ZN entrevista a Pedro Rodríguez

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Sabido es que en Zona, cuando una obra nos gusta, no ahorramos prendas en promocionarla. Sobretodo si, por circunstancias diversas, nos parece que ni de lejos ha recibido el reconocimiento que merece. No es extraño, pues, que cuando descubrimos una obra tan redonda como Omar el Navegante: Jynn-el-Rais, hagamos todo lo posible para que vosotros os percatéis de ella. A la reseña que ya le dedicamos hace un tiempo, sumamos ahora esta entrevista con su autor, Pedro Rodríguez, nominado al Autor revelación del 2005 en los Premios del Saló del Còmic de Barcelona.

Toni Boix: En el número 3 de Dos Veces Breve dibujas una historieta de tu personaje Omar sobre un telón de poemas del siglo XI. ¿Te gusta la poesía?

Pedro Rodríguez: Claro que me gusta la poesía, aunque no soy ni mucho menos un entendido. De hecho no conozco muchos poetas, aunque lo poco que he leido me basta para darme cuenta de la fuerza de ese medio. Quizás soy un poco ecléctico, no sé… mis gustos van de Tagore a Baudelaire, pasando por Miguel Hernández, Lorca y como en el caso del cómic, poetas andalusíes de los siglos de dominio árabe en España.
Estos últimos entroncan en cierto modo con la poesía sufí de Omar Khayyam, que siempre me ha interesado…

Las páginas de Omar de las que hablas fueron una especie de ejercicio, en el que pretendía hablar del horror de la guerra, desde un plano muy introspectivo, y encontré que los versos de estos poetas andalusíes me podían ayudar a narrar de un modo más subjetivo. Quizás me pasé , porque recuerdo que mucha gente me dijo que no había entendido nada de nada…en fín…así se aprende, ¿no?…

Toni Boix: Jeje, algo difícil sí que me resultó a mí, para qué negarlo. Pero en una segunda lectura, mucho más reposada, me sorprendió lo bien que se interrelacionaban versos e imágenes. A todo eso, de entre las diferentes artes, ¿por qué elegiste el cómic como tu medio de expresión?

Pedro Rodríguez: Bueno, se puede decir que él me eligió a mí. Aunque a decir verdad, me considero un novato en esto del cómic. Llevo mucho tiempo trabajando como ilustrador y dibujante de story-boards, pero hasta ahora se puede decir que nunca me había tomado esto del cómic «en serio». Quizás llevado por la necesidad (de comer, se entiende), siempre había dejado el tebeo en un segundo plano. Es curioso, por que en el fondo es lo que más me gusta… Bueno quizás he seguido un camino menos directo… La verdad es que siempre he escrito historias, ahora mismo estamos moviendo un guión de largometraje…

Durante un tiempo, unos cinco años, estuve compaginando el lápiz con la música. Tenía un grupo, Jarana, con el que editamos un álbum. Yo tocaba percusión y escribía canciones… También he hecho cositas en el mundo de la animación y el video clip…para Muchachito Bombo Infierno, Kiko Veneno
Así que como ves he ido dando tumbos por diferentes disciplinas…Aunque llega un momento en el que te das cuenta que debes centrarte en lo que más te gusta, y que además es lo que mejor sabes hacer… (o lo único…).

Yo me considero un dibujante y un contador de historias. Así, que la suma es muy sencilla: Cómic. Realmente es un medio de expresión cojonudo. Es muy íficil llegar al público, es cierto… pero uno tiene siempre la tonta esperanza de poder llegar a vivir de esto…

Toni Boix: «El cómic tiene un tempo único que lo aleja de la música y del cine. Está más próximo a la poesía. En la historieta el ritmo narrativo se decide entre autor y lector cosa que no ocurre con el cine y la música. Es un medio extremadamente abierto y enriquecedor. Algo sucede siempre entre una viñeta y otra. Algo que necesariamente debe de aportar el lector. En el cómic se debería hablar del lector como co-guionista«. ¿Qué opinas de estas palabras de Luis Durán respecto a lo que hace el cómic interesante para él?

Pedro Rodríguez: Pues qué voy a pensar…¡Qué Luis Durán es un poeta!
No…en serio, creo que no le falta razón. El cómic es un arte narrativo muy especial, ya que la secuencialidad y el ritmo vienen dados por un código mágico, la viñeta, que cada lector descifra a su manera. Esto requiere que el lector esté habituado a este código, quizás por eso cuesta tanto acercar el cómic a la gente que no los lee…Muchas veces pienso qué hace que se deje de leer tebeos al dejar la infancia. Un niño puede ver un tebeo sin saber leer y acabar de completar la historia con su imaginación…de hecho el aútentico guionista de esa historia es él. Eso es algo que el adulto parece haber perdido por el camino…

Toni Boix: Quizás el cómic rehuya a los espíritus pragmáticos. En este sentido, ¿es fácil para un autor de cómics español identificarse con un navegante mercader sin demasiada ambición como Omar, que sólo busca ir viviendo y disfrutar de la vida? ¿Has tenido alguna vez, contigo mismo o con alguna otra persona, una conversación parecida a la que tienen Omar y Andreas sobre si aquello que hace la vida valiosa son las cosas o las vivencias? ¿Para ti, exite la felicidad del vendedor de esponjas?

Pedro Rodríguez: ¡Para mí es la única felicidad que existe! Quizás suene tontorrón, pero creo que la clave de la felicidad reside en apreciar lo bello de la vida. Eso es algo que sabían muy bien los poetas sufíes de los que te hablaba antes. Por más que este mundo se empeñe en negarlo, la felicidad no es algo que se alcance desde lo material.

Esta historia habla un poco de eso, de dos visiones enfrentadas de la vida… Yo por supuesto me quedo con la de Omar. ¿Qué cosa mejor puede existir que disfrutar de la vida? No hablo de hedonismo, sino de amor … Cuando creé el personaje de Omar, en el fondo lo que hice fue dar rienda suelta a un yo imaginario, así que me identifico en gran medida con este marinero soñador… En cuánto a las conversaciones que mantienen los personajes, es algo a lo que le dí mucha importancia a la hora de escribir el guión.
Yo quería hacer algo un tanto especial, una historia de aventuras en la que primaran los personajes. Para ello intenté ante todo que fueran humanos, transmitir qué les mueve…y sí , claro que sus conversaciones pueden estar extraídas de alguna noche de tertulia intentando arreglar el mundo…

Toni Boix: Me llama la atención que te interese el sufismo, la mística islámica. Aunque claro, siendo Jynn-el-Rais todo un canto a la amistad, a la sencillez y a la maravilla de lo cotidiano, por lo que has dicho supongo que eres de los que descubren una dimensión transcendente en todas esas realidades. ¿Es así?

Pedro Rodríguez: Bueno, no soy un entendido en la materia, pero conecto de una forma especial con cierta filosofía mística, entendiendo el misticismo como una percepción de lo «divino» en la vida y en nuestro interior.
No hablo de ninguna corriente religiosa, ni mucho menos, sino de ese sentimiento que está por encima y quizás sea el origen de todas ellas. No quiero extenderme mucho en este tema, ya que me cuesta mucho explicarme, pero sí…creo que es en lo cotidiano dónde hay que empezar a buscar la felicidad, el placer, lo bello, el amor…al fín.

Rodríguez/L'Esparver

Toni Boix: ¿Apelar a un motivo tan universal como el desencuentro con el amigo idolatrado fue algo que se te ocurrió sin más o hubo una busqueda deliberada de un cebo argumental que pudiese generar identificación en los lectores?

Pedro Rodríguez: Bueno, la verdad es que hay algo de personal en ello. Alguna vez he pensado en mis amigos de la infancia…supongo que lo hemos hecho todos… Recuerdo en concreto a Javi, al que le perdí la pista al dejar la EGB. Eramos uña y carne, andábamos siempre juntos, enamorándonos de las mismas chicas… Para mí era bonito llevar ese sentimiento a Omar, un marinero del s.XVII. Vuelvo a lo de las pequeñas cosas… Creo que somos los mismos, vivamos en la época que vivamos, y que esos recuerdos nostálgicos bien podían darse también en aquellos hombres rudos y supervivientes…

Rodríguez/L'Esparver

Toni Boix: Hablando de eso, ¿cómo es que acudes a un personaje recurrente como vehículo para expresar tus inquietudes, algo frecuente tiempo atrás con ejemplos meritorios como Dieter Lumpen o Corto Maltés, pero que cada vez parece estar más en desuso? Y también, ¿por qué un marinero comerciante del Mediterraneo del s. XVII como Omar?

Rodríguez/OmarPedro Rodríguez: Has mencionado dos referentes para mí… Siempre me ha interesado más el personaje que transmite algo más allá del estereotipo. El caso de Corto Maltés es el paradigma de ello. Con Omar me propuse recuperar un poco esa manera de hacer (salvando las distancias, por supuesto), ya que como bien dices, anda en desuso. Quizás me interesa más el personaje que la historia, o me es más fácil crear una historia a través del personaje.
Hay otro caso, más clásico aún que aunque no tenga nada que ver con Omar siempre lo tengo presente a la hora de dar entidad al personaje. Es Spirit. Recuerdo que lo que me impactó cuando lo leí de niño, fue su carisma desbordante… Con Corto me ocurrió algo parecido, aunque en ambos casos estamos hablando de «dioses» del tebeo, claro…

¿Por qué situé a Omar en el Mediterráneo del S.XVII? Bueno, en un principio Omar no tenía una época definida. De hecho me planteé ubicarlo en un mundo ficticio, ya que quería mezclar en sus historias leyendas y mitos de todo tipo. Si tenía claro que su entorno sería el Mediterráneo, porque es el mar que conozco, y que además me apasiona su historia.
Después de un viaje a Creta, aún estuve más perdido, ya que allí puedes empaparte de 5.000 años de historia. Pero había algo que me llamó la atención…Las huellas de los Imperios Veneciano y Otomano, estaban muy presentes en el día a día…
Aquello, y mi predilección por el mundo de los corsarios berberiscos acabó de convencerme. También me pareció interesante la idea de movernos en un entorno secundario, ya que en aquel tiempo las grandes aventuras estaban en otros mares… En definitiva me atrajo la idea de una época convulsa y desordenada en la que nuestro pequeño mar era un enjambre de buscavidas de poca monta. No quise sin embargo renunciar al imaginario mítico del mediterráneo, y creo que la mezcla de ambos componentes serán las bases en las que construir futuras historias…

Rodríguez/Omar

Toni Boix: Por lo que dices, el Mediterráneo es, en cierta manera un personaje más en la historia. Y muy vivo. Parecerá una cursilada, pero te diré que a través de tus dibujos casi me sentía capaz de notar el olor del mar. Tú nos lo retratas como un escenario repleto de posibilidades, pero hoy en día todo lo relacionado con él parece haber caido en el saco de lo puramente folclórico. Para la mayoría de la gente esas, sus raíces, parecen haber perdido fuerza y atractivo en pro de lo que viene de fuera, llamesele Japón o Estados Unidos. ¿Qué opinas de eso? ¿No había ya suficientes riesgos en tu propuesta como para asumir este otro de apelar a un escenario «pasado de moda»?

Pedro Rodríguez: La verdad es que uno no se plantea esas cuestiones como riesgos. Para mí el cómic es una plataforma de libertad absoluta, y si consigo o no conectar con el público será porque acepten en mayor o menor grado mi propuesta.
Me halaga eso que dices del olor del mar (me lo han dicho en alguna otra ocasión…y es uno de los mejores cumplidos que ha recibido Omar…), por que efectivamente, quería darle entidad al Mediterráneo. Como te decía antes, soy un enamorado de la cultura mediterránea. No he viajado mucho, pero he encontrado muchos nexos comunes en Italia, Grecia, Túnez, Marruecos… Realmente creo que formamos parte de una misma manera de entender la vida, por encima de gobiernos y religiones…Es esa esencia la que me cautiva, y la que quise trasladar a Omar.

Rodríguez/Omar

Por otro lado me parece un marco riquísimo para ubicar el género de aventuras. Quizás no esté de moda, pero es que tampoco sé hasta qué punto mi trabajo sigue las directrices del momento. De hecho lo que me propongo es recuperar un tipo de cómic que yo, personalmente, echaba de menos… Pero no creo ser el único, ni el primero…ahí están Durán, Blain, y algún otro…
En cuánto al la preponderancia de lo americano y lo japonés, sinceramente creo que es tan sólo una cuestión de potencial industrial. El Cómic europeo, y más concreto el español, no puede competir hoy por hoy ante tales gigantes…aunque creo que la manera de hacerlo es ofrecer al público alternativas y no intentar clonar su modo de hacer.

Toni Boix: Has nombrado ya algunos autores afines a ti y también alguna fuente de inspiración para Omar. Ahora hablas de evitar productos clónicos. ¿Cuáles han sido tus referentes autorales y de qué manera has intentado traducir su propuesta a la tuya sin acabar en la copia ni el homenaje?

Pedro Rodríguez: Todos estos que te he nombrado anteriormente son los referentes que se me ocurren… Quizás debe haber algún otro pero de un modo más subsconsciente.
Creo que a la hora de crear una obra hay que hacerlo desde la honestidad, y eso implica por un lado no negar tus referentes y por otro tener voz propia. Yo trabajo de una forma natural, casi automática, y por ello a la hora de crear, no tengo presente nada que no sea lo que estoy haciendo. Supongo que es luego, y no yo, sino el lector, el que encuentra afinidades con uno u otro autor.

Toni Boix: Comentas que te acercas de manera casi automática a cada obra, pero llama la atención que tienes muy diversas maneras de acercarte a ellas. Por ejemplo, en Jinn-el-Rais la línea es mucho más rasgada y sucia que en otras historias de Omar. ¿Por qué se produce ese cambio? ¿Piensas que era un tipo de línea que permitía acoger mejor el tratamiento de color que pretendías darle a la historia?

Pedro Rodríguez: Eso es algo lógico en la evolución de mi estilo. No me siento todavía casado con una línea determinada, y supongo que será el tiempo el que acabe de definirla.
Este cambio si era un cambio consciente, pero el motivo no tiene que ver con el cómic sino con la ilustración. Como te he dicho, yo me gano la vida con ésta última, y cuando comencé con Jinn-el-Rais acababa de ilustrar un libro muy meticuloso y elaborado (El
Gran Libro del Miedo, ed.Parramón
). Este era un libro enorme con muchísima ilustraciones trabajadas hasta el menor detalle…por eso cuando arranqué con el álbum, tenía ganas de soltar la mano, de trabajar con frescura, de disfrutar…Incluso trabajé los originales a tamaño real, consciente de que esto disimula menos el error…De hecho hubo muy pocos pasos del boceto al acabado…
El resultado se acerca bastante a lo que pretendía, pero no quiere decir en absoluto que el próximo álbum siga por el mismo camino…

Rodríguez/El 
Gran Libro del Miedo

Toni Boix: Otro detalle creativo que llama la atención en Jinn-el-Rais es ese uso de las convenciones de un género narrativo determinado para aligerar la historia. De la misma manera que Miller usa en Batman: Año Uno el género policíaco para imprimir una velocidad sincopada a la acción, con escenas muy breves y muchas elípsis que permiten detenerse sólo en los elementos más personales de la historia que se está explicando. Tú haces lo propio con el género de aventuras de piratas y así poderte centrar en lo que viven los personajes. ¿El uso de esta estrategia argumental también fue premeditado o salió sin más?

Pedro Rodríguez: Hay algo de premeditado y algo de fortuito… Sí tenía claro que quería obviar los momentos más puramente de género (luchas, acción…), para evidenciar que lo que me importaba era el otro ángulo de la historia, el personal. Aunque debo confesar, y aquí viene lo fortuito…, que el hecho de moverme en 48 páginas, y no en 52 o 64, me hizo ser muy selectivo con el contenido…

Toni Boix: Pues ya con esto llegamos al final de la entrevista. Ni que decir tiene que ha sido un placer para mí compartir esta «charla» contigo y sólo me resta preguntarte que futuros proyectos creativos tienes en mente, en ciernes o «en ilusión».

Pedro Rodríguez: La verdad es que no me puedo quejar en cuánto a proyectos se refiere… El único problema es el tiempo…Ahora estoy metido de lleno en ilustrar un libro de relatos de aventuras clásicos (Verne, Stevenson, Salgari, Melville…). Cuando termine con esto, tengo dos joyitas de proyectos de cómic, uno con Jorge García, y otro con Valenzuela. A ver cómo me lo monto, porque entretanto nacerá mi hija!!!!
También tengo en la cabeza seguir con Omar, de hecho ya tengo pensada su siguiente aventura, así que ya veremos…

Toni Boix: Mucha suerte.

Rodríguez/El 
Gran Libro del Miedo

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Toni Boix
“Me llamo Toni Boix y soy un DC-Adicto”. A pesar de que mi niñez esté inundada de Sal Buscema y mi adolescencia de Spirit, Metropol, Cimoc y Zona 84. Porque Zinco me devuelve al redil. Zinco y Wolfman y Perez y Moore y Totleben y Gibbons y Miller y Bolland y García López. Después, el ansía. La escasez. La falta absoluta de alegrías. Mueren las revistas de cómics y Zinco vegeta. Mi ilusión se marcha a hacer las Américas. Suerte del Previews… y de los cómics que se malvenden. Le pido a Raúl López que me deje escribir una reseña en Zona Negativa promocionando Fallen Angel… y el resto es esta historia.
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Alberto Benavente
1 junio, 2006 12:19

Ale..a sumarle esto a los 100 euros famosos….sigh. Te odio,Toni. 😉

Josep Rom
Josep Rom
1 junio, 2006 23:19

Preciosa entrevista Toni.
Pienso leerme este cómic. Por cierto, la entrevista me ha hecho pensar en la tradición de las historietas de marineros. Si los blegas piensan en los mares del sur, como Le Gall o Hermann i Grec, me parece lógico que alguien de aquí piense en el exotismo del Mediterráneo.

Rafa T.
Rafa T.
2 junio, 2006 9:35

Genial entrevista Toni, enhorabuena a los dos!!!
Hace poco que leí el tebeo y ciertamente me ha encantado. Rezuma un ambiente que engancha, que hace pensar que hay más contenido que el estrictamente dibujado, y que invita a la relectura … que por otra parte se asemeja a la sensación que me causan las obras de Luis Durán.
Un saludo.

fernando de france
fernando de france
3 junio, 2006 20:04

Estoy de acuerdo, esta historia es preciosa y su autor un auténtico descubrimiento. Espero que tengamos la suerte de poder seguir disfrutando de sus historias.

Marinero
Marinero
17 diciembre, 2006 13:57

Muchas gracias a Toni Boix por ofrecernos esta entrevista. Me compré su tebeo en el Salón del Manga Jerez y fue una sorpresa muy grata.
Me gusta mucho su estilo, ese toque de brocha gorda, como bien dice él respira libertad y eso enriquece el aroma de la historia.

Le deseo lo mejor y que el viento sople a su favor.