padre de la criatura, muchacha, por cierto, dotada con unos senos que desafían las leyes de la gravedad.

Esta trama, deudora del más despendolado cómic erótico de los años ochenta, se convierte aquí en algo nuevo, algo del todo original. Sí, hay erotismo, incluso pornografía; hay drama y hay tensión, desde luego, ya que la premisa lo exige. Pero el verdadero acierto de Vivès radica en llevar semejante historia por los derroteros de las directrices marcadas por su particular filtro como narrador. Esto significa que lo que en manos de otros hubiera resultado morboso o melodramático, bajo el trazo del fecundo autor se beneficia de un sentido del humor y una delicadeza inauditos para este tipo de historias. Sí, por supuesto existe drama y repulsa frente a las repetidas violaciones que sufre Magalie, la protagonista, auténticas detonantes de la trama. Pero al vivir el despertar sexual desde su punto de vista –y desde el de su hermano pequeño, tanto o más ingenuo que ella- la tragedia adopta un cariz dulce, imposible de asimilar a priori por el lector, pero totalmente efectivo para que la narración llegue a su final, dejándonos una sonrisa en la boca. Pero, ¿cómo? ¿Una historia pervertida sobre incesto y violación nos saca una sonrisa? ¿Es este Vivès un depravado y nosotros sus perversos cómplices? Desde luego que no, ya que el francés logra edulcorar el drama sexual sin que la resolución pierda fuerza. Además, gracias a esa dulzura, a esa carga ilusa e ignorante que pesa sobre la protagonista, el sufrimiento padecido se convierte en un canto esperanzador gracias a la capacidad resolutiva de Magalie.



Si ya es capaz Vivès de demostrar que es un maestro narrador y que por tanto domina vericuetos narrativos que autores que le doblan la edad aún no han sido capaces de domeñar, si enfocamos la mirada sobre al aspecto visual, podríamos pasarnos horas analizando sus virtudes con el lápiz. Hablando en plata, el Señor Vivès es un auténtico titán, un autor completo, de los de verdad. Uno de esos capaces de hacer evolucionar la historieta de manera evidente y del que esperemos influya a cientos de futuros dibujantes. De evidente educación artística, su trazo es capaz de arrancar emociones a base de lo que a veces parecen meros esbozos. Su dominio de la técnica desde una perspectiva académica se hace evidente a través de la expresividad de sus personajes y de la verosimilitud que logra arrancar a sus dibujos. Vivès conforma, aparentemente sin esfuerzo, viñetas cálidas de tan humanas, como si la vida hubiera decidido plasmarse en papel. Pero eso no significa que su trazo sea frío por realista, ni mucho menos. Imaginaos unas ilustraciones tan expresivas como las de Egon Schiele junto a la explosión de color de un Sorolla, todo revuelto por la Turmix del tebeo francobelga más estilizado. Y el resultado se acercará a las obras precoces de este francés casi imberbe que es capaz de expresar todo un abanico de emociones humanas sin tan siquiera dibujarle ojos a sus figuras.

Como este señor siga por este camino, su nombre, aun a riesgo de parecer hiperbólico, ocupará un lugar preeminente en la Historia del tebeo europeo.

Subscribe
Notifícame
15 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Ocioso
Ocioso
Lector
13 marzo, 2013 11:31

Vives será un tío superculto y megasensible, pero el juego de palabras del título está al nivel de los de las películas de Mariano Ozores.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
13 marzo, 2013 11:44

 Yo sólo he leído su «Videojuegos» , «La Familia» y «El Amor» y me he descojonado. Muy bueno, para mi gusto.

PS: «Tantos halagos para un chaval de veintinueve años?» Un renacuajo, vaya. XD

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
13 marzo, 2013 12:20

Me gustó En mis ojos pero como soy un poco hereje, la verdad es que las historias de una bailarina y de una tía con las tetas gordas no es que me parezcan el colmo del interés. 

Ya me podéis ajusticiar, si eso.

El día de mi 29 cumpleaños me preguntaron por primera vez lo que quería ser de mayor.

Profesor Gollipoldo
Profesor Gollipoldo
Lector
13 marzo, 2013 13:55

 Reconozco que a mí la obra me sorprendió. Me esperaba algo de mucha menos calidad y bastante más liviano, pero el tío sabe crear unos ambientes tensos sorprendentemente buenos.

Tampoco es que me parezca la releche, pero es muchísimo mejor de lo que indica el título de la obra.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
13 marzo, 2013 14:21

 Samano, supongo que la más famosa es Polina, pero como aún no la he leído (seguramente pronto lo solucione), yo recomiendo los mini tebeítos estos de «Videojuegos», «Familia», «Amor», que son historietas cómicas cortas. A mi me descojonan, el tipo de humor es más bien bestia, eso si.

Ocioso
Ocioso
Lector
13 marzo, 2013 14:38

Creo que hasta ahora sus cumbres son El gusto del cloro y Polina, la primera mas poética y la segunda con una narrativa mas convencional. Recomendaría iniciarse con Vives tirando de biblioteca porque sus tebeos se leen en un pispás y como no te guste te quedas con cara de tonto por haber pagado 18 euros, precio estandar para casi todo lo que edita Diabolo de este hombre.

Yo de momento me he plantado en Polina, en parte por saturación por haberme leído casi toda su obra en poco tiempo, y en parte porque me da la sensación de que lleva tiempo estancado, se ha vuelto autocomplaciente y parece enrocado en su galería de ninfas superficiales y caprichosas.
Animado por esta reseña he «conseguido» Los melones y lo leeré en cuanto tenga cinco o diez minutos libres. A ver que tal.

Mabaros
Mabaros
Lector
13 marzo, 2013 14:58

Obras malas no tiene este chico, de hecho tengo varias . pero creo que está un pelín sobrevalorado.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
13 marzo, 2013 20:13

El de videojuegos yo creo que es el más moderado… De todas formas, son chiquitajos, si tienes un Fnac a mano te puedes sentar y leerlo en un rato XD

Blade Runner
Blade Runner
Lector
13 marzo, 2013 22:21

Habiendo leído todo lo que se ha editado en castellano de este buen hombre, mi preferido es El gusto del cloro, aunque Ellas y En mis ojos también recuerdo que me gustaron bastante. Pero vamos, en general merece la pena leer todas sus obras.

Blade Runner
Blade Runner
Lector
13 marzo, 2013 22:24

La verdad es que, ahora que lo pienso, Vivès y Peeters son prácticamente los dos autores europeos actuales que sigo sí o sí, sin importar lo que hagan, y de momento ninguno me ha defraudado. Vale que tienen unas cosillas más flojas que otras, pero aún así… nivelazo.

Ocioso
Ocioso
Lector
14 marzo, 2013 0:11

Acabo de leerlo y no sé si es porque al hacerme mas viejo me hago mas consciente de las cosas, pero el caso es que este divertimento a costa de unas violaciones me ha dejado muy mal cuerpo.

Pd: Todo el mundo insiste en la juventud de Vives. En su debut, vale, pero tiene 29 años y eso supone que lleva mas de la mitad de su vida con pelos en los güevos. Lo de ir de enfant terrible ya no cuela.

ikeraton
Lector
15 marzo, 2013 16:26

 A mí me gustó inicialmente, pero en segunda vuelta pierde casi toda su potencia y el mensaje se diluye sostenido mayormente por el gran trabajo visual de Vives. Interesante en cualquier caso:

http://mundosenparalelo.blogspot.com.es/2012/05/comic-los-melones-de-la-ira.html

Saludos en paralelo.