El Rayo Mortal

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Edición original: Octubre 2011, Drawn And Quaterly.
Edición nacional: Enero 2013, Reservoir Books – Mondadori.
Guión, dibujo, entintado y color : Daniel Clowes.
Formato: 48 páginas a color encuadernadas en cartoné.
Precio: 17,90 €.

 

Acercarse a la figura de Daniel Clowes en la actualidad es un ejercicio a realizar con cautela. La montaña de halagos que lleva recibiendo en los últimos años se ha convertido en un muro casi infranqueable como para disfrutar de su obra sin la mirada contaminada. Y de ahí pasamos al cadalso que supone tener que superar unas expectativas ilusas cada vez que se edita una nueva obra, de la que siempre se espera que revolucione el panorama. Algo del todo imposible, incluso para alguien de su talento. Un autor se forja a base de trabajos. Algunos de genio, otros de encargo y muchos de prueba y error. Unos cuantos, incluso mediocres. Y si no, ojead la carrera de Spielberg, por poner un ejemplo rápido y mal pensado, trufada de joyas y zurullos por igual. Vamos, que Clowes es humano. Eso es así. De modo que glorias como Ice Haven acompañan a naderías como Wilson. Y no sólo es humano, sino que no desea aburrirse delante de su mesa de trabajo, y de la oscuridad de David Boring, salta a la aparente sencillez de Mister Wonderful.

En medio de todo esto, El Rayo Mortal. Este Death Ray original, fue el último número de su serie Eightball. De tal modo que su creación y ejecución es anterior a alguna de las obras citadas. Por lo que no vamos a hablar de conceptos como evolución o un nuevo paso adelante, porque es casi imposible seguirle a pista de creación real, debido a las reimpresiones y retoques de sus obras tras el cierre de la citada Bola Ocho. Cronologías aparte, este Rayo Mortal encaja a la perfección en el corpus de su trabajo, ya que resume y potencia alguna de sus filias y constantes. No os dejéis engañar por comentarios sobre esta novela gráfica como la versión indie del tebeo de superhéroes. O la reflexión rebuscada a modo What If… de Clowes haciendo cómic pijamero. Ni tan siquiera su particular homenaje a las creaciones de Lee, Kirby o Ditko. Algo de todo eso puede haber, no cabe duda de que la temática invita a pensar en ello. Pero esto, lo que es de veras, es la condensación de la temática y las formas de Clowes bajo un sólo título. Aquí están la experimentación narrativa, desarrollada a través del juego en el trazo y en el estilo del dibujo, así como en la estructura de la historia. Pero también las obsesiones del autor a nivel emocional: la soledad, la adolescencia como germen nocivo de la vida adulta, la mediocridad de esa misma madurez, el deseo sexual y las relaciones personales como quimeras inalcanzables o realidades que nada tienen que ver con lo idealizado. Es decir, todo una cantera temática desde un envoltorio a priori más sutil de lo que resulta ser. Lo que sitúa Rayo Mortal a la altura de su mejor obra. Todo ello en unas miserables cuarenta páginas. ¡Dos comic books norteamericanos! Y como ya pasaba con Ice Haven, por ejemplo, cerrar la tapa del tomo en cuestión crea un pozo de necesidad irresistible, un ansia por saber más de esos personajes, por buscar el teléfono de Clowes y forzarle a escribir más páginas, que nos hemos quedado con ganas de más, que no se puede crear algo tan sólido para cerrarlo tan pronto. Y es quizá esa palabra la que mejor defina este trabajo: solidez. De trama, personajes y universo. La solidez y madurez de un autor de talento, cuyo mundo único y particular dignifica este medio aún visto con malos ojos por el gran público, pero también por muchos lectores e intelectuales de ceja enarcada y visión cetrina. Y es que al final voy a caer también en el agasajo tremendo a Clowes. Pero es que obras como ésta lo merecen. Si me hubiera tocado reseñar Wilson, ¡otro gallo cantaría!


Y esto, ¿de qué va? La premisa es bien sencilla: un muchacho se percata de que adquiere una fuerza descomunal –o eso cree él- después de cada calada de cigarrillo. La aparición de semejante poder, junto con la herencia paterna de una pistola cuyo rayo hace desaparecer aquello que apunta, potencian la imaginación de Andy y su mejor amigo, dando pie a un batiburrillo de venganzas adolescentes y retorcidas ideas moralistas que le llevan a enfundarse unas mallas para combatir el mal. O eso parece, ya que la desidia, los celos y la estupidez supondrán trabas en el camino de este superhéroe tangente. Explicado así, sí que parece la versión underground de los mitos Marvel. Pero Clowes usa la premisa para desarrollar escenas donde vuelca sus intereses narrativos. Para el autor, si bien un gran poder conlleva una gran responsabilidad, ese poder no asegura una capacidad intelectual ni un sentido común para darle uso. Más bien al contrario, la ruindad y la estupidez innata del individuo, así como años de cultura popular mal digerida, provocarán el mal uso de unos dones, cuya naturaleza violenta serán un caramelo demasiado difícil de rechazar. La premisa benévola de Andy se truncará en una serie de malas decisiones, tan malas como las que podría tomar cualquiera. Y de ahí el tremendo acierto de esta obra. Con poderes o sin ellos, estamos abocados a hacerlo mal. Según Clowes, el ser humano es tan egoísta y tan corto de miras, que incluso bajo el atuendo de las buenas intenciones, nuestra idiotez visceral nos convierte en un enemigo para nosotros mismos y una pistola cargada apuntando hacia los demás. Y si esa pistola aniquila al instante, tantas más posibilidades existen de que todo termine siendo un desastre.


Desde el punto de vista gráfico, nada nuevo bajo el sol. Lo que sigue siendo un triunfo por sí mismo. Con su habitual tendencia a dibujar con trazos de distintas características, Clowes ha creado un estilo del todo particular. Del realismo fotográfico –por llamarlo de alguna manera- al cartoon más naif, el de Chicago es capaz de hacer saltar a sus personajes a su antojo por las páginas. Y con ellos, al lector, quien baila al son del ritmo que elija para desarrollar el argumento. Ahora una tarantela triste de mano de figuras idealizadas por trazos caricaturescos y luego un vals de realidad a través de retratos definidos, mientras pasamos por un pop melancólico de figuras idealizadas entre lo real y el storyboard. Y todo ello, repito, en cuarenta y ocho páginas que saben a poco. Que te hacen ladrar al amo por un poco más. Por mera gula, ya que el autor ha sabido concentrar en un simple álbum el compendio de todas sus batallas.

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Spirit
Spirit
Lector
27 febrero, 2013 8:34

Gracias por la reseña. Dado que cuesta la obra 18 euros y son apenas 48 páginas, así sé lo que me pierdo, ya que a ese precio va en contra de mis principios comprar nada.

Oriol Estrada Rangil
27 febrero, 2013 9:16

 Y tan a poco que saben esas páginas… leído entero en un viaje en tren, justo después de comprarlo… esos 17,90€ se vuelven aún más caros.

PERO, disfruté mucho esos 40 minutos. Aunque me costará volver a pagar tanto dinero por algo tan corto 🙁

Mr. X
Mr. X
Lector
27 febrero, 2013 9:50

 «Bueno, te garantizo que hay peña que paga bastante más pasta por
experiencias bastante más cortas y, además, salvo que las cosas hayan
cambiado mucho en la RENFE, que todo puede ser tal y como están las
cosas, no acostumbran a poder realizarse en un viajecito en tren… Y si
quieren repetir, tienen que volver a aflojar chonta.»

¿Leyendo a Chester Brown 😉 ?

Demasiado para mi bolsillo. Aunque bien saben Alá y Buda que le tengo ganas al dichoso Rayito…

Oriol Estrada Rangil
27 febrero, 2013 9:57

 Si hablamos de Chester Brown, está claro que con 17,90€ no conseguirás mucho. O quizás sí. alguna ETS. 

Ocioso
Ocioso
Lector
27 febrero, 2013 14:20

La premisa es bien sencilla: un muchacho se percata de que adquiere una fuerza descomunal –o eso cree él- después de cada calada de cigarrillo.

O eso cree él.
Vamos a ver que yo me entere. ¿Tiene poderes o se los imagina? Es que lo leí en mi inglés patatero y al final no me quedó del todo claro. Al principio parece que se lo imagina, pero mas adelante parecen reales. ¿Hay algún dato, alguna frase que se me haya escapado que lo deje claro?

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
27 febrero, 2013 14:33

 Yo también entendí que si tenía los poderes…

Tiegel
Tiegel
Lector
27 febrero, 2013 16:44

18 pavos por 48 páginas. Me encantaría hacerme con él, pero, por seguir con el rollo undergrún y parafraseando a Buddy Bradley, «¡es más caro que la heroína!»

Ocioso
Ocioso
Lector
27 febrero, 2013 16:48

Jorge, Tiegel, no es underground, es alternativo.
¡Si leyeseis Del tebeo al manga lo sabríais!

Del tebeo al manga, en los mejores puntos de venta. ¡Hágase con su copia!

Tiegel
Tiegel
Lector
27 febrero, 2013 17:19

Ah, alternativo! Entonces los 18 euros me parecen poco XD

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
27 febrero, 2013 18:06

 Digo yo que el baremo será «si se puede comprar en Amazon, no es andergraun» 😛

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
27 febrero, 2013 19:11

 O se vende en librerías mohosas y casi bajo mano, o no es andergraun. Si está en Amazon es un vendío y un acabao 😀

(Y el tema de los link tampoco tira en Firefox)

Ocioso
Ocioso
Lector
27 febrero, 2013 19:27

Si no consigues el tebeo a cambio de droga no es underground.

Omar Little
Omar Little
Lector
27 febrero, 2013 19:34

La tirada de un tebeo underground se hace en una fotocopiadora. La tirada de tebeos comerciales, en una imprenta.

Spirit
Spirit
Lector
27 febrero, 2013 19:37

¿Pero cómo va a ser underground un tebeo que vale 18 euros? Sólo Bárcenas se lo puede permitir, y sólo después de cobrar su finiquito.

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
27 febrero, 2013 20:34

 Como ya sabemos que gustos hay para todo, a mí Wilson me pareció cojonuda. Me encantó y leída varias veces. Me parece una de las cimas de Clowes en cuanto a dejar claro su mundo: soledad, incomprensión y desolación. Y contado con una sencillez y una sensibilidad acojonante. Por ejemplo con Como un guante de seda forjado en hierro, que me fascinó tanto la primera vez que lo leí, he notado que al perder la sorpresa que te causa su primera lectura la verdad es que pierde un poco.

Y este Rayo Mortal es otra maravilla. A todo lo dicho del mundo de Clowes, de esos personajes perdidos, egoístas, inadaptados, misántropos, depresivos…le sumamos que uno tiene un rayo capaz de hacer desaparecer gente y que ante una situación que cualquiera de nosotros vive a diario suelta genialidades como: «Tratas de hacer del mundo un lugar mejor y ¿qué consigues? quiero decir, por Dios santo, ¿qué posibilidades tiene un hombre solo frente a cuatro mil millones de gilipollas?». 

Coincido en que el formato y el precio no fuera el adecuado, pero ,¿merece la pena? para mí, sin duda.

Creo que el sexto integral de Odio no contiene nada nuevo de los 16 tomos originales y los dos anuales extras originales que son los que tengo yo. Si alguien sabe si tiene algo nuevo y merece la pena por el precio se agradece el aviso.

SICKBOY
SICKBOY
Lector
27 febrero, 2013 23:38

Recuerdo que cuando salió a principio de enero entre los recomendados algún compañero comentó que es muy caro por 48 páginas….yo finalmente terminé comprándolo y después de habérmelo leído (en un ratillo,es verdad) he de decir que no me arrepiento en absoluto, es más, se ha convertido en una de las joyas de mi estantería. Muchas cosas he comprado ya de mucha mayor extensión que al final he querido dejar a mitad de lectura……

Sobre lo de los poderes yo finalmente entiendo que lo de la pistolita si funciona, pero vamos, que no es lo más importante……

Ocioso
Ocioso
Lector
27 febrero, 2013 23:42

¿Cuanto cuesta cada album de La gran colección de Asterix y cuantas páginas trae?

SICKBOY
SICKBOY
Lector
28 febrero, 2013 1:09

 pues por lo q veo en fnac están a 16 € y de páginas andará por unas 60 no?¿? mas o menos

SICKBOY
SICKBOY
Lector
28 febrero, 2013 1:12

 vamos, q no hay mucha diferencia con los álbumes europeos….

Dillinger
Dillinger
Lector
28 febrero, 2013 10:07

Vaya, pues disfruté mucho más Wilson que Ice Haven. Me pareció bastante más divertida, acida y japuta aunque Ice Haven sea un pedazo tebeo. Encima son bastante similares en cuanto a construcción de trama. Pequeñas historias o anécdotas que no van a ningún lado y que según se van leyendo forman un mosaico cojonudo.

Pero para mi Wilson de fiasco no tiene nada.