Lobezno y la Patrulla-X Nº05, Imposible Patrulla-X Nº05

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Aaron sigue haciendo las cosas bien

 

Contiene: Wolverine and the X-Men #09
Guión: Jason Aaron
Dibujo: Chris Bachalo
Formato: Grapa, 24 páginas.
Precio: 1,95€

 

Como podéis deducir por el extracto de la reseña, me llevo una jugosa comisión cada vez que escribo Patrulla-X. ¿Qué? Tengo vicios caros y no se pagan solos. Patrulla-X, Patrulla-X, Patrulla-X.

La portada de Bachalo no está mal. La de Maleev es horrenda. Sí, entiendo la influencia centroeuropea. Horrenda. Vamos al grano.

Jason Aaron tiene imaginación y se le nota desde las primeras páginas: excelente idea para abrir no ya el cómic, sino la saga, mostrando un lado macabro de las catástrofes cósmicas ante el que hay que descubrirse. Ayuda a la ambientación el hecho de que Bachalo se lo pase pipa dibujando criaturas extrañas y escenas de destrucción a gran escala. La introducción incluye unas buenas líneas de diálogo, a lo que ya nos tiene bien acostumbrados, y una escena de acción gratuita a todos los niveles: no engrandece al personaje implicado, no es especialmente bonita y no sirve para ningún propósito. Con lo juicioso que suele ser a la hora de dedicar espacio, me sorprende que emplee una página entera en una secuencia de acción tan superflua. En cualquier caso, antes de entrar en harina con la implicación de Lobezno en la saga, Aaron dedica unas páginas a avanzar las tramas a corto y medio plazo con mucho oficio: promete acción, romance e implicaciones más allá de lo inmediato. ¿Qué más se puede pedir? Como hasta ahora en la colección, cumple con todo lo exigible y lo hace entretenido.

Como no podía ser de otro modo, el rol de Lobezno en el conflicto gana matices en este ejemplar. Aaron se las apaña para, en unas cuantas viñetas, dar algo de profundidad al personaje, plantear de forma clara sus motivos y los del Capitán América; ofrecer un punto de vista razonable, en definitiva, de modo que la saga no vaya tanto de buenos contra malos como de una perspectiva frente a otra. Sigue siendo una idea muy simple, pero Aaron se aplica para que uno de los bandos tenga un rostro algo más humano y gane matices El resultado es un Lobezno mucho más polifacético que en Vengadores Vs. Patrulla-X, colección en la que apenas se aprecia el dolor que le supone tener que combatir contra los que fueron sus amigos y siguen siendo de su especie. La conversación posterior a la que mantiene con el Capi también lo humaniza, estableciéndolo como «tercera vía» en el enfrentamiento en vez de como parte intrínseca de los Vengadores. Es comprensible que la labor de dar a Lobezno un rol más complejo recaiga en su serie en vez de en la saga en sí, aunque en esta también hubiese sido agradable que le dedicasen un poco de espacio para aclarar su postura.

Un comentario adicional que merece la pena destacar: Aaron podría escribir veinticuatro páginas de diálogos sin parar y funcionaría a la perfección. La fluidez del conjunto, los intercambios ingeniosos en las que las bromas nunca rebasan la frontera que separa «ingenioso» de «pasarse de listo» y las estupendas escenas costumbristas (por así decirlo, dado lo excepcional que es el instituto) conforman un tapiz de lectura ágil, entretenida, que ayuda a que los personajes cobren vida propia y resulten entrañables, memorables o ambos. Otros guionistas plantean buenas tramas pero sus diálogos resultan forzados: no es el caso de Aaron, que a la vez que teje las tramas consigue hilar conversaciones naturales que se erigen en uno de los principales activos de esta colección. Gran trabajo en todos los aspectos por parte del guionista, que mantiene la mano firme en el timón de esta serie tan recomendable.

El buen complemento

El dibujo de Chris Bachalo es bueno y se ajusta bien a la ambientación y la multitud de personajes que pueblan la serie. Como comentaba al inicio de la reseña, su galería de extraterrestres es divertidísima y sus escenas de destrucción a gran escala, bastante conseguidas. Su Bestia quizá sea demasiado simiesca y demasiado poco felina y su Lobezno resulta muy cuadriculado, pero en general sus personajes no tienen mal aspecto, o por lo menos son bastante más «humanos» que en otros de sus trabajos. Hace un buen trabajo a la hora de narrar y con los escenarios. Y sus rostros son expresivos. Un dibujo sólido que funciona muy bien con una colección que nadie debería perderse, esté siguiendo Vengadores Vs. Patrulla-X o no.

Un guión ejemplar…

 

Contiene: Uncanny X-Men Vol.2 #11
Guión: Kieron Gillen
Dibujo: Greg Land
Formato: Grapa, 24 páginas.
Precio: 1,95€

 

Kieron Gillen está haciendo un muy buen trabajo en Patrulla-X, cosa que se nota en este ejemplar. La apertura del cómic es buena, con un atractivo crescendo de la tensión que no tarda nada en llegar al punto álgido tras el cual se desata la violencia. Es de agradecer que una historia avance deprisa, sobre todo cuando la acción tiene un peso tan importante, aunque en este caso se beneficia de que buena parte de los contenidos ya se han explicado en otros ejemplares: no obstante, Gillen consigue que no queden dudas, que esté todo claro viñeta a viñeta y que este cómic pueda leerse perfectamente sin la ayuda de los demás. Al mismo tiempo, avanza una de las sub-tramas, caracteriza a Cíclope como un líder concienciado sin caer en la caricatura y tiene un par de líneas buenas para Namor. Y todo esto, ojo, antes de que se intercambie el primer puñetazo. El guionista domina todas las distancias: corto, medio y largo plazo, con soltura y sabiendo cuánto espacio dedicarle a cada apartado, de modo que funcionen en armonía hasta formar un todo muy notable. No solo no desaprovecha el espacio sino que le saca todo el partido. Excelente.

La pelea entre Hulk y Coloso, que reclama la portada y parte del cómic, está muy bien escrita. Gillen sabe que con el Hulk rojo hay muy poca tela que cortar, así que se limita a utilizarlo como antagonista del mutante, como enemigo imparable con un punto malvado que le empuja hasta el límite, como fuerza de la naturaleza. El monólogo de Coloso es fascinante, ¿y sabéis lo que es mejor? Que cualquiera puede coger este cómic, leerlo, y entender perfectamente la relación entre el ruso y Cyttorak. Algunas líneas son memorables («desaparezco un rato») y en la secuencia final hace que el defensor de Utopía resulte noble, heroico y valiente, firmando un retrato apasionante del personaje a la vez que demuestra que para que el lector empatice con este no hace falta darle innecesarias vueltas de tuerca o complicar las cosas, sino definir bien una idea, entenderla y esforzarse en que resulte interesante. El nuevo rol de Juggernaut ha beneficiado a Coloso, que ha recibido una necesaria inyección de personalidad y humanidad. Ponga un dios oscuro y un guionista competente en su vida.

Pero la cosa no termina con el mutante cubierto de acero. Hope también recibe un tratamiento de personaje adecuado, con una mentalidad comprensible para el personaje y una actitud bastante chula sin ser arrogante. En otros cómics llegué a echar en falta algo de complejidad por parte de Hope, que se presentaba como el receptáculo de Fénix y nada más, pero Gillen le ha dado algo más de profundidad. Una aportación digna de mención. La conclusión puede resultar un poco más floja, ya que el Protocolo Vengadores de Cíclope es… bueno, flojo. Decepcionante. La idea de combatir un ataque de los Vengadores con las armas modernas de la comunicación y la difusión es excelente, pero al leer el contenido este no queda a la altura de las intenciones. Le falta pasión y el estilo en general es mejorable. Por suerte, una página floja no afea veintitrés de saber hacer, con buen tratamiento de personajes y guión.

En suma, Patrulla-X es un cómic completo, entretenido, que engancha al lector no solo a Vengadores Vs. Patrulla-X sino también a la serie regular: los personajes son atractivos, están bien escritos y definidos, dan ganas de seguir sus aventuras. Se deja entrever que hay tramas a largo plazo, todo queda bien explicado en unas pocas líneas, se aprovecha bien el espacio, hay buenos diálogos y buenas peleas, heroísmo… Lo tiene todo. A eso añadidle una buena edición con buena traducción a juego y tendríais una compra más que recomendada. ¿Tendríais? Sí, tendríais. Porque del mismo modo que el viejo dicho afirma que siempre hay alguien dispuesto a fastidiarte un buen día, este cómic tan bueno tiene alguien que lo fastidia a niveles dantescos.

… y Greg Land lo arruina todo

Hace un par de semanas os decía que mis expectativas estaban a la altura de los hobbits. Pues bien, dejad que os hable de mis expectativas nivel «Fosa de las Marianas«, que reservo solo para cómics que, bien por contar con un guionista nefasto o un terrible dibujante, prometen niveles de calidad abismales, para así ahorrarme sinsabores y poder cerrarlos con una sonrisa en los labios. En el caso de este ejemplar, activé el Protocolo Marianas en cuanto vi el nombre de Greg Land en la portada. Greg Land, por si alguien no lo conoce, es un autor de merecida mala fama, objetivo de toda clase de puyas y chascarrillos por su manifiesta tendencia a calcar rostros femeninos a partir de fotogramas de la clase de películas que no dejarían ver a tu sobrinito. Y no, no hablo de Prometheus. En este caso, la Iniciativa Marianas se resumía en dos puntos: que aquello que dibujase realmente representase aquello que se supone que es (un gato que parece un gato, una playa que parece una playa, etcétera) y que los personajes no tuviesen una porno-cara que me hiciese sentir incómodo al mirarles a los ojos. Como veis, es una escala muy generosa, capaz de entregar honrosos aprobados con muy poco esfuerzo y habilidades artísticas.

Y Greg Land lo consigue. Greg Land ha conseguido destrozar, que digo destrozar, pulverizar mi estimado Baremo Marianas. Si puede con él, puede con todo. Greg Land puede dividir por cero. Greg Land puede hacer llorar a Chuck Norris.

Greg Land tenía un trabajo. Uno. Dibujar a Hope, personaje principal sin el cual la saga no tiene el menor sentido, como lo que es: una adolescente. En vez de eso tenemos otra muñeca de plástico con rostro de portada de revista, otro calco desprovisto de humanidad y emoción, otro recortable de cartulina que pegar cada vez que se necesita un cuerpo femenino, otro compendio de medidas perfectísimas coronadas por labios en permanente tumefacción, otras facciones que deberían ser juveniles transformadas -incompetencia mediante- en adultas, otra chapuza supina arrojada a la cara del lector como un mal chiste que solo pilla el autor, otra mamarrachada capaz de sacar de la historia a cualquiera. ¿Por qué Hope es igual que Emma Frost con diferente color de pelo?, ¿y por qué Hope y Emma son iguales que Kate Kildare? Nadie le está pidiendo a Land que domine la narración, las perspectivas, la expresividad, las proporciones o la secuenciación, ya que por muy malo que sea nadie quiere que le dé una embolia: se le piden cosas muy sencillas, como hacer rostros femeninos que no estén sacados del botón de pausa de Brazzers y hacer que los distintos personajes sean distinguibles entre ellos. El Proyecto Marianas se basaba en eso. Solo en eso. Y ahora está roto.

No es solo en el diseño de Hope en lo que Land la pifia, ni mucho menos. Quita todo el erotismo a Emma Frost a base de acartonarla y desposeerla de atractivo o elegancia. La cara de Cíclope es una broma. Las posturas de todos los personajes son estáticas hasta lo cómico. Hay un primer plano de Namor que te reto a observar durante medio minuto sin sentirse violento. Nada transmite acción ni intensidad. La pelea entre Coloso y Hulk es una aburrida sucesión de imágenes planas sin fluidez, carentes de la violencia que el guión trata desesperadamente de transmitir. Al Juggernaut le falta detalle, que recae por entero en el colorista. Lobezno, que debería transmitir rapidez en todos sus movimientos, es rígido como un gato de escayola. Los fondos brillan por su ausencia. Hay numerosas viñetas en las que los personajes están de espaldas, lo que resta expresividad y emoción al contenido, porque resulta dolorosamente obvio que Land no quiere dibujar el rostro adecuado para la escena (digo «no quiere» en lugar de «no sabe» por mi naturaleza bondadosa). Y la última secuencia es un canto a la incompetencia en la que el personaje debería transmitir gran preocupación, pero en vez de eso se muerde el pulgar con cara de estar visitando el catálogo de un sex shop y luego se carga el cuarto muro (¿a quién está mirando si no?) porque sí. Brillante.

Quizá penséis que estoy siendo demasiado vitriólico con un tipo que solo intenta ganarse la vida con su trabajo, pero la realidad es que ahí fuera hay decenas de dibujantes -sí, dibujantes- con sentido de la narrativa, creatividad, imaginación y genuinas ganas de engrandecer el guión con su trabajo mientras el dibujo de una de las cabeceras más importantes de la editorial de cómic más grande del mundo recae sobre un autor cuyas carencias son tan evidentes como molestas, que en años no ha hecho el menor esfuerzo por subsanarlas.

Nada más que añadir.

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Kravinoff
Kravinoff
Lector
27 octubre, 2012 10:53

 No sé por qué motivo, pero no he acabado de cogerle el punto a Aaron. Reconozco que es MUY bueno, especialmente en los diálogos, pero sus tramas no terminan de convencerme.

Au contraire, los diálogos de Gillen me han conquistado. Cada línea que sale de la boca de Namor justifica con creces la cuestionable decisión de Fraction de meterlo en Patrulla-X. Es sin duda el tie-in a seguir.

«Hay un primer plano de Namor que te reto a observar durante medio minuto sin sentirse violento.»

Se de cuál me hablas. Imagen traumática al nivel de la sonrisa Profiden de Cable en pleno Apocalipsis Nimrod en Advenimiento.

Raúl López
Admin
27 octubre, 2012 11:40

Aunque nos conocemos desde hace años (¿decada ya?) con cada nueva reseña consigues sorprenderme y para bien. Me quedo con esta frase que resume a la perfeccion un sentir: «Greg Land puede hacer llorar a Chuck Norris.»  has conseguido sacarme la sonrisa de la mañana 😉

Lo cierto es que Lobezno y la Patrulla-X es la serie del momento y la labor de Gillen en Uncanny está siendo fantástica, lastima que se tenga que ir, me habría gustado ver de que es capaz por ejemplo en Uncanny X-Force o en X-Men Legado en vez de los guionistas que han puesto para su relanzamiento.

Reverend Dust
Lector
27 octubre, 2012 12:18

Pues yo a Hope melafo… xD No quisiera yo ser hija de Land en otra vida. Anyway, a mí sólo me resultó molesto en el apartado Hope (bueno, vale, y en el momento mirada «Acero azul» de Namor), y con ojos inocentes la pelea de Hulk y Coloso fue espectacular, más por el monólogo que por el dibujo, claro está, pero espectacular al fin y al cabo. Uno de los mejores números del evento, a mi parecer.

Alejandro Ugartondo
Autor
27 octubre, 2012 12:38

Comparto vuestra opinión sobre el trabajo de Gillen al frente de Uncanny. Está haciendo una etapa muy buena y es una pena que le vayan a quitar la serie.

En cuanto al dibujo de Greg Land, pues es el que es desde que empezó a hacer interiores en los Ultimate 4F así que ya no engaña a nadie. Por lo menos en Lobezno y los X-Men tenemos a Bachalo que está haciendo un trabajo espectacular en la serie. Otra pena que también vaya a durar poquito.

Lemmytico
Lemmytico
Lector
27 octubre, 2012 13:08

 Si con la escena de acción innecesaria te refieres a la del Capi «viéndose obligado» a hacer un examen discrepo absolutamente. Me encantó esa escena y su final es cómico a más no poder.

Erik Lensherr
Erik Lensherr
Lector
27 octubre, 2012 13:46

 El problema de Greg Land es que es un copión de narices….no hace nada más que copiar de fotos….menudoi impresentable…mira Liefeld será una puta mierda de dibujante, pero al menos no copia como Land……con eso ya imagináis lo que quiero decir, verdad????

flashpoint
flashpoint
Lector
27 octubre, 2012 15:08

 LOS X-MEN DESDE CASA DE M ES UNA @#!¡ ¿Y LAD QUÉ?

En yankeelandia les encatnat Land. Es de esos autores tipo Rob Liefeld. Copian todo y tratan de ahorrarse lo más importante que tenemos la capacidad de la inventiva y crear. 

La tecnología, el hastío, el mínimo esfuerzo, todo por lograr el reconocimiento y el dinero.

En todo caso Land logra subir las ventas de los números en los que trabaja. Y todo porque muestra mujeres de lencería, pornografía, de carteles de películas, etc… En las viñetas de los comics. Y cuando más del 99.9% de los lectores de comics de superhéroes son hombre, su estilo calentón funciona, aunque sus secuencias de viñetas son un desastre.

¿Le importa a él? no creo, cuando firma autógrafos debe haber una fila de nerds felices con su semi-arte-digital-de-copia. Y ¿A Marvel? Menos, porque mientras genere ventas y cumpla con las fechas de entrega es un artista hot. 

Por algo el número de Fraction en el que regresa Kitty de la bala no se lo pasaron a Land, simplemente porque no tiene talento y hubiese pifiado lo que se quería conseguir el autor en ese número.

Me pasa que cada vez que leo un número de Land no hay secuencias en las viñetas, son planas, son posters. Muchas veces saltas de una acción a otra y no se entiende ni J. Y por otra parte Marvel tampoco le pone freno o agrega una frase de secuencia como hacían en los ochentas…

«Querido lector nuestro dibujante es tan memo que se comió un par de viñetas y el guionista está tan ocupado vomitando que es labor del esclavo editor arreglar el pastelaso. «Explicación incoherente y censurada» …Ahora que está todo aclarado puedes seguir leyendo»

  

Darquez
Darquez
Lector
27 octubre, 2012 18:13

Lo cierto es que desde que acabó complejo de Mesías, los seguidores de la patrulla-x han tenido que aguantar al mamarracho de Land, con descansos del más aguantable Terry Dodson.

Se cargaron parte de Advenimiento con su labor, suerte que hicieron coincidir para las mejores escenas a Mike Choi.
Y por si fuera poco para darle un descanso se trajeron a esa «otra gran estrella» whilce «caras de caballo» Portaccio.

Y ahora que teníamos a Guillen que creo que le da sopas con hondas a Fraction en la patrulla-x, nos siguen poniendo a Land.

Kravinoff
Kravinoff
Lector
27 octubre, 2012 20:37

Pues por lo visto Land tiene la misión divina y/o diabólica de arruinar los magníficos guiones de Gillen(que por mucho esfuerzo que le ponga, para mí no lo consigue), ya que será su compañero en Iron Man(de Larroca a Land, para que me quejaría yo).

jojojajo
jojojajo
Lector
28 octubre, 2012 11:41

 Pues la primera vez que vi a Land en la canción final de Fénix, pensé: «Que detallismo tiene este hombre en las caras», luego me enteré de que las copiaba y se me calló un mito.

Darquez
Darquez
Lector
29 octubre, 2012 18:55

A mi en la canción final de Fénix, me gustó su trabajo y si hiciese así en la patrulla-x no me importaría el método que usa. El problema es que ahora no disimula el origen de sus modelos, no acomoda las expresiones a la tensión del momento, y a mí en particular me produce una sensación desagradable estar leyendo un comic suyo con tanta expresión pornográfica.