JSA #5, de Geoff Johns y David Goyer

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Guión: Geoff Johns, David Goyer
Dibujo: Leonard Kirk, Don Kramer, Sal Velluto
Edición Original: JSA #46 a #50 USA
Fecha Edición: mayo de 2006
144 páginas, color.
9,95 €
Planeta DeAgostini

 

La Sociedad de la Justicia de América llega a un nuevo punto de inflexión con la saga de Los Príncipes de las Tinieblas, presentando el regreso de Mordru y su alianza con Obsidian y Eclipso. Mordru, el Señor Oscuro sirviente del Caos, fue la amenaza por la que la JSA volvió a constituirse y ahora Geoff Johns y David Goyer lo traen de vuelta para conmemorar los 50 primeros números de la serie.

La recién recuperada Paloma nos sorprende con las revelaciones sobre el pasado de Héctor Hall, el actual Dr. Destino: Halcón y Paloma fueron agentes del Caos y del Orden respectivamente, y les fue dicho que si tenían un hijo se convertiría en el hechicero más poderoso del universo. Mordru volvió loco a Halcón y le convirtió en el Existente, le manipuló para engendrar ese niño y luego ocultó a Paloma bajo la apariencia de Lyta Hall. Ahora además sabemos que Mordru ayudó a los héroes durante Hora Cero contra el Existente para cubrir sus huellas. El plan, obviamente, era poseer el cuerpo del bebé, pero el alma de Hector Hall se le adelantó, tal como vimos en los primeros números de JSA, y Mordru fue atrapado en el amuleto de Destino. En los últimos meses hemos asistido a la progresiva debilitación de la voluntad de Hector Hall, con Mordru manipulando su mundo para poseerlo finalmente. Así lo hizo, y así empieza Los Príncipes de las Tinieblas

Sin dar tregua a la JSA, Johns y Goyer, tras la epopeya temporal del anterior tomo, y antes al mismísmo Ultra-Humanita, traen a estos tres pesos pesados del mal y que tantos quebraderos de cabeza han conllevado a la Sociedad. Una de las principales características de las serie es alternar pequeñas historias de carácter intimista con grandes historias en las que los héroes lo pasan muy muy mal. Y es que los guionistas se las apañan para desde el principio poner a los personajes en situaciones muy apuradas, provocando sensación de amenaza y, más allá, dándolo todo por perdido: Centinela es despojado de su Corazón Estrella y arrojado a la oscuridad de Obsidian, así como Marvel y Star Spangled Kid, Jakeem mutilado para que no pueda invocar a Johnny Thunder, Sand convertido en una monstruosa criatura de arena al servicio de los Príncipes, Hector Hall atrapado en el amuleto de Destino, toda la Tierra siendo engullida por las sombras… Casi nada…

Siguiendo a grandes rasgos los esquemas de las historias más épicas de superhéroes, Johns y Goyer se encargan de derrotar de forma aplastante a los héroes para que su triunfo sea aún más glorioso (y esto no es un spoiler, ¿verdad?:-)). Por el camino, los personajes evolucionan, y no sólo en cuanto a poderes y demás, que aunque suele ser lo más vistoso en el fondo no es lo más importante. En este tomo Hector Hall conoce a sus precedesores bajo el manto del Dr. Destino, lo que le sirve para reencontrar su lugar en el mundo, y Power Girl conoce su auténtica relación con el mago Arión. Pero yo personalmente me quedo con el pequeño momento en que Star, Stephanie, por fin conoce a Billy Batson… El tomo cuenta además con la intervención de personajes en desuso que dan mayor dimensión al enfrentamiento: S.T.R.I.P.E., Némesis, Los Luchadores por la Libertad, Vigilante, Caballero Brillante, Damage, amén de un buen surtido de miembros de la JSA

Este es el primer grupo de superhéroes de la historia, y como tal rinde constante homenaje a la tradición y la idea del legado. Con el uso de Obsidian este concepto toma terribles dimensiones, pues Todd Rice fue en su día un héroe, militó en Infinity Inc y es hijo de Alan Scott, Centinela. Mordru no se queda atrás, pues es villano del Universo DC en diferentes épocas, en la actualidad contra la JSA y en el futuro contra la Legión de Superhéroes. Así, Los Príncipes de las Tinieblas constituye una batalla contra la oscuridad misma, un enfrentamiento sin descanso en la mejor tradición de la DC más clásica. Y qué poderoso final… La lucha aún no ha acabado.

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rorschach
rorschach
27 junio, 2006 15:39

Magnífica serie. Un verdadero chute de UDC en su mejor versión. Un no pares, sigue, sigue de lo más entretenido.

Si acaso, que me cambien los dibujantes.

Taliesin
Taliesin
27 junio, 2006 15:58

Coincido plenamente. Esta serie es una de las mejores (a mi gusto) del panorama actual. Contiene todas las cosas buenas de la forma clásica de hacer cómics, pero sin convertirse en una forma anquilosada y repetitiva. La compraba ya con Norma, y ahora con Planeta es la única que sigo junto a la clásica de los Titanes. Además, era un gran seguidor de Infinity Inc, con lo que esto es casi la evolución natural de mis lecturas clásicas.

Toni Boix
Autor
27 junio, 2006 16:06

A mí es de lo que más me gusta, de Johns y del mercado USA.

Alberto Ortiz
Alberto Ortiz
27 junio, 2006 17:22

Si tan bien la ponéis, voy a ver si le doy una oportunidad, ya que yo era seguidor de Infinity Inc

Animal Man
Animal Man
Lector
27 junio, 2006 23:11

Yo me pillé los dos primeros tomos de Norma y no me terminó de convencer. Pero si tanto etendido la alaban deberé darle otra oportunidad.

Merrick
Merrick
28 junio, 2006 9:53

Pos yo la leo de prestadillo

Merrick
Merrick
28 junio, 2006 9:54

Pos yo la leo de prestadillo 🙂 y me entretiene bastante, pero tomos como este, si no eres muy seguidor del UDC, se hacen muy difíciles de seguir.

Prefiero los capítulos menos épicos, con los que están consiguiendo que los personajes sean muy cercanos (sobre todo para quienes no los conocíamos apenas).

Phantomas
Phantomas
Lector
28 junio, 2006 14:45

Yo tengo claro que dentro de los SH convencionales (dejemos Vertigo aparte), es el mejor comic de grupo y de lo mejor que se publica ahora mismo, en mi opinión.

Y coincido con Sergio en que uno de los mejores puntos del tomo es como cambia la relación Star-Capitan Marvel. Y también me quedo con el punto en que Alan dice que la JSA está para cuidar de los hijos de sus miembros…