Los Invisibles: Medios y abstracciones

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Edición original: 1994/2000; Vertigo (DC Comics).
Edición España: I Norma Editorial (1999-2004); II Planeta DeAgostini (2005-2006; 2009-2010); III ECC Ediciones (feb. 2015/-).
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: VV.AA.
Entintado: VV.AA.
Portadas: VV.AA.
Color: Daniel Vozzo.
Precio: 7 tomos. Precio y págs. variable (alrededor de 240 págs. y 22,50 € c/u). Otras ediciones descatalogadas.

En 1994 Grant Morrison era un guionista libre y plenamente consolidado en el mercado editorial norteamericano. Con Batman: Arkham Asylum publicada, sus etapas en Animal Man y Doom Patrol finiquitadas y su revisitación de Kid Eternity a buen recaudo, el escocés hizo de todo un poco sin comprometerse demasiado y publicó, en la línea Vertigo de DC Comics, pequeñas obras como El misterio religioso o Sebastian O –todo un anticipo subtextual de la colección que nos ocupa– hasta concebir lo que hasta el momento era su proyecto más ambicioso: una serie regular de largo recorrido y de creación propia –sin basarse en material preexistente– con la que dar rienda suelta a todas sus obsesiones. Inicialmente planteada como un revulsivo que, con vistas al cambio de milenio, modificara la percepción del mundo y reorientase la cultura, Los Invisibles supuso así la obra más personal y arriesgada de Grant Morrison hasta la fecha.

La intención del escocés pasaba por publicar tres volúmenes editoriales de 25 números cada uno, en una suerte de tour de force inigualable que compondría todo un hypersigil; un sello mágico –obsesión manifiesta del autor– con el que alterar la realidad. La realidad, empero, tenía otros planes: los continuos retrasos y las bajas ventas del primero de esos tres volúmenes hicieron pender la espada de la cancelación sobre la serie casi desde el primer momento, y ni los llamamientos de Morrison para conseguir salvar la colección mediante la energía provocada por un wankathon (masturbación masiva) planetario, ni su cacareada enfermedad supuestamente provocada por la escritura de la colección, ni la afirmación de que la historia le había sido sugerida por extraterrestres durante un viaje a Katmandu consiguieron evitar una forzosa reorientación temática en el segundo volumen (que presenta más acción) y, en el tercero, una reesquematización del plan editorial inicial. Además, a pesar de contar con sólo 12 números (en orden descendente, simulando una cuenta atrás), los planes de Morrison de acabar el último volumen justo al finalizar 1999 no pudieron cumplirse, de nuevo por retrasos. Para colmo de males el trabajo del guionista sufrió censura en diversas ocasiones, lo que le llevó tanto a modificar líneas para evitar alusiones a la pederastia como a suprimir nombres de empresas y personas que quedaban mal en el tebeo («Walt Disney era un mierda» es la más citada en estos casos). Y, finalmente y para rematar, a la larga también surgieron problemas en el terreno de las adaptaciones cinematográficas: BBC Scotland compró en su momento los derechos para hacer una posible serie de TV, aunque muchos seguidores nos dimos cuenta mucho después de que lo más cercano a una adaptación cinematográfica tuvo lugar en la saga de películas de The Matrix, cuya irrupción provocó cierto malestar en Grant Morrison (si bien desistió de plantear problemas legales al pertenecer Vertigo a la misma casa madre que la producción de la mencionada trilogía: Time Warner Inc.). Los detalles del conflicto los podéis ver en esta estupenda entrevista.

Sea como fuere, lo cierto es que con el tiempo Los Invisibles se ha convertido en una obra de culto referenciada por millares de connoisseurs a lo largo y ancho del globo, al tiempo que ha hecho a su autor acreedor de no poca fama en el subterráneo mundo del cómic contracultural. Actualmente los recopilatorios de la obra en EE.UU. se venden bien, a un ritmo no prodigioso pero sí goteante… una tendencia que también se produce en España. En nuestro país Norma Editorial fue la primera en publicar la colección –en formato prestigio– pero sólo llegó a sacar al mercado el primer volumen de la misma. Posteriormente, Planeta DeAgostini tomó el relevo y publicó tanto los dos volúmenes restantes como, más adelante y en el marco de una reedición, el inmediatamente precedente. A continuación detallamos una guía de lectura detallada…

Volumen I

  • Sin blanca en el cielo y el infierno #1 y #2 (prestigios) [#1-4 USA]. Norma Editorial.
  • Arcadia #1 y #2 (prestigios) [#5-8 USA] Norma Editorial.
  • Monstruos reales (tomo) [#9-12 USA] Norma Editorial.
  • Apocalipstick (tomo) [#13-16 USA] Norma Editorial.
  • Entropía en UK (tomo) [#17-20 USA] Norma Editorial.
  • ¡Adiós conejitos! (tomo) [#21-25 USA] Norma Editorial.

Planeta DeAgostini reeditó este material en una edición de tres tomos que empezó en agosto de 2009. El orden de este primer volumen quedó por tanto como sigue:

  • Di que quieres la revolución (tomo) [#1-8 USA] Planeta DeAgostini. 16,95 €
  • Apocalipstick (tomo) [#9-16 USA] Planeta DeAgostini. 16,95 €
  • Entropía en el Reino Unido (tomo) [#17-25 USA] Planeta DeAgostini. 16,95 €

Volumen II

  • Infierno en América (tomo) [#1-4 USA] Planeta DeAgostini. 8,95 €
  • Contando hacia la nada (tomo) [#5-13 USA] Planeta DeAgostini. 14,50 €
  • Besos para Mister Quimper (tomo) [#14-22 USA] Planeta DeAgostini. 12,95 €

Volumen III

  • El Reino Invisible (tomo) [#12-1 USA] Planeta DeAgostini. 16,95 €

Sea como fuere, tras la pérdida de los derechos de DC Comics por parte de Planeta en favor de ECC Ediciones, esta última editorial ha emprendido la publicación de toda la serie en formato cartoné. La colección se compondrá de siete volúmenes en total, de periodicidad bimestral, siguiendo los recopilatorios clásicos. El primero de ellos (febrero de 2015) recoge los números #1-8 de la serie, más una historia corta publicada originalmente en el especial Absolute Vertigo núm. 1 USA.

Argumento

Dane McGowan es un joven violento e inadaptado en el Liverpool de finales del siglo XX. Cuando es incluido en un programa de readaptación social que incluye alteraciones de la esencia humana, es rescatado por King Mob, el líder de una sociedad muy especial: La Universidad Invisible, compuesta por una serie de células terroristas repartidas a lo largo y ancho del mundo que, durante eones, se han enfrentado a las fuerzas que desde las sombras pretenden sojuzgar la mente, la creatividad, y la libertad de la humanidad. Tras desentrañar el auténtico tejido de la Realidad perceptible, Dane asumirá su papel dentro de la célula invisible bajo el nombre de Jack Frost, y aprenderá a usar la magia, el tiempo, el espacio y la creatividad para salvarnos de la alienación y la esclavitud que promueven las supraestructuras sociales de control que sus rivales pretenden mantener a toda costa.

Puede sonar abstracto, pero en realidad como el propio Morrison comentó, estamos ante una clásica historia conspiranoica: «Hay cinco personajes con habilidades raras que pertenecen a lo que básicamente es una organización terrorista ocultista. Cientos de personas pertenecen a esta organización, pero nadie sabe quiénes son los otros miembros. Hay un gran fresco de cosas ocurriendo, y todo trata básicamente de una enorme conspiración oculta que existe desde los albores del tiempo».

Morrison al habla

Sobre el concepto general de la serie: «Los Invisibles explora el mismo territorio que Expediente X. El concepto básico es simple. Imagina que toda conspiración paranoica posible fuese verdad. El gobierno está relacionado con los extraterrestres. Hacen rituales satánicos. La familia real está envuelta en tráfico de cocaína y pederastia… todos esos extraños rumores que llegan a ti a través de los bajos fondos, internet, la prensa amarilla o lo que sea… Pues bien, los Invisibles son la gente que sabe lo que está pasando. Lo han identificado y han decidido combatirlo, así que tenemos un pulso entre dos fuerzas opuestas: caos y orden, bien y mal, represión y libertad… Es básicamente el conflicto humano que hemos tenido desde hace miles de años y que seguiremos teniendo, y lo he hecho estallar en esta historia de aventuras que usa todo el trasfondo de los cómics referido a la superficialidad, la aventura y las peleas, los tiroteos y las explosiones… pero tratando de hacer algo que tiene al mismo tiempo un contenido filosófico«.

Sobre los acontecimientos que lo inspiraron: «Lo que la gente no sabe es que la historia básica tras Los Invisibles está basada en una experiencia que tuve en Katmandu cuando estaba de vacaciones. Tuve lo que pareció ser un contacto con extraterrestres, en el que un montón de cosas me fueron explicadas a la vez. Recibí toda esta información de una fuente desconocida que era lo suficientemente consistente como para hacerme pensar ‘Bueno, es una teoría interesante’ […] Y desde ese incidente, he tenido esta energía que me ha permitido crear los conceptos que hay detrás de Los Invisibles e incluso de la JLA. Las historias que las conducen tratan básicamente acerca de cómo el universo me fue explicado, y las estoy usando especialmente en Los Invisibles«.

Cartel entre irónico y paródico sobre Morrison

Sobre el trasfondo de la colección: «Estoy trabajando en función de la teoría de que cosas como Los Invisibles o Expediente X han tomado el lugar de la mitología. Ya no la tenemos. Hemos perdido a Dios. Hemos perdido la espiritualidad. Dicen que ‘la verdad está ahí fuera’, y sabemos que hay algo ahí fuera porque mucha gente ha tenido experiencias similares. Todo el mundo sabe que la visión científica, ortodoxa del mundo, no explica todo. No cubre todas las bases. Pero ya no tenemos nada para explicarlo. La ciencia renuncia a mirar a la verdad, mientras que la iglesia no puede manejarla, porque las cosas que pasan hoy en día son demasiado raras hasta para la religión. Así que hemos desarrollado una nueva mitología para el siglo XXI […] y se ha vuelto tan popular porque la gente está desesperada intentado alcanzar una nueva visión espiritual».

Sobre la amalgama referencial: «He estado haciendo patrones, tal y como la gente tiende a hacer. Los seres humanos necesitan hacer patrones a partir del caos que les rodea. El mundo y el universo pueden ser enteramente caóticos, pero lo maravilloso del asunto es que nuestro cerebro puede organizarlos […] Ésa es la gran virtud de la mente humana. Así que a través de los mismos medios, estoy tomando toda la información caótica que puedo obtener de la locura que es este final del siglo XX, y estoy desarrollando una mitología cohesiva a partir de ella. Los Invisibles es mi forma de organizarlo todo. Cubre todo desde los experimentos nazis hasta los cultos arcanos, y lo estoy atando todo dentro de una sola cosmogonía funcional que, al final, en el último número, explicará qué es el universo, de qué está hecho, por qué fue construido, quién lo construyó y para qué se supone que lo hizo. ¿Es la Verdad con mayúsculas? Pues no, no lo es. En realidad, cualquier cosmogonía es una verdad. La mitología judeocristiana es una verdad. La mitología hindú es una verdad. Todas son consistentes, y explican el universo en cierta manera. Yo simplemente estoy presentando una nueva forma de explicar el universo que es personal y que implica material con el que he estado tratando desde hace tiempo».

Sobre su (increíble) relación con King Mob: Un montón de su pasado está basado en el mío. Estuve en una banda y tuve una depresión nerviosa a los 21. Entonces fui a la India y tuve una revelación espiritual. La única diferencia es que yo no mato personas y que él es mejor que yo en artes marciales. Pero tiene siempre los aspectos rebeldes, anarquistas y peligrosos en los que más estoy interesado. […] A King Mob le pasaba algo en la cara y de repente me salía un absceso en mi cara. Su pulmón se colapsaba debido a un disparo y entonces me pasaba lo mismo a mí, por alguna otra razón. Dedicaba el año entero en Los Invisibles a las pruebas y las iniciaciones, al enfrentamiento con el miedo y la muerte, y de repente yo también iba en la misma dirección».

Viñetas de Gideon Stargrave en Near Myths #4

Sobre los problemas con Michael Moorcock: «Dijo que mi trabajo era tosco e inmaduro y una desgracia, pero lo cierto es que tener a Michael Moorcock etiquetando tu trabajo como tosco e inmaduro es probablemente un gran cumplido. Creo que leyó un número y no lo conceptualizó. Se ha puesto como un tonto porque parece pensar que absolutamente todo en Los Invisibles está basado en el personaje de Jerry Cornelius y no ha leído el resto de lo que he hecho». [NOTA: King Mob está basado a partes iguales tanto en Gideon Stargrave –personaje que el propio Morrison creo para la revista Near Myths a principios de los ochenta– como en el Jerry Cornelius de Michael Moorcock. A propósito de esta última semejanza Moorcock se enfadó mucho, llegó a escribir una carta a la editorial y denostó públicamente la obra].

Sobre The Matrix: «En realidad es muy simple. La verdad es que a los miembros del equipo de producción de The Matrix les dieron la colección de Los Invisibles y les dijeron que hicieran parecerse la película a mis cómics. Es un hecho constatado. Los Wachowski son creadores y aficionados a los cómics y eran admiradores de mi trabajo, así que no me sorprendió nada. Incluso se pusieron en contacto conmigo antes de lanzar la primera película de la saga y me preguntaron si querría contribuir con una historia para la web oficial. No es ninguna extraordinaria coincidencia el hecho de que gran parte de The Matrix, argumento por argumento, detalle por detalle, imagen por imagen sea calcada a Los Invisibles, así que no debería haber mucha controversia. Los Wachowski fusilaron Los Invisibles y todo el mundo en el ajo tiene conocimiento de este asunto, pero por supuesto raramente alguien va a salir a decirlo. Por otra parte estuvo bastante mal que se desviaran tanto del constructo filosófico de Los Invisibles en la segunda y tercera partes, embarrándose indefensamente en una aburrida teología católica, probando que no habían tenido la experiencia que estaba detrás de Los Invisibles y estrellando tanto Reloaded como Revolutions en las rocas de la más absoluta incomprensión. Deberían haberse mantenido robando mi material y quizás habrían creado algo de lo que estar verdaderamente orgullosos… una película que hubiera cambiado la mentes, los corazones y el mundo. Me encantó la primera película, que creo que supone una obra con verdadero genio cinematográfico y muy oportuna, pero he escuchado a varias personas que trabajaron en ella y todas han confirmado que tuvieron Los Invisibles como referencia. Así es como es. Ya no estoy cabreado por este asunto, aunque lo estuve durante un tiempo porque hicieron millones fotocopiando mi trabajo en una Xerox y, para ser honestos, habría sido feliz con algún millón, para no tener que trabajar trece horas cada jodido día, incluyendo fines de semana. En resumen, estaba bastante contento con que pillaran las ideas pero muy decepcionado con que las destrozaran de esa forma, distorsionando todos los aspectos trascedentales gnósticos que hicieron del primer filme algo fuerte y potente. Si hubieran tenido algo de cordura, se habrían hecho mis amigos en lugar de joderme. Parecen buenos chicos».

Continente, o medios…

Decía Ayn Rand (una de las mayores defensoras modernas del humanismo y la individualidad) que, si la escritura creativa de ficción es un proceso de traducir una abstracción en algo concreto, hay tres grados posibles de esa escritura: traducir una abstracción (tema o tesis) vieja (conocida) con los medios de la vieja ficción, traducir una vieja abstracción por medios ficticios nuevos y originales, o crear una abstracción nueva y original y traducirla mediante medios nuevos y originales. De lo primero dijo que era la mejor forma de producir basura popular; de lo segundo, buena literatura. Lo tercero, es arte. Hay una cuarta posibilidad ciertamente indeterminada: vehiculizar una abstracción nueva a través de un medio antiguo. Gran parte de los enfrentamientos que se producen entre los defensores y los detractores de Los Invisibles dimanan de la introducción de la obra en uno de los grupos anteriores.

Para los no iniciados, amantes de la literatura a secas, usar un medio como el cómic puede ser en si mismo un recurso original; pero los amantes del noveno arte descubren precozmente una característica en esta serie: no hay innovaciones formales en Los Invisibles. A nivel técnico, el uso y la ejecución del dibujo, el color y el entintado es arquetípico a pesar de contar con un plantel de dibujantes excelente. Sólamente en muy determinados casos aparecen colores llamativos, psicodélicos (a la usanza de Andy Warhol) o vemos un uso del entintado reseñable (Dennis Crammer para la creación de contraluces en los números 7-8 USA). Sí es cierto que ocasionalmente aparecen usos de la plumilla o de las manchas de tinta que crean un grafismo altamente artístico; pero no es nada nuevo. La composición de página tampoco es ninguna maravilla: páginas de 5-6 viñetas, sobrias y regulares. A veces se permiten tímidos juegos con la forma de las viñetas, con sus dimensiones o con sus marcos; pero también brilla aquí la originalidad por su ausencia.

Si algo puede achacársele de entrada a Los Invisibles es que el uso de los medios semióticos y formales del cómic no es empleado en su máxima expresión. El arte secuencial está así bajo mínimos, tan sólo relegado a un uso utilitarista, funcional, en la historia que se quiere contar. Se fracasa así en el primer objetivo (demasiado ambicioso) de revolucionar el panorama artístico no ya en general, sino tebeístico en particular. A pesar de que el argumento y el guión lo habrían permitido y agradecido, Morrison se revela mucho mejor libretista que guionista, incapaz de introducir lo que genios como Alan Moore (en Watchmen y Promethea especialmente), Will Eisner (The Spirit) o Frank Miller (Ronin, Sin City) concibieron. Y, al mismo tiempo, sus dibujantes se demuestran mejores ilustradores que verdaderos artistas, al supeditarse exclusivamente a la voluntad del único creador que encontraremos aquí: Grant Morrison.

Por tanto, se priva al lector de ver algo nuevo. Y a juicio del que esto escribe, se priva a la obra de alcanzar el grado de obra maestra pues, para mi tal término lleva implícito (como para la señora Rand) maestría y originialidad tanto en la ejecución gráfica como en la ideación argumental y guionística. Esto último es por supuesto una opinión, pero fundamentada en hechos que ningún lector creo que pueda discutir.

Pese a lo anterior, el dibujo en los invisibles no alcanza iguales cotas de calidad en todo los dibujantes. A nivel funcional, por simplicidad de formas y mera estética, la mejor aproximación a la definición gráfica de Los Invisibles la proporciona Phil Jimenez (Vol I #17-19; Vol II #1-13) y, siguiéndole de cerca Jill Thompson (Vol I #5-9, #13-15; Vol III #3-2). Su diseño es el más estilizado y preciso y su caracterización, la menos feísta. En ese sentido, desde un punto de vista funcional es óptimo, a diferencia de otras aproximaciones que considero menos acertadas (Steve Yeowell en Vol I #1-4 y Vol III #4-2). No obstante, la lista de dibujantes es enorme y va desde Frank Quitely (Vol III #1) hasta Sean Phillips (Vol III #8-5), pasando por otros muchos.

El color de Daniel Vozzo, en la misma línea que el dibujo, es irregular, y se adapta evidentemente en función de las necesidades del dibujante. Me resulta especialmente agradable cuando usa colores luminosos, puros y planos, pues aporta a la ilustración cierta limpidez, aunque es evidente que cuando opta por usar mezclas oscuras al tiempo que cálidas lo hace para enturbiar el ambiente y trasmitir la sensación de sordidez y opresión de un mundo alienado y deshumanizado (curiosamente, se usaba el mismo efecto en The Matrix, en la que la realidad virtual estaba tamizada por un filtro de imagen verdoso y aséptico).

…y Abstracciones, o contenido

Realmente, el quid de la cuestión acerca de la calidad de la obra de Morrison está en el mensaje que transmite. ¿Pastiche multirreferencial o Estructuración holística? ¿Innovación continuista o Collage improductivo? ¿Personajes profundos o Clichés planos?… en definitiva ¿Abstracciones originales o antiguas?. Si partimos del hecho de que los lectores aplican, aún de forma inconsciente, la misma escala de valores que Ayn Rand (y ya es mucho suponer) y que están de acuerdo en que el desarrollo de recursos formales no es nada del otro mundo (sólo un vehículo contextual y aséptico), podremos ver cómo, en función de la orientación de las preguntas anteriores, tenemos una escala binaria o de absolutos según la cual estaremos hablando de «basura popular [ininteligible y carne del gafapastismo]» o de «buena literatura [profunda y referencial]» al referirnos a Los Invisibles.

A partir de este instante, se acabó la reseña analítica… intentaré exponer de forma lógica gran parte de las fuentes de las que bebe Morrison, aunque seguramente se me quedarán en el tintero más de las que pueda citar (cuento por tanto con la inestimable ayuda del lector atento). Mi interés es que surja cierto debate en los comentarios porque, si de algo estoy seguro es que de este cómic se tiene que hablar, y no sirve de nada dogmatizar. Cada punto de vista es crucial para entender otro detalle y para poner piezas en el ejercicio intertextual de Morrison.

Y creo, que no hay nada mejor para empezar que atacar el concepto de raíz: ¿Quién o Qué es un Invisible? Es un rebelde social, un icono de la contracultura sesentera y, como tal, un puro arquetipo conceptual. Y en tanto en cuanto actúa como un icono, Morrison lo define con pocos rasgos, evitando hacerlo multifacético porque sólo le interesa destacar un aspecto: su carácter transgresor. Esa voluntad de rebeldía, de elevación por encima de la masa hace que pensemos en un Übermensch nietzcheniano que a través de la ruptura con los valores morales es capaz de forjarse una ética propia; ética que prima el individualismo sobre el bien social pero que, a diferencia de übermensch, no precisa para su realización el aprovechamiento de la sociedad de la que se afirma independiente. El superhombre de Nietzsche lo es porque los demás no lo son; el Invisible, lo es porque se autodefine como tal, bastándose a si mismo. Es así, por tanto, un héroe netamente objetivista y por tanto no puede tener fisuras que maticen su personalidad. Sólo a través del personaje de Dane encontramos tonos de grises morales, ya que él no es un Invisible; está en proceso de convertirse en uno (de ahí que todo Invisible adquiera un nuevo nombre al entrar en el grupo, pues se redefine).

¿Y qué mejor forma de retratar a un rebelde que usando una estética punk? El punk, el anarquista por excelencia, que se separa de la sociedad no sólo por sus ideas, sino por sus formas. Que altera cuerpo y apariencia para intentar acercarse, mediante el aspecto, a sus ideales. Sí es cierto: Morrison estereotipa a los Invisibles de la misma forma que Moore estereotipa a V en V de Vendetta, o Chuck Palahniuk estereotipa a Tyler Durden; es decir, con el objetivo de hacer patente un todo (formal e ideológico), que no puede verse empañado por las visicitudes de una vida personal o de una personalidad no maniquea.

Siguiendo la misma lógica ¿Cómo actúa un Invisible? ¿De qué medios se sirve? La semana pasada nos centrábamos en el carácter gnóstico de Alan Moore. Grant Morrison también ha desarrollado un gusto por el ocultismo, pero en su caso a través de la llamada Magia del Caos (o Chaos Magic), una forma de magia formulada por primera vez en West Yorkshire (Inglaterra) en la década de 1970 y que es una amalgama variada de ciencia ficción, teoría científica, ceremoniales, chamanismo, religiones del mundo y, especialmente, experimentación individual (empirismo). Esta filosofía resulta perfecta para el Invisible pues lo hace a la vez cosmopolita y tremendamente ecléctico y, por ende, universal y atemporal.

Pero el Invisible cuenta con un problema: el mundo físico que percibe no es, la mayor parte de las veces, fiable; debe trascenderlo. Y para hacerlo no elige platonismo o racionalismo cartesiano (aunque la base del mundo que engaña a los sentidos sea la misma), sino que elige, pues la Magia del Caos así lo exige, empirismo. Ahora bien ¿Cómo conseguir experimentar a través de los muros de una realidad manipulada? Es aquí el punto en el que entran teóricos como Timothy Francis Leary, Michael Paul Bertiaux (su libro The Voudon Gnostic Workbook es una referencia comprobada) o Aldous Huxley, que usaban drogas como catalizadores de esa conexión con la verdadera naturaleza de la realidad. Uno de los libros menos conocidos de Aldous Huxley (que también escribió Un mundo feliz, libro con evidentes coincidencias con Los Invisibles) se titula Las puertas de la percepción, y es muy estudiado en Bellas Artes porque versa sobre las alteraciones perceptivas tras el consumo de mezcalina (algo sumamente interesante para explorar nuevas vías de expresión pictórica). Su título, que resume lo que aquí quiero expresar, se debe a una cita de William Blake: Si las puertas de la percepción fueran abiertas el hombre percibiría todas las cosas tal como son, infinitas. En resumen, a través de las drogas, la meditación o la introspección, el Invisible consigue atravesar esas puertas, esos filtros y acceder a una experimentación fiable. En ese sentido, esta portada que muestra un hombre en trance y una gallina sanguinolenta (animal que se decapita en el rito vudú), es muy representativa.

Para hacer aún más patente la necesidad de una experimentación que se aleje de los sentidos y del proceso intelectivo (manipulado en la obra que nos ocupa), a veces el guionista recurre a escritura automática, un recurso del surrealismo teórico. Aquí a mi parecer creo que falla estrepitosamente, ya que su escritura automática no es la misma que la del lector, que trata de asimilarla desde un punto de vista racional o bien que, sencillamente, no obtiene ninguna sensación al intentar comprenderla. Los inconscientes no son intercambiables, y la sugestión que Morrison pretende crear no haría, de ser efectiva, sino conseguir lo contrario de lo que se propone: demostrar que estamos alienados y que percibimos un mismo mensaje de idéntica forma y con similares efectos. Un error de forma y de concepto.

Las siguientes preguntas que nos ayudarán, siguiendo una lógica reduccionista, a diseccionar este cómic son inevitables: ¿Por qué actúa así el Invisible, Dónde y Cuándo? El concepto clave aquí es la hiperrealidad de Umberto Eco, Daniel Boorstin y Jean Baudrillard. La hiperrealidad es un concepto semiótico y postmoderno según el cual la realidad no es objetivable enteramente, sino que sólo existen formas de describir la información a la que la conciencia es expuesta, y que pueden ser diferentes en función de intermediarios o manipulaciones. En concreto las teorías de Baudrillard sugieren el reemplazo de la realidad por un mundo artificial que se basa en símbolos y sensaciones, en el que el «ser metafísico» se sustituye por la identificación a través de posesiones (desarrolla una crítica feroz al consumismo). Remozando esto un poco con la fantasía conspiranoica de Robert Anton Wilson –el The Illuminatus! Trilogy supone una inspiración mayor para la obra–, y con multitud de obras de ciencia ficción tenemos el «Universo Morrison» por excelencia, con referentes que van de Philip K. Dick (futuros angustiosos y ciertamente paranoides), a Lovecraft (Cthulhu), William S. Burroughs (imprescindible cuando se habla de Morrison), Orson Scott Card y su Ender, George Orwell (1984), el mencionado Huxley, Anthony Burguess (La naranja mecánica), Ray Bradbury (Fahrenheit 451) y un larguísimo etcétera.

En definitiva, el paisaje que nos pinta Morrison es el siguiente: una humanidad manipulada, fagocitada por una supraestructura específicamente diseñada para ello, controlada mediante sistemas que invaden hasta sus más mínimos pensamientos y emociones, y estandarizada en base a modelos morales preestablecidos. Todo ello al servicio de entes poderosos y arcanos que usan agentes humanos, a los que les ofrecen poder y dominio, para interactuar sin ser intuidos. La fantasía de todo paranoico: la conspiración definitiva; el control perfecto. Y frente a ellos: Los Invisibles, iconoclastas, eclécticos, individualistas, terroristas y conscientes de sus posiblidades; batallando si descanso a través de la historia.

Valoración muy personal

No he visto en toda la obra de Los Invisibles un solo aspecto particular que me resulte original. Ahora bien, si contemplamos todo el puzzle en su conjunto, la composición holística sí puede serlo. Y de hecho creo que lo es. Desde ese punto de vista, consideraría que es un cómic sobresaliente, pero no redondo.

Personalmente, se me antoja insuficiente. Podría pasar la falta de imaginación visual, pero es que temáticamente se centra en exceso en el detalle. Todo lo que posee la trama de universal y compleja, todos esas fuentes que se prestan a múltiples lecturas, la voluntad de refundar todos los conceptos de los que parte, la creación de personajes adecuadamente impersonales pero aún así proclives a la empatía… todo ello en fin, para acabar desarrollando en la mayor parte de los arcos historias muy menores, de contenido a veces excesivamente sociológico que no vienen al caso por ser puntuales y locales. La narrativa es dispersa, la obra en su conjunto es desestructurada y la introducción del contenido referencial se realiza a menudo casi a la fuerza y creando desconcierto, en lo que parece más un ejercicio de gafapastismo pedante que de verdadera necesidad argumental.

Lo que debería haber quedado como un punto de referencia en el mundo del cómic y del arte, se arruina con una aproximación equivocada y una narrativa visual corriente y anodina. Los Invisibles estaba llamada a ser una obra magna de la Ciencia Ficción, una historia «Bigger than Life» como Sandman. Pero se queda en un brillante ejercicio de estilo por culpa de la falta de visión de Morrison, que no es ni Gaiman, ni es Moore.

No deja de ser paradójico que la obra cinematográfica que plagia en teoría a Los Invisibles sí supusiera esa revolución de la Ciencia Ficción en el mundo del Cine (a nivel argumental y, curiosamente, también formal, sentando escuela y acaparando premios técnicos). No en vano, es la viva excepción a la regla de «de mis imitadores seran mis defectos».

Páginas recomendadas
  • Artículo en la Wikipedia en inglés y ficha en Comic Book Database de los tres volúmenes de la serie: primero, segundo y tercero.
  • Guiones del número #1 y el número #2 que permiten observar el estilo de Morrison en la escritura: directo, aséptico, detallista, cinematográfico (incluso en la terminología) y ordenado. Más que viñetas, se diría que guioniza escenas… primero describe la ambientación general de la viñeta, después pasa al detalle y finalmente indica los diálogos y textos de la misma. No define ni encuadres, ni composición, ni indica los cambios de página.
  • Página web oficial de Grant Morrison y una web asociada a la misma, con desglose de muchas de sus series. Además, en esta galería tenéis todas las portadas de Brian Bolland para Los Invisibles. Además, no os perdáis el especial Grant Morrison, al detalle escrito por Enrique Ríos para esta misma web. Una completa biografía que os dejamos aquí: Parte I y Parte II.
  • El aficionado y seguidor de la serie que, una vez terminada la lectura del post, desee obtener más infomación acerca de Los Invisibles, encontrará en esta página un análisis y un índice bastante extenso de cada número, con múltiples anotaciones multirreferenciales y una sección que glosa todas las fuentes de las que Morrison bebe. Es la gran base de datos sobre esta serie en la red aunque, por descontado, está en inglés. Además, tiene un wiki asociado. Por otra parte, impagables las entrevistas que concedió en su momento el guionista a propósito de la obra: una, otra, otra, otra, otra y otra.
  • Para terminar, y aunque no es propiamente un enlace consultable, recomendar a todos los efectos Anarchy For The Masses: The Disinformation Guide To The Invisibles, de Patrick Neighly y Kereth Cowe-Spigai. Este libro, que sólo se puede encontrar en inglés, constituye uno de los mejores y más completos acercamientos a una obra como es Los Invisibles a la que, como el lector habrá podido apreciar, no le faltan subtextos para analizar. Un auténtico bombón tan instructivo y ameno como estructurado y documentado.
  • Reseñas en Zona Negativa de Animal Man, Doom Patrol, Kid Eternity, Sebastian O, El misterio religioso, Mata a tu novio, Flex Mentallo, El Asco, Seaguy, We3, Vimanarama y Joe el Bárbaro.

Última actualización de este artículo: 24 de diciembre de 2014

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Bruce
Bruce
23 marzo, 2007 8:57

Un post my interesante

Bruce
Bruce
23 marzo, 2007 8:58

muy

Cannonball
23 marzo, 2007 9:04

PLAS PLAS PLAS

Coincido 100% con tu opinion, Jose (bueno, si exceptuamos la aproximacion que haces al superhombre de Nietszche).

Parasiempre
Parasiempre
23 marzo, 2007 9:12

Se sabe si Planeta tiene pensado sacarlo desde el principio?.

Antoño Retoño
Antoño Retoño
23 marzo, 2007 10:41

Excelente análisis.

Mi opinión sobre esta obra está mucho menos elaborada, y sólo se basa en los primeros doce números del volumen 1, pero lo cierto es que no me gustó.

En esos cómics sólo encontré un refrito más del estilo Vertigo noventero, a imagen y semejanza de Sandman (como la Casa de los Secretos y todas aquellas series que estaban cortadas con la misma tijera).

Phantomas
Phantomas
Lector
23 marzo, 2007 10:58

Me parece un post muy completo, con el que estoy bastante de acuerdo.

Es cierto que gráficamente no es innovador y que, además, tiene el problema de ser irregular por la variedad de artistas implicados, así como que las influencias de Dick, Lovecraft, Huxley, Bradbury y otros son bastante evidentes.

Eso si, mi aproximación de qué es un Invisible no se basa tanto en el superhombre de Nietzche. Aunque tal vez sea porque mi profesor de yoga cuenta cosas parecidas acerca de que tenemos el poder para crear y alterar la realidad, pero para ello debemos entrar en contacto con nuestra alma, cosa bastante complicada en un mundo en el que lo fácil es olvidarlo y hacer lo que la sociedad te dicta, y me resulta mucho más cercano como aproximación a la esencia de lo que Morrison quería decir.

Cannonball
23 marzo, 2007 11:06

Bueno, es que la realidad no existe, la componemos nosotros mediante el simbolismo XD.

Cannonball
23 marzo, 2007 11:08

Y en ese marco, añado, la voluntad de poder si puede ser entendida como fuerza engendradora del cambio.

Antoño Retoño
Antoño Retoño
23 marzo, 2007 11:36

Um… Me parece a mí que la filosofía «New Age» aplicada al mundo empresarial ha hecho mucho daño a la percepción que tiene la gente de las cosas… 🙂

Cannonball
23 marzo, 2007 11:51

Estooo, no hace falta que nos expliques lo que es el superhombre, que ya estamos curtiditos… si quieres discutimos largo y tendido sobre la postura que tiene de cada uno.

Y, como apunte, Dane al principio de la obra esta mas cerca de Stirner que de Nietzsche

Cannonball
23 marzo, 2007 12:05

De hecho, en tu propio analisis subconscientemente lo ligas con Stirner, pero, no se si por desconocimiento, no lo concretas, al definirlo como:

[…]el Invisible, lo es porque se autodefine como tal, bastándose a si mismo[…]
[…]El punk, el anarquista por excelencia, que se separa de la sociedad no sólo por sus ideas, sino por sus formas[…]

Stirner:
Es uno de los primeros filósofos en negar todos los imperativos, todas las exigencias morales, haciendo apología del poder individual limitado solo por sí mismo (su unicidad), dejándolo todo a su responsabilidad y competencia.

Stirner no le puso un nombre claro a su doctrina respecto al Estado, el Derecho y la propiedad, pero con el tiempo se consideró a ésta dentro del egoísmo moral, corriente ligada al anarcoindividualismo y en muchos sentidos, precursora del existencialismo.

Cannonball
23 marzo, 2007 12:08

Lo que ocurre es Nietzsche fue divulgador indirecto de su filosofia, como bien resalto su contemporaneo Hartmann

Cannonball
23 marzo, 2007 12:19

No, no me he ofendido, don’t worry.

Cannonball
23 marzo, 2007 12:22

Ademas, estos sanos debates estan bien para no oxidarse…

Cannonball
23 marzo, 2007 12:32

Y otro peuqeñito, pequeñito apunte, aunque es cierto que los invisibles presentan caracteristicas objetivistas, como el ya mencionado egoismo racional, no lo son plenamente y, en algunos casos, se confrontan plenamente.

Cannonball
23 marzo, 2007 12:32

arg… el segundo plenamente es un totalmente

Cannonball
23 marzo, 2007 12:34

ya sabes, actuan como terroristas ontologicos, critican activamente al sistema de consumo y, por extension, al capitalismo, creen en el sacrificio personal…

Cannonball
23 marzo, 2007 15:09

Ya, pero King Mob si acepta el sacrificio, es capaz de renunciar a su propia existencia por un bien mayor, no porque no pueda soportar la perdida

EL heraldo de la reina de Inglaterra
EL heraldo de la reina de Inglaterra
23 marzo, 2007 15:12

No me apetece discutir con nadie , ni imponer ni juzgar pero , bajo mi opinión que es tan válida o absurda como la de cualquiera veo que este post derrocha pretensión y equivocas conclusiones , porqué hay cosas que difíclmente pueden ser juzgadas por una estética o una apariencia , cosa que al parecer aquí se está haciendo , lo que yo veo es una crítica incisiva y poco imparcial intentando rebajar algo solo por el mero hecho de que el que escribe esto pueda deleitarse en un mar de egocentrismo sin igual .Esta frase por cierto me ha erizado el bello:

«Esto último es por supuesto una opinión, pero fundamentada en hechos que ningún lector creo que pueda discutir.»

Bién señor Torralba , yo se los discuto perfectamente porqué usted no se basa en sus conocimientos sinó en su opinión para escribir esto y no sé quién es usted para decidir que obras alcanzan el estatus de obra maestra . Me parece perfecto y loable que a uno le haya o no gustado algo pero que vaya diciendo «esto es una obra maestra y esto no» me paree algo infantil por su parte . La maestría de una obra no depende de una consideración sinó de uno mismo , y usted no expresa en esto su opinión aunque lo diga , sinó que hiere con sus comentarios a todo aquel que le haya gustado , además no sé quien es usted o de donde a salido pero me gustaría saber cual es su contribución al medio para catalogar o dejar de hacerlo .

En resumen que no se puede ser tan incisivo y pretencioso en un artículo , o eso creo bajo mi punto de vista.

EL heraldo de la reina de Inglaterra
EL heraldo de la reina de Inglaterra
23 marzo, 2007 15:14

Por cierto , aún perteneciendo al medio no creo que sea muy madura la catalogación .

Sputnik
Sputnik
Lector
23 marzo, 2007 16:01

Estoy bastante deacuerdo con el heraldo de la reina de inglaterra (puedo llamarte «he» y punto?).
Está claro que se puede hacer un post acerca de la obra y llegar a una serie de conclusiones sobre la misma de forma más o menos profunda. Eso no es discutible. Mr. Torralba tiene derecho a dar su opinión y a argumentarla.

Pero por un lado da la impresión de que en este mar de referencias culturales y filosóficas hay a veces más paja que contenido. Esto es, que se tira de autores a lo Nietzsche como apoyo a una serie de teorías cuando en realidad no acaban de encajar del todo bien/no eran necesarios/pueden haber sido malinterpretados.

Por otro, y más importante, lo que (me) queda es la sensación de que al autor no le gustó de todo el cómic y entonces, en lugar de razonar, recionalizó, y de ahí que el post parezca construído a base de argumentos autojustificatorios.
De todas formas que no cunda el pánico. No quisiera que se viese esto como otra cosa que mi humilde crítica constructiva, que el problema de poner comentarios es que puede parecer que estoy «muy cabreado con su comportamiento» cuando no es así.

ixigore
23 marzo, 2007 17:38

Soy lector de Morrison desde siempre (en mis tiernos 11 o 12 añitos creo que lo primero que leí, además de Flash, fue Arkham Asylum… ¡menudo sacudón!) y coincido en gran parte en las críticas referidas en el post. La obra ni es redonda ni es lo mejor que ha hecho Morrison, pero vaya que se deja leer (chequeen el 2do volumen, que a mi entender es el más logrado). Morrison no es un guionista que lo haga fácil, que te cuente algo de cabo a rabo y listo, a otra cosa. En el caso de Los Invisibles sigue este patrón pero cae en algunos fallos. No porque por pretensión haya querido hacer algo más grande de lo que podía ofrecer (y vaya que sí carga y sobrecarga de desmedida ambición alguno de sus capítulos), sino porque su vida personal, especialmente durante la etapa a cargo de este comic, fue un verdadero caos. No sé si esto es valorable en pos de criticar la obra en sí misma, pero Morrison ha dicho más de una vez que Los Invisibles es una especie de autobiografía. Bastante bizarra, por cierto, pero autobiografía al fin. La historia se fue construyendo a medida que Morrison fue viviendo y sintiendo, más allá de los coletazos que la industria fue imprimiéndole a los números y al abordaje conceptual de los mismos, que no hicieron más que establecer un permanente feedback entre el guionista y su obra.

Me gusta Los Invisibles en ese sentido y me gusta sentarme a leerlo teniendo en cuenta precisamente que es un extracto de la complicada vida de un guionista de comics. Como tal, la obra es contradictoria, a veces aburre y a veces no puedes dejar de leerla, las tramas de a ratos parecen dispersas y muchos sub-conceptos se recontextualizan perdiendo el eje con los que fueron creados… pero al mismo tiempo es ecléctico, posmoderno y sumamente complejo: siempre se tiene la sensación de que hay saberes que jamás comprenderemos del todo, que ni siquiera Morrison puede llegar a racionalizarlos. En este sentido se acerca a Philip Dick, personaje desbordado por las circunstancias y que hizo lo que pudo por canalizar y encauzar esas circunstancias.

Creo que los tecnicismos clásicos que Morrison establece a la hora de encarar la narración y que aquí son criticados es meramente para engañar al lector, ofreciendo un comic complejo pero narrado sin efectos especiales, «a la antigua». Estructuras típicamente norteamericanas y dibujantes realistas que no dan más que lo que el guión dice, todo mezclado dentro de un comic de 22/24 páginas por capítulo. La apoteosis de la cultura popular, el paradigma del editorialismo pulp que a Morrison le viene al dedillo para encauzar teóricamente los conceptos de Los Invisibles. Es un comic que habla de rebeldía anti-sistema dentro del escalafón más bajo de publicación editorial. A mi entender no es poco. Creo que lo logra mejor en Doom Patrol pero insisto: las 5 o 6 viñetas por páginas y la pulcritud de alguno de los capítulos es una cortina de humo.

Finalmente, es lo que subyace entrelíneas en Invisibles lo que me gusta más y es lo que hace que la recomiende. La rebeldía, la resistencia, la captura de valores. Simplemente decir No a muchas cuestiones que nos van imponiendo. Por eso me parece clave el personaje de Jack Frost, que pasa de ser un jovenzuelo rebelde sin causa a ni más ni menos que un Buda. Sacando de lado lo metalingüístico que tiene el comic, donde entran tantos autores y conceptos que, como dije, son casi imposibles de abordar analíticamente (por cierto, ¡¡se han olvidado de Burroughs!! ¿Qué sería Morrison sin Will Burroughs??), el mensaje es bien claro y toda la obra, mal o bien, marcha en función a eso: hay ojos que nos miran y nos gobiernan. Te cambian el cerebro sin que te des cuenta. ¿Vas a quedarte ahi sentado sin hacer nada? Hala, ¡a las barricadas! Ja.

Voy a recomendar este post y sus correspondientes links en mi blog. Aquí en Argentina somos muchos los seguidores de Invisibles que estarían interesados en leer y debatir. ¡Salud!

Sputnik
Sputnik
Lector
23 marzo, 2007 18:01

Está bien, pero la verdad es que no me refería en absoluto a datos del tipo «king mob era una banda de terroristas graffiteros», los referentes a la magia del caos, los bichos del Juego de Ender o Cthulhu, que evidentemente son cosas que están ahí se te pasen por alto o no (personalmente, no tenía ni idea de lo de la firma de Stirner ni de la citada «banda de terroristas graffiteros»).
Me refería más bien, y sobre todo, a la reflexión Nietzsche-supehombre-Stirner, etc… Entiéndeme bien: no digo que sea errónea ni infundada, pero el uso que se hace de ella se me antoja (a mí, de nuevo) un tanto simplista para la importancia que se le da a la hora de justificar tus reflexiones.
Por otro lado sigue quedándome la sensación, correcta o no, de que más que un razonamiento esto es una razonalización.

Pero si que tengo que decir que estoy deacuerdo en otras cosas. Formalmente no es un cómic innovador, lo es a nievel de contenido, y siempre me pareció que eso era lo «poquitito» (o mucho) que envaraba y le faltaba a esta obra para llegar a ser la obra maestra que representa ser (en este sentido la cita a Ayn Raynd está bien llevada: cuadra con el contexto y no necesita de más exploraciones).
En cuanto a que Morrison no es Moore ni Miller, en el sentido de que no domina de igual manera «la forma», eso es indiscutible por un lado, pero discutible por otro.
Indiscutible porque Moore y Miller son Moore y Miller.
Pero este hombre tiene trabajos que han demostrado que sí puede innovar en sentido formal. Irónicamente el que antes me viene a la cabeza es uno de los primeros: el ovlidado «Zenith», en cuyos números es gráficamente sobresaliente (hablando tanto de dibujo como de narración gráfica) tanto para la época como para el cánon del presente.
En el presente también ha demostrado dominar los resortes narrativos gráficos (aún no llegando a innovar excesivamente, aunque si ha tenido hallazgos), seguramente porque ha madurado como autor. ¿Puede que no estuviese preparado para comenzar los Invisibles cuando lo hizo y eso lastró toda la obra? ¿Que sí lo estuviese pero se confiase demasiado por ser su Obra Magna?
No sé.Da igual, serían conjeturas. El caso es que sí, parece que falla ese «uso innovador» de la narración a nivel gráfico que exigimos a las Obras Maestras del cómic, llegando a ser el primer tomo de los invisibles algo bastante extraño: la que se supone la gran obra de Morrison sufre en sus comienzos de algunos de los momentos formalmente más bajos que le he visto, junto con aquellos cómics de vértigo de la época (mata a tu novio, etc…), para luego remontar con un dibujo interesante y una narración eficiente, buena; excelente en el tercer tomo, pero no «genial» a mi modo de ver. Cuando una narración sea excelente me veréis con la cara que pues al leer Ronin, Watchmen o el Nick Furia de Steranko.
Con los Invisibles sólo veréis la mitad de esa cara, la de «me estan contando algo cojonudo».

Bueeeno, qué comment más largo y cansado de hacer… Ah, y no me trate de Ud. si valora su vida, señor Torralba 😉

Sputnik
Sputnik
Lector
23 marzo, 2007 18:03

Y bueno… me han entrado ganas de leerme el tercer tomo xDD

ixigore
23 marzo, 2007 18:32

¡Ja, interesante punto, Herr Kamarada Torralba! De hecho, no es azaroso el hecho de pensar lo irregular que fue la publicación de Los Invisibles en Estados Unidos. Más que producto destinado al control, el control se destinó al producto, me parece.

De todas maneras, aquí hay un nuevo punto de debate: ¿qué tan bien puede salir airoso un creador trabajando para una megacorporación mientras escribe acerca de tramas decididamente anti-sistema? Un ejemplo me viene a la mente: Herbert Marcuse fue subsidiado por Rockefeller Center y con ello escribió El hombre unidimensional, una de las más feroces críticas marxistas hacia la cultura occidental. No lo sé, creo que depende de las desiciones de cada creador asumir el riesgo, tomarselo en serio o reirse de ello.

Tengo que releer el comic, pero creo que en algún punto Morrison habla de esa aparente contradicción. O mejor dicho, hace hablar a los personajes. ¡Quítenme la duda así no pierdo todo un día laboral!

Al carajo, me voy a poner a leerlo ya mismo.

Cannonball
23 marzo, 2007 18:36

>>¿cómo puede promoverse la rebeldía antisistema desde un sello editorial inmerso en una de las más grandes corporaciones mundiales? ¿no sería Los Invisibles un producto destinado al control?

Precismente, usando el ese mismo argumento, Baudrillard rechazo la oferta de los hermanos Wachowski cuando le ofrecieron supervisar el guion de Matrix.

Es una posicion integra y respetable, del mismo modo que disfrazar un producto altamente subversivo como entretenimiento popular… ¿si eres capaz de agitar unas cuantas conciencias el resultado merece la pena?

>>no creo que opte sacrificarse por un bien mayor sino que opta por no traicionar sus ideales a través de la capitulación y la delación (aunque sea inconsciente). Es una muestra de egoísmo racional: la idea de sacrificio implica siempre supeditar un valor absoluto por el bien de otro concepto generalmente externo, pero en este caso no es así. La lealtad y los ideales son para King Mob un valor mayor que la propia vida y por tanto no puede hablarse aquí de sacrificio, sino de coherencia. Aunque sí: el matiz es muy fino.

Yo creo que ante todo es un problema de interpretacion ¿es King Mob un egoista racional o, como todos los seres humanos, un ente compuesto por dos corrientes, la apolinea y la dionisiaca, que en sus ultimos instantes (o al menos asi lo cree el) sucumbe a la voluntad de poder? ¿que comprende que su vida es insignificante (y asi se lo hace saber su torturador) y acepta el valor de su sacrificio como un acto de redencion?

Bueno, lo dejo por ahora, con algunas cosas en el tintero, que me marcho a ver 300 y la hora apura

Cannonball
23 marzo, 2007 18:52

Todo depende, claro esta, del cristal con el que se mire.

Para mi, en este caso, es tremendamente significativo que Morrison se desnude (ficticiamente) ante el lector:

«No eres un rebelde llamado King Mob, eres un escritor de comics llamado Grant Morrison»

Vamos, no eres un arquetipo que sale victorioso de cualquier situacion, solo un ser humano con sus multiples contradicciones….

Bueno, ya digo que da para mucho

EL heraldo de la reina de Inglaterra
EL heraldo de la reina de Inglaterra
24 marzo, 2007 1:56

(AL SEÑOR TORRALBA)

a/Si usted leyó la galardonada obra Watchmen sabrá porqué me rio en anteriores post sobre diversos temas que a mi parecer son totalmente absurdos (vease el personaje del Comediante para más información) , si sabe apreciar que no es un insulto real por muy directamente que sea practicado podrá sumar dos y dos y concluir que unas risas no son malas sinó sanas . Además la libertad de expresión es eso , si alguien se dá por aludido por algo será.

b/Segundo , me gustaría que me explicase lo que para usted son «narrativa gráfica original o innovadora» o «una estética funcional» para la obra , porqué en ningún momento dice en que criterio artístico se basa y perdone las molestias pero si usted se cree todo lo que le diga su primo el artista allá con lo que haga pero no vaya de erudito cuando no lo és , que palabras petulantes (y en su caso totalmente prepotentes) sabemos todos o casi .

c/Obra maestra suele ser una obra que aplica maestría o más concretamente un punto de vista pedagógico para la enseñanza o arte que se enseña , y perdone que le diga si algo que hace y de una manera totalmente digna de mención el señor Morrison con su obra es dar un paso más e innovar , osea eneseñar nuevas vías para el desarrollo del medio en el que trabaja , por tanto su obra es maestra .

d/Me encanta que se base en la gran oración «No hay mayor defensa que un buén ataque» para dejarme en evidencia , algo que le dignifica por otra parte en un mundo donde defender una postura es basarse en el historial ajeno de otro para reafirmarse , totalmente digno ya le digo , cada día me cae usted mejor porqué me lleva a reencontrarme con mi infancia con su modo de actuar y contestar , solo en esa e´poca hacíamos cosas de estas y eso me llena de una profunda emoción difícilmente expresable por medio de la palabra , gracias .

EL heraldo de la reina de Inglaterra
EL heraldo de la reina de Inglaterra
24 marzo, 2007 2:06

(AL UNIVERSO EN GENERAL Y A LA HUMANIDAD EN PARTICULAR)

Que educación la de los foros , todos correctos y bién hablados , entendidos y bienintencionados , dignos y morales , sabios en su buen hacer y respetables todos por su amor a un medio que los une y por el que todos sienten pasión . un paraiso terrenal en medio de un mar de enérgumenos (entre los que me incluyo y tengo el privilegio de portar su estandarte) que solo saben que provocar y atacar en una infantil ansia por hacerse notar y llamar la atención con el único propósito de engendrar discusiones para sentirse mejor y poder así saciar su sed de venganza contra un mundo que les ha dado la espalda y les ha rechazado por ser unos inadaptados o incpmprendidos que de algún modo tienen que sentirse liberados del drama de sus vidas cagandose en las vidas ajenas . Una triste realidad en un mundo cargado de situaciones dramáticas que llevan a situaciones indeseadas por culpa de traumas que se llevan a flor de piel .

Bueno , pues eso es lo que en su gran mayoría pensaran muchos , otros estarán a favor de lo que yo diga y a unos pocos (a los que tengo en mayor consideración que a nadie)simplemente les importará un rábano que yo diga gilipolleces o deje de decirlas ´, y ellos son los que habrán comprendido mi papel en el meollo , y eso es todo , creo .

Sheeva
Sheeva
24 marzo, 2007 14:46

Bueno , a mí me gusta la obra y también la considero maestra pero no veo el porqué de estos piques tan grandilocuentes . Creo que ambos bandos estan equivocados , tanto uno por las maneras de expresarse (agresivas y poco educadas) como el escritor del post , que le rebate sin contestarle a ciertas preguntas y también juega a rebajar al otro , pero en fin la libertad se utiliza como cada uno convenga .

Por mí parte decir que me encanta la obra y que siempre que se hable de ella leeré lo que se comente con atención y que mi opinión más profunda queda para guardada para mí , de todos modos doy gracias porqué se fomente su lectura , la difusión de cultura siempre es un paso más .

¡Saludos , gente!

Sheeva
Sheeva
24 marzo, 2007 15:58

Prácticamente comparto su punto de vista ,señor Torralba pero , creo que la obra sí que plantea soluciones narrativas propias e innovadoras aunque a priori parezca que no es así , podría poner ejemplos como el número que se ve la historia desde el punto de vista del soldado , o el dominio de los tempos que si se fija es excelente , luego también creo que el señor Morrison sabe utilizar al autor que le toca en cada número para plantearle diferentes retos acordes con su capacidad y si se fija bién en los números finales hay un baile inmenso de dibujantes y ninguna está puesto gratuitamente , sinó que es utilizado para lo que el guión quiere representar . Para terminar decir que creo que «Los Invisibles» podría estar en el podio de las obras maestras por méritos propios , porqué según mi óptica , que es una más , no nos engañemos , tiende a ir a caminos inexplorados que yo nunca había leido en una obra de comic ,y crea un tápiz propio y metalingüistico bastante peculiar , bueno , eso y que adoro la temática de la obra . Eso es todo , pero ya le digo lo que cuento es válido para mí , no pretendo que lo sea para nadie , todos somos libres de opinar .

¡Saludos!

Cannonball
24 marzo, 2007 21:56

>>Pero realmente echo de menos que la inventiva que demuestra en la conexión de todos los referentes que usa para crear ese “tápiz propio y metalingüistico bastante peculiar” no se exprese también a un nivel formal.

Yo incluso iria un poco mas alla, ya que Morrison despliega un tapiz multirreferencial atractivo, pero es incapaz de ir mas alla, de aportar algo a lo ya escrito, de innovar en vez de incorporar, de imprimir sus propios disertaciones, que quedan reducidas a la elaboracion del tapiz y aspectos esteticos

Luis carlos
Luis carlos
25 marzo, 2007 17:02

Bueno, me ha costado bastante tiempo leer esto porque es de un nivel cultural bastante alto, y algunas cosas se me han escapado, pero simplemente quiero decir…

Por decirlo suavente la historia del niñato rebelde que lucha contra el sistema opresor-capitalista me parece muy……poco original. Es muy facil hacer historias sobre cruzados o inquisdores modernos, o multinaciones que crean armas biologicas, pero en la vida real un blogero egipcio, Abdel Karim Suleimánha, ha sido condenado a cuatro años de carcel por haber criticado su gobierno y su religión, o en Corea el cineasta Shin Sang-ok fue secuestrado por los esbirros de Kim Jong-il para que hiciese peliculas ¨que fomentase los valores progresistas¨ (bueno, ya me entendeis), en la India los ¨intocables¨ estan hasta las narices de ser tratados como escoria por las demás castas. Asi que sinceramente me da igual si uno quiere ponerse una cresta punki, porque los que de verdad se merecen mi respeto son otros.

Luis carlos
Luis carlos
25 marzo, 2007 19:13

¡Este es el mensaje 50! ¿o no?

Por favor, acepta mis disculpas, en las noticias ya tenemos demasiada crispación en la actual política como para que ahora lie otra vez una buena como pasó con la reseña de DC: the New Frontier..

* Quiero comentar que una obra beba de muchas fuentes distintas no significa que sea mejor. Fijaros en la saga de Scary Movie, o las ¨spin-off¨ de Date Movie y la recien estrenada Epic Movie. Una cosa es hacer un refrito basado en obras de otros autores anteriores, y otra una obra maestra.

* La vida me ha enseñado que la sociedad necesita gente que le lleve la contraria (aunque guardando unas minimas formas de convivencia, eso así), que nos haga preguntas dificiles y nos exiga una conducta intachable. Pero incluso los críticos deben a su vez aceptar recibir su misma medicina, otro critico que a su vez les lleve la contraria a ellos.

* Tal vez sea porque fue creada de forma más asimilable por los consumidores frikis, pero el trasfondo, la mitología y cosmología del juego de rol de Mago: la Ascensión me gusta más. La Tecnocracia (una especie de sociedad secreta futurista con fobia a todo lo mágico) era el mejor antagonista que he visto en mucho tiempo en la cultura friki, con un toque fantastico pero tambien con mayor credibilidad para una ambientación más realista. Lo mejor de todo es que aunque tenia una merecida fama de disparar primero y preguntar despues a todo bicho sobrenatural…. había muchisimas más posibilidades, como la de encontrar la solución mediante la diplomacia o el enfrentamiento ideologico, sin recurrir a la fuerza…(en otras palabras, era posible trabajar para cambiar el sistema, no necesariamente destruirlo).

* Otra cosa que quiero comentar es que hay muchas historias sobre como el sistema opresor es derrotado (V de Vendetta, por ejemplo), pero rara vez se habla del ¨día despues¨, cuando se intenta establecer una sociedad mejor..y a veces no se tiene exito…(algo así como ¨rebelión en la granja¨ de George Orwell.

* A mi me resbalan los ¨superheroes¨ con rollos psicodelicos y de ascensión trascendental. Una cosa son los gurus que enseñan doctrinas de nueva era, y otra personajes como la madre Teresa de Calcuta, con los pies en tierra y dando frutos, no teorias.

* Tampco me hace gracia cierta clase de ¨iluminados libre-pensadores¨, mezcla de neo-hippie y maestro Yoda, que dicen amar la libertad y el progreso….porque una cosa es lo que predican, y otra muy distinta los hechos en la vida real…(como educar un hijo a ser verdaderamente libre, es decir autenticamente responsable de sus actos, con madurez para no tomar decisiones equivocadas que arruinen su vida, y con la fuerza de voluntad sobre sus apetitos menos aconsejables, cosa que no se consigue sin la desprestigiada disciplina).

Sputnik
Sputnik
Lector
25 marzo, 2007 19:25

También entiendo la postura de Luis Carlos y también la matizaría… en otros términos (vagando por el sendero del «fuera de tema»).
El hecho de que haya personas encarceladas por decir lo que piensan o personas en la india ignoradas por nacer en la familia equivocada evidentemente no puede ser vilipendiado. Pero eso no significa que debamos cruzarnos de brazos y decir «ei, qué bien se vive aquí» cuando eso no es cierto. Está claro que hay mucho mocoso antisistema rompefarolas, pero no es definitorio de la aptitud «inconformista-ácrata».
Por otro lado no se puede negar que las democracias occidentales tienen bastante culpa de que la cosa vaya así en según qué lugares, con lo cual puede tener sentido cierto toque de atencion sobre éstas.
Además añadiría que existe una utilidad última en el individuo «antisistema», sea un impresentable/parásito/loquesea o no: nos recuerda que el sistema no es perfecto al fin y al cabo.
Yo no soy ni me considero un antisistema, ni un punk ni un hippie ni absolutamente nada. Pero puedo entender que alguien proteste por algo aún cuando hay gente que protesta por cosas más importantes y ni nidios les hace caso, porque una cosa no quita la otra.
Perdón por el offtopic, pero me pareció interesante responder.

Sputnik
Sputnik
Lector
25 marzo, 2007 19:34

bue, uando lo escribia aun no habia salido el comment numero 50…

Y tengo que decirte una cosa, Luis Carlos, tío:
Cuando introduciste el off-topic politico la primera vez tenía cierto sentido. Hablabas de algo relacionado con el comic. Razón por la cual me pareció adecuado responder.

Pero ahora, en ese «post numero 50″…¿que haces? ¿A qué viene eso? No quiero faltarte al respeto ni nada, pero a parte de ciertos puntos tangenciales, no veo qué tiene que ver esto con Los Invisibles. da la impresion de que te apetecía soltar tu filosofía para que todos pudiéramos leerla…pero no viene mucho al tema, a verdad…

Sputnik
Sputnik
Lector
25 marzo, 2007 19:54

Cierto. Se podría afirmar que los antisistema necesitan al sistema para poderse definir.

Bueno. De todas formas, al «antisistemismo» de Morrison debe ser un tanto peculiar, al igual que el de Moore. Ambos se consideran y definen como anarquistas…pero a saber qué consideran estos tipos «anarquismo».
Con Moore, por ejemplo, lo leí en una entrevista, y hablaba no tanto del anarquismo tradicional sino de la disolucón de barreras sociales y morales. No es un discurso antisistema, sino que viene a decir poco más o menos: hacemos las cosas porque así se han establecido. ¿que pasaría si no lo hiciésemos y punto?
Morrison habla de cosas muy similares en su obra, y no sólo los invisibles. En mata a tu Novio, obra no muy allá sobre la típica fantasía antisistema adolescenta, había una frase que resumía buena parte de esta forma de pensar: la chica pasea con su novio, y se pregunta por qué si ella quiere hacer el amor y él evidentemente también, y ambos lo saben, no lo hacen y ya punto? «¿por qué no nos permiten decirlo y ya está?». Es decir, ¿por qué existen estas reglas sociales que nos limitan y por qué todos las acatamos aún sabiendo que nos limitan?

Sputnik
Sputnik
Lector
25 marzo, 2007 20:40

respondo parte por parte :):

1:»Sputnik estás introduciendo precisamente el concepto de egoísmo de Stirner o el superhombre de Nietzsche»

Anda, pues si… pero no del todo. La cosa no sería (según Moore, y no me siento cómodo parafraseando a alguien de memoria sin tener nada en lo que apoyarme, pero en fin…) la disolución de barreras morales y su posterior redefinición a título individual, como se puede sacar en limpio leyendo a Nietzsche, sino a nivel social lo primero y indivudal lo segundo. Pero bueno, es que Moore se cree las teorías del tiempo como cuarta dimension física y la superconsciencia colectiva como un ser orgánico, así que…
De ahí lo que ya he dicho: de ahí que no sea tan fácil catalogar a estos individuos de «antisistemas» sin más. Hay chicha detrás.

2:En cuanto a lo acatar normas para integrarte… No se trata de eso exactamente, aunque algo hay. Se trata de las normas acatadas casi se diría por nacimiento. Desde cosas que nos parecen horrorosas sin haber sido directamente educados así (No te comerás a otro ser humano, no se fornica con familiares), relacionadas con las «leyes de familia» primigenias que han quedado gravadas a fuego en casi toda la raza humana.
Hasta cosas más insignificantes, como sentir sensaciones…¿por qué una cosa huele mal y otra bien? Está relacionado con cómo hemos sido educados. ¿Por qué un color significa algo (véase el negro y el blanco en occidente y oriente)? ¿Por qué es atractiva la tía buena de turno y la gorda de nariz ganchuda no? Etc…

3: El antisistema, no se autodefine conscientemente como tal. Pero es innegable que si no hubiese sistema no habría antisistema. Un ejemplo: si todos los anarquistas «lo consiguiesen» de una vez, ¿que van a hacer después, cuando todo lo que han hecho y saben hacer ya no valga para nada? Esto mismo se trataba en Los Invisibles, creo que en algún lado del tomo 2…

Cannonball
26 marzo, 2007 10:15

Bueno, diria que en algunos conceptos estais bastante equivocados, tal vez influidos por los Mass Media, porque, mas que de anti-sistema (como los medios los han bautizado, supongo que para deslegimitizar sus revindicaciones), estais hablando de anti-capitalistas, de esos que suelen portar banderitas donde pone claramente «otro mundo es posible» (y que abogan por cosas como el comercio justo, asi que en un sistema, si que creen)

Luis Carlos
Luis Carlos
26 marzo, 2007 10:31

Me alegro que mis palabras no hayan causado malos rollos, y lo reconozco, tengo una maldita tendencia al off-topic. Sobre lo del conflicto de las castas en Indias recomiendo el libro del premio nobel de Literarua, Naipoul, ¨India: una civilización herida¨.

* La sociedad occidental necesita gente que la critique sus trapos sucio y le exija corregir y mejorar mucha cosas. En eso estamos de acuerdo. La discrepacia es que ya algunos se radicalizan tanto que piensan que Occidente es el ¨imperio del mal¨, simplemente porque son más poderosos y ricos, y no quieren darse cuenta que los hay con muchisima más mala uva, pero con una tendencia a la compentencia y la corrupción como para administrar correctamente sus paises y así conseguir mayor poder.

Criticar el sistema para que este cambie está bien, lo que no es creer que con cargarselo las cosas van a ir mejor.

La responsabilidad moral de los que más tienen hacia los que menos no es una idea moral, sino que es muy, muy, muy antigua…(ya sabeis, la parabola del buen samaritano y todo eso).

* Sobre el superhombre de Nietzse..¿no fue su obra inspiración para las tesis racistas de Adolfo ¨biguote de Charlot¨? Que yo sepa este superhombre manda a paseo la moral judeocristiana y sige sus propias reglas…las cuales pueden ser por ejemplo..invadir Polonia, exterminar a todos los polacos y quedarse con su territorio y recursos naturales.

* Sobre el tema de la libertad y las reglas de la sociedad…

¨Morrison habla de cosas muy similares en su obra, y no sólo los invisibles. En mata a tu Novio, obra no muy allá sobre la típica fantasía antisistema adolescenta, había una frase que resumía buena parte de esta forma de pensar: la chica pasea con su novio, y se pregunta por qué si ella quiere hacer el amor y él evidentemente también, y ambos lo saben, no lo hacen y ya punto? “¿por qué no nos permiten decirlo y ya está?”. Es decir, ¿por qué existen estas reglas sociales que nos limitan y por qué todos las acatamos aún sabiendo que nos limitan?¨

Hay una cosa que se llama Ley Natural, una moral universal, que se puede resumir en ¨haz lo que quieras salvo que te perjudique a ti mismo o a los demás¨. Puedes beber una cerveza, pero no conducir bajos los efectos del alcohol. Puedes comerte un dulce, pero tambien debes cuidar su salud y evitar sobrepeso…y si nos ponemos moralistas…el sexo no es malo en sí, pero exige demasiada responsabilidad…y deja de ser tan divertido sin tienes que afrontar las consecuencias como los embarazos no esperados, o o desear a alguien que realmente no soportas o quieres como persona.

Una cosa es lo que nuestras pasiones nos sugiera, y otra muy distinta lo que es mejor para nosotros.

* Las reglas de una sociedad son las que han permitido que por ejemplo los griegos conservaran su libertad frente al intento de invasión de la Persia de Jerjes (ya sabeis, 300 de Frank Miller).

Lo que quiero decir es que pecamos de ver lo malo del sistema, que hemos llegado a olvidar las cosas buenas que si tienen, o al menos que impiden una situación peor. Por eso la ideologia antisistema de los Invisibles o V de Vendeta, por ejemplo, mete la pata bien gorda en algunas cosas.

Cannonball
26 marzo, 2007 10:51

Estooo, yo creo en la vigencia del principio de autolesion que invalida lo que tu denominas como «Ley Natural», Luis Carlos

Sputnik
Sputnik
Lector
26 marzo, 2007 13:05

Pues eso mismo.

Morrison también, evidentemente.

Por otro lado, tu ejemplo es muy bestia: cuando dos personas que quieren hacer el amor no lo hacen por convención social es por eso: timidez ante el posible rechazo y convención social, no por un sentido de responsabilidad ante el sexo…a tod@S nos ha pasado, y por mi parte nunca tuvo que ver con un sentido de responsabilidad ante el sexo. Por esa regla de tres, dejarían de hacerse un montón de cosas por «sentido de la responsabilidad».
La Ley Natural es un coñazo XDDD

Sputnik
Sputnik
Lector
26 marzo, 2007 13:11

bueno, pues todos con arroba por el tema de Todos/as, que queda guaiqueflipas con arroba XDD pero no me esperaba yo que hiciese un enlace a ninguna parte…

Por cierto, «Ley Natural» también es llamado en la filosofía histórica «Ley de Familia» o «Banquete Primordial». ¿Os suena? 😉

gamote
gamote
26 marzo, 2007 15:13

Me parece muy interesante todo este debate. A mí los Invisibles me los recomendaron fehacientemente y me desilusionaron muchísimo. En vuestro discurso puedo ver por qué.

No hay historia.

Los personajes van y vienen como pollos sin cabeza. Eso sí, recitan a Nietzsche (e incluso lo saben escribir sin problemas), aparecen las últimas teorías pseudo-científicas (con énfasis en el pseudo) y tienen una moral ambigua.

¿Ambigua? Sí, de nuevo me parece curioso. Para muchos de vosotros por lo que decís, los mejores tebeos son los del tercer volumen. Para mí, el mejor capítulo de la serie es el primero. COn una bomba en la portada, con un niño que habría que estrangular y que pone bombas en escuelas (¡Bombas en escuelas!). Qué desilusión que a partir de un principio tan prometedor, el discurso moral se quede en agua de borrajas (es más, no sé si recuerdo mal, pero el

Aviso de Spoiler

profe no era uno de los «malos»

)?

Para mí, Los Invisibles se intenta desarrollar a partir de una sola premisa: No hay buenos ni malos, el sistema es lo que nos hace verlo así y hay que romper esa barrera. Morrison intenta rellenar los tres volúmenes para llegar a esa conclusión, que de hecho no está ni siquiera ligada con la historia, ni apuntada, ni sugerida a lo largo de todos los capítulos.

Lo dicho, para mí una desilusión.

Sheeva
Sheeva
26 marzo, 2007 15:17

«Aquellos que luchan contra el Imperio son infectados por sus trastornos»

Es una frase que el señor Morrison escribe en cierto punto de la obra y que me parece muy definitoria del Mundo en general y , de nuestra sociedad , ya puestos . En traducidas palabras creo que viene a referirse a que todos somos los mismos pero en distintas situaciones y condiciones , así que un luchador por la libertad según sus cisrcunstancias podría haber sido un genocida , por ejemplo .

En cuanto a lo de «La ley Natural» que habéis mencionado en líneas superiores o el espinoso tema del «Superhombre de Nietzche» , no son ideas que comparta aunque respete en la totalidad de las mismas y aprecie desde un punto de vista más filosófico . Lo que creo que se plantea con la obra es algo tan sencillo como «el vive y deja vivir» , acorde con tus necesidades , pasiones , virtudes , defectos , contradicciones , valores y creencias , creo que se habla de que la libertad es tan fácil como vivir para uno sin joder al prójimo y viceversa , puede sonar algo utópico pero en ningún momento me parece una tontería , creo que tampoco es acertado glorificar a la humanidad ni tampoco caldearla , aquí cada uno hace lo que puede y cree pero , lo que no se puede permitir en ningún caso son los abusos de poder y las injusticias , aunque como se suele decir , es nuestra naturaleza , y luchar contra ella es negación y conseguir un equilibrio es costoso , pero no imposible .

Vivir es vivir , y punto ¿no?

Phantomas
Phantomas
Lector
26 marzo, 2007 18:39

«mas que de anti-sistema… …estais hablando de anti-capitalistas»

Amén que yo tampoco termino de ver esa crítica brutal al capitalismo, teniendo en cuenta a personajes como Mason o incluso Lady Edith Manning.

A mi modo de ver, Los Invisibles sería más una critica al «conformismo» de la gente normal con el mundo y los gobernantes que tenemos y a los intentos de estos de manipular a la sociedad en favor de sus intereses. Algo que, por cierto, se repite en otras obras de Morrison y que está muy de actualidad en este pais. ¿O acaso alguno se cree que TODO lo que hace PSOE/PP es bueno/malo?

Luis-Carlos
Luis-Carlos
26 marzo, 2007 21:25

¨La Ley Natural es un coñazo¨

La experencia demostrará quien es el que obra con sabiduria…

Para Jose Torralba…

Savoranola era un pertubado…y en cuanto a la Inquisición no era tan fiera como la pinta.(sobre todo comparando la justicia laica de esa epoca….y la del resto de civilizaciones).

* A mi me resbala el rollo relativista..porque a ese paso se puede justificar cualquier cosa como el trafico de esclavos, el saqueo de grandes almacenes, o destrozar mobiliario urbano y transporte publico. Hay unos límites morales, luego existe una moral absoluta sobre el bien y el mal, la ley natural.

* Criticar el capitalismo y el materialismo consumista me parece estupendo…. pero no sería justo criticar siempre a los mismos, y olvidar los trapos sucios de otros, sobretodo si estos tienen malas intenciones contra nosotros.

Tenemos que ser pacientes, tolerantes, comprensivos e incluso misericordiosos con las imperfecciones y pecados de las personas, pero tambien debemos ser exigentes..(y ¨darles el coñazo¨ con el rollo moralista), porque queremos lo mejor para todos.

* Me extraña mucho que se hable mucho de la conquista de la libertad, como si fuera algo que nos quieren robar, y muy poco de la gran responsabilidad de ser verdaderamente libre, de tener que valernos y decidir por nosotros mismos. De la libertad que supone tener el necesario autocontrol para que las pasiones no nos esclavicen ni nos guien mal.

Sputnik
Sputnik
Lector
26 marzo, 2007 22:19

Cada uno de esos puntos han sido contestados de una forma u otra a lo largo de 67 posts, Luis Carlos 😀
Respecto a lo de «la Ley Natural es un coñazo», supongo que se habrá entendido que estaba de coña.

Sputnik
Sputnik
Lector
26 marzo, 2007 23:32

¿A alguien más le da la impresión de que hemos vuelto al principio?
Eso es que el debate ha funcionado 😀 !!

Cannonball
27 marzo, 2007 10:52

>>Por último, creo que no debemos confundir capitalismo con consumismo.

Claro que no, el consumismo es la perversion del capitalismo

Y, como en la gran rueda griega, hemos vuelto al principio… su ya lo decia Nietszche.

Luis Carlos
Luis Carlos
27 marzo, 2007 11:02

¨la Inquisición sería todo lo mansa que quieras, pero que quemaba brujas en la hoguera también es cierto¨.

Lo que digo es que la leyenda negra de la Inquisición tiene parte de verdad y mucho de exageración o manipulación…y la quema de brujas fue sobretodo en los paises protestantes.

¨la Iglesia le molestaba en la Edad Media la existencia de librepensadores¨

Te equivocas, fueron los herejes, para ellos fueron como para ahora los que niegan la Soah u holocausto judio por los nazis…(y no menciono más hechos historicos para no desviar el tema).

* Torralba, me alegro de que te preocupe el Habeas Corpus, el Patriot Act y todo eso, pero te recuerdo que hay paises con mayores violaciones de los derechos humanos (China, Corea del Norte, Egipto, Turquia, Arabia Saudí). ¿cuándo se va a hacer algo por ellos?

No entiendo que tiene de malo la patente de software. ¿no tienen derecho a beneficiarse economicamente los que han invertido grande sumas de dinero en investigación y desarrollo en nuevas tecnologías? Si despues de gastasen todo ese dinero el resto del mundo las disfrutase gratis…¿cómo van a ser competitivos como empresa?

* Aceptamos que existen cosas que siempre seran buenas o malas, por tanto una ley natural….pero discrepamos en dónde estan esos límites…

Salvo los santos y los sociópatas nadie es bueno o malo al 100% (como en la ficción), sino que nuestro comportamiento entra en una amplia zona de grises…pero sigue habiendo esa lucha entre el bien y el mal dentro de nosotros.

* ¨se crean balances de conveniencia entre la libertad y la seguridad¨

¿Has pensado lo que ha costó materialmente y en vidas humanas derrotar el nazismo, el fascismo y el imperialismo japones en la II G. M., o la guerra de Corea?

¿Crees que una persona puede ser verdaderamente libre si vive esclavizada por el miedo a un grupo hostil? ¿Crees que es libre el que hace siempre lo que le dá gana, pero nunca acepta ningun sacrificio ni compromiso hacia los demás, como su familia?

Cannonball
27 marzo, 2007 11:40

>>pero sigue habiendo esa lucha entre el bien y el mal dentro de nosotros.

Lo siento, pero no, ni hay ley natural de principios universales, ni todas las acciones humanas pueden ser contempladas desde un punto de vista maniqueo, lo siento.

Y aunque yo pueda explicarlo bien, les emplazo a leer «el lobo estepario», aunque solo sea el tractat, donde Hesse simplemente,lo clava.

Cannonball
27 marzo, 2007 11:58

Ea, ahi se lo copio:

Cuando Harry se considera a sí mismo como hombre-lobo y piensa que está compuesto de dos seres hostiles y contrarios, ello es puramente una mitología simplificadora. Harry no es un hombre-lobo, y si nosotros también acogimos, aparentemente sin fijarnos, su ficción, por él mismo inventada y creída, tratando de considerarlo y de explicarlo realmente como un ente doble, como lobo estepario, nos aprovechamos de un engaño con la esperanza de ser comprendidos más fácilmente, engaño cuya depuración debe intentarse ahora.

La bidivisión en lobo y hombre, en instinto y espíritu, por la cual Harry procura hacerse más comprensible su sino, es una simplificación muy grosera, una violencia ejercida sobre la realidad en beneficio de una explicación plausible, pero equivocada, de las contradicciones que este hombre encuentra dentro de sí y que le parecen la fuente de sus no escasos sufrimientos. Harry encuentra en sí un «hombre», esto es, un mundo de ideas, sentimientos, de cultura, de naturaleza dominada y sublimada, y a la vez encuentra allí al lado, también dentro de sí, un «lobo», es decir, un mundo sombrío de instintos, de fiereza, de crueldad, de naturaleza ruda, no sublimada. A pesar de esta división aparentemente tan clara de su ser en dos esferas que le son hostiles, ha comprobado, sin embargó, alguna vez que por un rato, durante algún feliz momento, se reconcilian el lobo y el hombre. Si Harry quisiera tratar de determinar en cada instante aislado de su vida, en cada uno de sus actos, en cada una de sus sensaciones, qué participación tuviera el hombre y cuál el lobo, se encontraría en un callejón sin salida y se vendría abajo toda su bella teoría del lobo. Pues no hay un solo hombre, ni siquiera el negro primitivo, ni tampoco el idiota, tan lindamente sencillo que su naturaleza pueda explicarse como la suma de sólo dos o tres elementos principales; y querer explicar a un hombre precisamente tan diferenciado como Harry con la división pueril en lobo y hombre, es un intento infantil desesperado. Harry no está compuesto de dos seres, sino de ciento, de millares. Su vida oscila (como la vida de todos los hombres) no ya entre dos polos, por ejemplo el instinto y el alma, o el santo y el libertino, sino que oscila entre millares, entre incontables pares de polos.

No ha de asombrarnos que un hombre tan instruido y tan inteligente como Harry se tenga por un lobo estepario, crea poder encerrar la rica y complicada trama de su vida en una fórmula tan llana, tan primitiva y brutal. El hombre no posee muy desarrollada la capacidad de pensar, y hasta el más espiritual y cultivado mira al mundo y a sí propio siempre a través del lente de fórmulas muy ingenuas, simplificadoras y engañosas – ¡ especialmente a sí propio!-. Pues, a lo que parece, es una necesidad innata fatal en todos los hombres representarse cada uno su yo como una unidad. Y aunque esta quimera sufra con frecuencia algún grave contratiempo y alguna sacudida, vuelve siempre a curar y surgir lozana. El juez, sentado frente al asesino y mirándolo a los ojos, que oye hablar todo un rato al criminal con su propia voz (la del juez) y encuentra además en su propio interior todos los matices y capacidades y posibilidades del otro, vuelve ya al momento siguiente a su propia identidad, a ser Juez, se cobija de nuevo rápidamente en la funda de su yo imaginario, cumple con su deber y condena a muerte al asesino. Y si alguna vez en las almas humanas organizadas delicadamente y de especiales condiciones de talento surge el presentimiento de su diversidad, si ellas, como todos los genios, rompen el mito de la unidad de la persona y se consideran como polipartitas, como un haz de muchos yos, entonces, con sólo que lleguen a expresar esto, las encierra inmediatamente la mayoría, llama en auxilio a la ciencia, comprueba esquizofrenia y protege al mundo de que de la boca de estos desgraciados tenga que oír un eco de la verdad. Pero ¿ a qué perder aquí palabras, a qué expresar cosas cuyo conocimiento se sobreentiende para todo el que piense, pero que no es costumbre expresarlas? Cuando, por consiguiente, un hombre se adelanta a extender a una duplicidad la unidad imaginada del yo, resulta ya casi un genio, al menos en todo caso una excepción rara e interesante. Pero en realidad ningún yo, ni siquiera el más ingenuo, es una unidad, sino un mundo altamente multiforme, un pequeño cielo de estrellas, un caos de formas, de gradaciones y de estados, de herencias y de posibilidades. Que cada uno individualmente se afane por tomar a este caos por una unidad y hable de su yo como si fuera un fenómeno simple, sólidamente conformado y delimitado claramente: esta ilusión natural a todo hombre (aun al más elevado) parece ser una necesidad, una exigencia de la vida, lo mismo que el respirar y el comer.

La ilusión descansa en una sencilla traslación. Como cuerpo, cada hombre es uno; como alma, jamás. También en poesía, hasta en la más refinada, se viene operando siempre desde tiempo inmemorial con personajes aparentemente completos, aparentemente de unidad. En la poesía que hasta ahora se conoce, los especialistas, los competentes, prefieren el drama, y con razón, pues ofrece (u ofrecería) la posibilidad máxima de representar al yo como una multiplicidad -si a esto no lo contradijera la grosera apariencia de que cada personaje aislado del drama ha de antojársenos una unidad, ya que está metido dentro de un cuerpo solo, unitario y cerrado-. Y es el caso también que la estética ingenua considera lo más elevado al llamado drama de caracteres, en el cual cada figura aparece como unidad perfectamente destacada y distinta. Sólo poco a poco, y visto desde lejos, va surgiendo en algunos la sospecha de que quizá todo esto es una barata estética superficial, de que nos engañamos al aplicar a nuestros grandes dramáticos los conceptos, magníficos, pero no innatos a nosotros, sino sencillamente imbuidos, de belleza de la Antigüedad, la cual, partiendo siempre del cuerpo visible, inventó muy propiamente la ficción del yo, de la persona. En los poemas de la vieja India, este concepto es totalmente desconocido; los héroes de las epopeyas indias no son personas, sino nudos de personas, series de encarnaciones. Y en nuestro mundo moderno hay obras poéticas en las cuales, tras el velo del personaje o del carácter, del que el autor apenas si tiene plena conciencia, se intenta representar una multiplicidad anímica. Quien quiera llegar a conocer esto ha de decidirse a considerar a las figuras de una poesía así no como seres singulares, sino como partes o lados o aspectos diferentes de una unidad superior (sea el alma del poeta). El que examine, por ejemplo, al Fausto de esta manera, obtendrá de Fausto, Mefistófeles, Wagner y todos los demás una unidad, un hiperpersonaje, y únicamente en esta unidad superior, no en las figuras aisladas, es donde se denota algo de la verdadera esencia del alma humana.

Cuando Fausto dice aquella sentencia tan famosa entre los maestros de escuela y admirada con tanto horror por el filisteo: Hay viviendo dos almas en mi pecho, entonces se olvida de Mefistófeles y de una multitud entera de otras almas, que lleva igualmente en su pecho. También nuestro lobo estepario cree firmemente llevar dentro de su pecho dos almas (lobo y hombre), y por ello se siente ya fuertemente oprimido. Y es que, claro, el pecho, el cuerpo no es nunca más que uno; pero las almas que viven dentro no son dos, ni cinco, sino innumerables; el hombre es una cebolla de cien telas, un tejido compuesto de muchos hilos. Esto lo reconocieron y lo supieron con exactitud los antiguos asiarcas, y en el yoga budista se inventó una técnica precisa para desenmascarar el mito de la personalidad. Pintoresco y complejo es el juego de la vida: este mito, por desenmascarar el cual se afanó tanto la India durante mil años, es el mismo por cuyo sostenimiento y vigorización ha trabajado el mundo occidental también con tanto ahínco.

Si observamos desde este punto de vista al lobo estepario, nos explicamos por qué sufre tanto bajo su ridícula duplicidad. Cree, como Fausto, que dos almas son ya demasiado para un solo pecho y habrían de romperlo. Pero, por el contrario, son demasiado poco, y Harry comete una horrible violencia con su alma al tratar de explicársela de un aspecto tan rudimentario. Harry, a pesar de ser un hombre muy ilustrado, se produce como, por ejemplo, un salvaje que no supiera contar más que hasta dos. A un trozo de silo llama hombre; a otro, lobo, y con ello cree estar al fin de la cuenta y haberse agotado. En el «hombre» mete todo lo espiritual, sublimado o, por lo menos, cultivado, que encuentra dentro de sí, y en el «lobo» todo lo instintivo, fiero y caótico. Pero de un modo tan simple como en nuestros pensamientos, de un modo tan grosero como en nuestro ingenuo lenguaje, no ocurren las cosas en la vida, y Harry se engaña doblemente al aplicar esta teoría primitiva del lobo. Tememos que Harry atribuya ya al hombre regiones enteras de su alma que aún están muy distantes del hombre, y en cambio al lobo partes de su ser que hace ya mucho se han salido de la fiera.

Como todos los hombres, cree también Harry que sabe muy bien lo que es el ser humano, y, sin embargo, no lo sabe en absoluto, aun cuando lo sospecha con alguna frecuencia en sueños y en otros estados de conciencia difíciles de comprobar. ¡Si no olvidara estas sospechas! ¡Si al menos se las asimilara en todo lo posible! El hombre no es de ninguna manera un producto firme y duradero (éste fue, a pesar de los presentimientos contrapuestos de sus sabios, el ideal de la Antigüedad), es más bien un ensayo y una transición; no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu, hacia Dios lo impulsa la determinación más íntima; hacia la naturaleza, en retorno a la madre, lo atrae el más íntimo deseo: entre ambos poderes vacila su vida temblando de miedo. Lo que los hombres, la mayor parte de las veces, entienden bajo el concepto «hombre», es siempre no más que un transitorio convencionalismo burgués. Ciertos instintos muy rudos son rechazados y prohibidos por este convencionalismo; se pide un poco de conciencia, de civilidad y desbestialización, una pequeña porción de espíritu no sólo se permite, sino que es necesaria. El «hombre» de esta convención es, como todo ideal burgués, un compromiso, un tímido ensayo de ingenua travesura para frustrar tanto a la perversa madre primitiva Naturaleza como al molesto padre primitivo Espíritu en sus vehementes exigencias, y lograr vivir en un término medio entre ellos. Por esto permite y tolera el burgués eso que llama «personalidad»; pero al mismo tiempo entrega la personalidad a aquel moloc «Estado» y enzarza continuamente al uno contra la otra. Por eso el burgués quema hoy por hereje o cuelga por criminal a quien pasado mañana ha de levantar estatuas.

Que el «hombre» no es algo creado ya, sino una exigencia del espíritu, una posibilidad lejana, tan deseada como temida, y que el camino que a él conduce sólo se va recorriendo a pequeños trocitos y bajo terribles tormentos y éxtasis, precisamente por aquellas raras individualidades a las que hoy se prepara el patíbulo y mañana el monumento; esta sospecha vive también en el lobo estepario. Pero lo que él dentro de sí llama «hombre», en contraposición a su «lobo», no es, en gran parte, otra cosa más que precisamente aquel «hombre» mediocre del convencionalismo burgués. El camino al verdadero hombre, el camino a los inmortales, no deja Harry de adivinarlo perfectamente y lo recorre también aquí y allá con timidez muy poco a poco, pagando esto con graves tormentos, con aislamiento doloroso. Pero afirmar y aspirar a aquella suprema exigencia, a aquella encarnación pura y buscada por el espíritu, caminar la única senda estrecha hacia la inmortalidad, eso lo teme él en lo más profundo de su alma. Se da perfecta cuenta: ello conduce a tormentos aún mayores, a la proscripción, al renunciamiento de todo, quizás al cadalso; y aunque al final de este camino sonríe seductora la inmortalidad, no está dispuesto a sufrir todos estos sufrimientos, a morir todas estas muertes. Aun teniendo más conciencia del fin de la encarnación que los burgueses, cierra, sin embargo, los ojos y no quiere saber que el apego desesperado al yo, el desesperado no querer morir, es el camino más seguro para la muerte eterna, en tanto que sabe morir, rasgar el velo del arcano, ir buscando eternamente mutaciones al yo, conduce a la inmortalidad. Cuando adora a sus favoritos entre los inmortales, por ejemplo a Mozart, no lo mira en último término nunca sino con ojos de burgués, y tiende a explicarse doctoralmente la perfección de Mozart sólo por sus altas dotes de músico, en lugar de por la grandeza de su abnegación, paciencia en el sufrimiento e independencia frente a los ideales de la burguesía, por su resignación para con aquel extremo aislamiento, parecido al del huerto de Getsemani, que en torno del que sufre y del que está en trance de reencarnación enrarece toda la atmósfera burguesa hasta convertirla en helado éter cósmico.

Pero, en fin, nuestro lobo estepario ha descubierto dentro de sí, al menos, la duplicidad fáustica; ha logrado hallar que a la unidad de su cuerpo no le es inherente una unidad espiritual, sino que, en el mejor de los casos, sólo se encuentra en camino, con una larga peregrinación por delante, hacia el ideal de esta armonía. Quisiera o vencer dentro de sí al lobo y vivir enteramente como hombre o, por el contrario, renunciar al hombre y vivir, al menos, como lobo, una vida uniforme, sin desgarramientos. Probablemente no ha observado nunca con atención a un lobo auténtico; hubiese visto entonces quizá que tampoco los animales tienen un alma unitaria, que también en ellos, detrás de la bella y austera forma del cuerpo, viven una multiplicidad de afanes y de estados; que también el lobo tiene abismos en su interior, que también el lobo sufre. No, con la «¡Vuelta a la naturaleza!» va siempre el hombre por un falso camino, lleno de penalidades y sin esperanzas. Harry no puede volver a convertirse enteramente en lobo, y si lo pudiera, vería que tampoco el lobo es a su vez nada sencillo y originario, sino algo ya muy complicado y complejo. También el lobo tiene dos y más de dos almas dentro de su pecho de lobo, y quien desea ser un lobo incurre en el mismo olvido que el hombre de aquella canción: «¡Feliz quien volviera a ser niño!» El hombre simpático, pero sentimental, que canta la canción del niño dichoso, quisiera volver también a la naturaleza, a la inocencia, a los principios, y ha olvidado por completo que los niños no son felices en absoluto, que son capaces de muchos conflictos, de muchas desarmonías, de todos los sufrimientos.

Hacia atrás no conduce, en suma, ninguna senda, ni hacia el lobo ni hacia el niño. En el principio de las cosas no hay sencillez ni inocencia; todo lo creado, hasta lo que parece más simple, es ya culpable, es ya complejo, ha sido arrojado al sucio torbellino del desarrollo y no puede ya, no puede nunca más nadar contra corriente. El camino hacia la inocencia, hacia lo increado, hacia Dios, no va para atrás, sino hacia delante; no hacia el lobo o el niño, sino cada vez más hacia la culpa, cada vez más hondamente dentro de la encarnación humana. Tampoco con el suicidio, pobre lobo estepario, se te saca de apuro realmente; tienes que recorrer el camino más largo, más penoso y más difícil de la humana encarnación; habrás de multiplicar todavía con frecuencia tu duplicidad; tendrás que complicar aún más tu complicación. En lugar de estrechar tu mundo, de simplificar tu alma, tendrás que acoger cada vez más mundo, tendrás que acoger a la postre al mundo entero en tu alma dolorosamente ensanchada, para llegar acaso algún día al fin, al descanso. Por este camino marcharon Buda y todos los grandes hombres, unos a sabiendas, otros inconscientemente, mientras la aventura les salía bien. Nacimiento significa desunión del todo, significa limitación, apartamiento de Dios, penosa reencarnación. Vuelta al todo, anulación de la dolorosa individualidad, llegar a ser Dios quiere decir: haber ensanchado tanto el alma que pueda volver a comprender nuevamente al todo.

No se trata aquí del hombre que conoce la escuela, la economía política ni la estadística, ni del hombre que a millones anda por la calle y que no tiene más importancia que la arena o que la espuma de los mares: da lo mismo un par de millones más o menos; son material nada más. No, nosotros hablamos aquí del hombre en sentido elevado, del término del largo camino de la encarnación humana, del hombre verdaderamente regio, de los inmortales. El genio no es tan raro como quiere antojársenos con frecuencia; claro que tampoco es tan frecuente, como se figuran las historias literarias y la historia universal y hasta los periódicos. El lobo estepario Harry, a nuestro juicio, sería genio bastante para intentar la aventura de la encarnación humana, en lugar de sacar a colación lastimeramente a cada dificultad su estúpido lobo estepario.

Que hombres de tales posibilidades salgan del paso con lobos esteparios y «hay viviendo dos almas en mi pecho», es tan extraño y entristecedor como que muestren con frecuencia aquella afición cobarde a lo burgués. Un hombre capaz de comprender a Buda, un hombre que tiene noción de los cielos y abismos de la naturaleza humana, no debería vivir en un mundo en el que dominan el common sense, la democracia y la educación burguesa. Sólo por cobardía sigue viviendo en él, y cuando sus dimensiones lo oprimen, cuando la angosta celda de burgués le resulta demasiado estrecha, entonces se lo apunta a la cuenta del «lobo» y no quiere enterarse de que a veces el lobo es su parte mejor. A todo lo fiero dentro de si lo llama lobo y lo tiene por malo, por peligroso, por terror de los burgueses; pero él, que cree, sin embargo, ser un artista y tener sentidos delicados, no es capaz de ver que fuera del lobo, detrás del lobo, viven otras muchas cosas en su interior; que no es lobo todo lo que muerde; que allí habitan además zorro, dragón, tigre, mono y ave del paraíso. Y que todo este mundo, este completo edén de miles de seres, terribles y lindos, grandes y pequeños, fuertes y delicados, es ahogado y apresado por el mito del lobo, lo mismo que el verdadero hombre que hay en él es ahogado y preso por la apariencia de hombre, por el burgués.

Imagínese un jardín con cien clases de árboles, con mil variedades de flores, con cien especies de frutas y otros tantos géneros de hierbas. Pues bien: si el jardinero de este jardín no conoce otra diferenciación botánica que lo «comestible» y la «mala hierba», entonces no sabrá qué hacer con nueve décimas partes de su jardín, arrancará las flores más encantadoras, talará los árboles más nobles, o los odiará y mirará con malos ojos.

Así hace el lobo estepario con las mil flores de su alma. Lo que no cabe en las casillas de «hombre» o de «lobo», ni lo mira siquiera. ¡Y qué de cosas no clasifica como «hombre»!

Todo lo cobarde, todo lo simio, todo lo estúpido y minúsculo, como no sea muy directamente lobuno, lo cuenta al lado del «hombre», así como atribuye al lobo todo lo fuerte y noble sólo porque aún no consiguiera dominarlo.

Nos despedimos de Harry. Lo dejamos seguir solo su camino. Si ya estuviese con los inmortales, si ya hubiera llegado allí donde su penosa marcha parece apuntar, ¡cómo miraría asombrado este ir y venir, este fiero e irresoluto zigzag de su ruta, cómo sonreiría a este lobo estepario, animándolo, censurándolo, con lástima y con complacencia!

Luis-Carlos
Luis-Carlos
27 marzo, 2007 17:15

Lo del ladrillo del lobo estepario lo comentaré luego, porque no me da tiempo a leer, pero por favor, no es lo mismo los criterios de comportamiento de un animal, de un loco o de un ser humano psicologicamente sano.

* Lo de Galileo ha sido algo exagerado. Fue condenado a arresto domiciliario (y no precisamente una chabula) al cuidado de su propia hija, una monja, además de recitar unos salmos penitenciales…

Para la mentalidad medieval diseccionar cadaveres con fines cientificos eran tan….macabro o cuestionable como ahora alguien usara cadaveres como muñecos de Crash test Dumb (experimentos de impactos de automovil).

Muy interesante la aclaración de la patente de software. Gracias.

No me importa que receles muchos del patriot act y el habeas corpus. Nuestra discrepancia está en el orden de prioridades. Para mi es más importante pararle los pies a los jihadistas que cantarles la cuarenta a Bush (se lo merezca o no).

* Muy interesante mencionar el comic de Persepolis, (el comic independiente lo tengo muy, muy, muy abandonado).

http://www.guiadelcomic.com/comics/persepolis.htm

y ya que se ha mencionado Maus…quiero hacer una pregunta..¿qué animal será Chamberlain, el de la conferencia de Munich de 1938? 😉

Cannonball
27 marzo, 2007 17:43

>>Lo del ladrillo del lobo estepario lo comentaré luego, porque no me da tiempo a leer, pero por favor, no es lo mismo los criterios de comportamiento de un animal, de un loco o de un ser humano psicologicamente sano

Estoooo… me has dejado sin palabras, porque el lobo estepario no trata de ningun animal, es mas bien un recurso literario conocimo como metafora:

Del rae: Aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión; p. ej., el átomo es un sistema solar en miniatura.

Sheeva
Sheeva
27 marzo, 2007 18:46

¿Pero es que nadie va a pensar en los niños) 🙂

victoria sanjuan
victoria sanjuan
16 mayo, 2007 15:05

jose torralba………….ts ts ts…………….

Conan_desatado
Conan_desatado
Lector
29 agosto, 2009 18:51

Después de leer muchas reseñas de los INVISIBLES me he decidido y he comprado todo lo que PdA ha publicado, una pregunta José, en este año 2009 publicarán todos los tomos del volumen 1 para continuar ya con el Volumen 2: Infierno en América? lo digo por que me gusta leer del tirón y no me agrada la idea de tener muchos meses en espera como pasa ahora con Lucifer. Gracias.

javiStroyer
javiStroyer
Lector
31 julio, 2011 13:24

Tengo los invisibles y es un comic bueno, pero de irregular dibujo, y eso lo lasta algo, (el comic es 90% imagen), Aunque es demasiado ambiguo y no hay una coheriencia global, ni siquiera dentro de un mismo tomo, reconozco ciertas buenas ideas y una prosa singular. Los invisibles es ese tipo de obras que el lector rellena, dejando pasa a la interpretación y el relleno de huecos por parte del espectador. Pero su defectos es que muchas veces descoloca de un tomo a otro, salta demasido la tematica, personajes y situaciones… aún asi no esta mal…
Encuando a MATRIX, puede que alla ideas, vale, pero la realización, la puesta en escena, la creación de ese mundo, su extetica… aunque herede de uchas fuentes… la unión, coherencia, perfecion del guión… (se pone de ejemplo para la contrución de guiones cimematograficos), la musica, el montaje maravilloso, las innovaciones tecnicas, ponen a Matrix muy por encima de Los invisibles… No señor Morrison no te han robado, solo te han asimilado (como con Blade Runner, Akira, Bruce Lee, Alicia en el pais, Star Wars, etc, etc…), mejor de lo que tú te crees… Y por cierto si trasladasen tal cual en cine o serie los invisibles dudo de que fuera… 
Cada cosa en su sitio Please…
 

bava86
bava86
12 marzo, 2012 2:15

pregunta en cuanto a la numeracion de planeta:

«Apocalipstick (tomo) [#9-16 USA] Planeta DeAgostini. 16,95 €
Entropía en el Reino Unido (tomo) [#21-25 USA] Planeta DeAgostini. 16,95 €»

faltan los numeros 17-20 o te falto incluirlos dentro de alguno de los tomos?

te agradeceria la respuesta pq quiero comprar esta coleccion

muchas gracias

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11 abril, 2017 0:21

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