ZN Reseñas: El Señor Jean 6. Hora de hacer balance

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El Señor Jean 6. Hora de hacer balance
Colección Extra Color nº 239
Autores: Dupuy y Berberian
Norma – 56 pág – Color – 10 €

 
Información editorial

Después de convertirse en padre, ha llegado el momento de que el personaje más famoso del tándem Dupuy y Berberian haga balance de su vida y se enfrente a sus miedos y responsabilidades.

El piso de Jean se ha quedado demasiado pequeño para la nueva familia: ha llegado la hora de mudarse y hacer vida nueva. Pero deshacerse de cosas viejas y los recuerdos no es tarea fácil.

Reseña

Cuando me acerqué por primera vez a la serie del Señor Jean, motivado por las elogiosas críticas que leía sobre la misma, me sentí de lo más decepcionado. El Señor Jean, el amor, la portera, aquella primera entrega, no me aportaba nada.

Más tarde volví a probar suerte con Historia de un Álbum. Allí ya había algo, pero por aquel entonces aún no me pareció suficiente.

Tendrían que seguir los elogios por parte de bloggers que me merecían confianza para que me diera de bruces con un nuevo título de lo más sugerente: Vivamos felices sin parecerlo. Semejante frase merecía una nueva oportunidad. Se la di. Y me gustó. Mucho. Con gracia, humanidad y cierto optimismo Dupuy y Berberian abordaban la cuestión del Síndrome de Peter Pan, esa alergia a “madurar” de incidencia tan alta en los varones del siglo XXI. Compromisos, niños, ataduras… todo aquello que pueda socavar nuestra libertad de adolescentes nos produce un miedo cerval y paralizante. Este tema, recurrente en artistas como Joel Joan (Excuses, Porca Misèria) y ya tratado por Manel Fontdevila en La Parejita, lucía con una frescura especial en el trabajo de estos franceses.

Ahora, después de que por despiste no me hubiera hecho con Las Mujeres y los Niños Primero, vuelvo con el Sr. Jean para acompañarle en una nueva peripecia: mudarse.

A raíz de algo tan aparentemente trivial, Dupuy y Berberian vuelven a explorar las particularidades psicológicas del treintañero casi cuarentón y, desde ahí, de la persona humana en general. Al tiempo que progresan las vidas de los protagonistas habituales de la serie, esta pareja de autores hacen que nos percatemos del valor emocional de los objetos.

Con el tiempo, los objetos se cargan de significados. Nos retrotraen a un momento de nuestro pasado, a unas determinadas circunstancias. Y al hacerlo, parecen albergar en ellos una parte de lo que somos y el mágico poder de conjurar aquello que fuimos. En nuestros abalorios aguarda un tanto de nuestra trascendencia y cuando de ellos nos deshacemos se diría que renunciamos a una porción de nosotros mismos.

Pero, con su habitual humor, a pesar de que demuestran entendernos, Dupuy y Berberian nos recuerdan que lo mejor de nuestras vidas es lo que está por venir.

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Dr. Gull
Dr. Gull
26 julio, 2007 20:15

Pongo la mano en el fuego con la crítica. A mí me enganchó desde el primer album, quizás porque no había escuchado ninguna referencia ni comentario sobre el album. Es clara la evolución que ha mostrado el personaje junto a la de los propios autores.

señor punch
26 julio, 2007 21:09

frente al frikismo y la endogamia (y métanme en el saco, que no pretendo ofender a nadie, y me molan un posrrón los pijamas), Sr. Jean es historieta para todos, de esa que debería abundar, que cualquiera se identifica en su lectura (o se recuerda a sí mismo, o siente que su futura madurez se parecerá mucho a esto, o le evoca un pasado propio), y además con una sonrisa.
Aunque el culmen de la serie es ese Vivamos felices (que me parece uno de los mejores tebeos que conozco), la serie entera merece mucho la pena (pues aunque ya huele a piloto automático, ojalá todas las carrocerías fueran como ésta)

Por otro lado, diría que La Parejita es, o posterior, o maomenos coetanea (y otra recomendación, claro), más que un precedente. Es simplemente, la coincidencia en una moisma generación de tres autores que piensan que las viñetas pueden hablar de cosas cercanas, nno sólo de máscaras, aventuras o maravillas.

Josep Rom
Josep Rom
26 julio, 2007 21:48

Una serie especial. Razones:

Primera
Sr. Jean tiene la extraña virtud de concentrar en 40 pàginas lo que muchas novelas gràficas de 100 no alcanzan: una visión de la vida sin dramatismo barato.

Segunda
Es una serie que ha evolcionado hasta dominar los tres ejes clásicos de la historieta desde las comic strips americanas:
– los personajes son arquetipos, representan un rol, tienne un «vestido» pero son muy humanos
– el dibujo es virtuoso y sencillo a la vez
– la narración tene un ritmo interno muy logrado, pequeños gags se van sumando hasta construir escenas y las escenas contemplan un mapa del relato
– funciona repitiendo las fórmulas y los esquemas (puede parecer soso pero a la larga es lo que convierte a una serie en un clásico)

Tercera
Me gusta que sus protagonistas sean adultos de mediana edad (vaya que coincidencia tengo 40) y la obra sea más una «atmósfera» que un tratado

Cuarto
No es pesimista.

sugar
sugar
29 julio, 2007 0:56

Para mi el Sr. Jean es de esos comics parecidos a una lluvia finita: no te hacen estremecer como una tormenta, pero sin darte cuenta te va calando suavemente hasta dejarte empapada. Me apetece este último, siempre me dejó anonadada la mágia de la magdalena de Proust.(soy fatal para los nombres, se llamaba asi?)