Jóvenes Titanes: Trampa Mortal

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Guión: Sean McKeever y Marv Wolfman
Dibujo: Varios
Correspondencia Original: Teen Titans Annual #01 Titans #12-13, Vigilante #05-06, Teen Titans #70-71
176 páginas – 13,95€

Trampa Mortal consigue, en primer lugar, que se valore con especial cariño a los crossovers que tienen la dignidad de abarcan a varias series porque hay algo relevante que aportar en todas ellas, porque se pretenden introducir cambios en los personajes o porque persigue contar una historia que, de tan grande, no cabe en una sola colección (macrosagas, macroacontecimientos y demás cosas con “macro” por delante). No deja de ser una medida engorrosa y desagradable que interfiere en los planes de guionistas y colecciones, que interrumpe el transcurso natural de la serie y que obliga a comprar ejemplares en los que el lector quizá no estuviese interesado por razones perfectamente válidas (poca atracción por el personaje, el equipo creativo, etc.). Es decir, que es un movimiento costoso pero en ocasiones, justificado y puede que hasta positivo. Sin embargo, Trampa Mortal no merece un cruce entre colecciones. Cierto es que la historia afecta a las tres series que abarca y que el villano actúa como nexo de varios grupos y personajes, pero se nota a la legua que la trama (y sus consecuencias) no tienen la magnitud necesaria para justificar tanta presencia.

Se trata de la enésima historieta en la que el villano elabora un plan que cualquiera salvo él podría adivinar que está condenado al fracaso más estrepitoso: no es especialmente inteligente ni enrevesado, ni siquiera es sorprendente u original, y en líneas generales recuerda más a cualquier atentado del tres al cuarto más propio de Hidra que del villano que sirve de pilar de todo el crossover. Podría utilizarse su frágil estado mental para justificarlo: “no le pidas gran cosa a un chalado”. Sin embargo, ni siquiera este recurso exime a la amenaza principal de ser un completo despropósito a todos los niveles. No interesa ni en la forma (ramplona, inane, aburrida) ni en el fondo (genérica, débil, sin ninguna esperanza de llevarse a término), lo que arrastra al tedio a un crossover que se lo juega todo a una carta que resulta ser un triste cuatro de picas.

Se notan los esfuerzos por que tanto la historia como el villano y su plan resulten chulos, y sería de agradecer si el resultado no fuese tan decepcionante. En primer lugar, hay numerosas escenas de acción superfluas y estiradas que no tienen ningún propósito (¿ser más entretenidas, quizá, siguiendo el viejo tópico de que lo único entretenido en un cómic son las peleas?) y no aportan nada de sustancia al conjunto de la historia. Tampoco están muy bien dibujadas, ya puestos, aunque ese es un punto que trataremos más adelante. También hay una cantidad nada desdeñable de drama que no funciona porque se maneja mal a los personajes – o bien se recurre a los rasgos más típicos de su personalidad o se cambia directamente – y porque en ningún momento te crees que estén enfrentándose a una amenaza de primer nivel: Trampa Mortal rezuma desde las primeras páginas un considerable tufo a historia de relleno sin ningún tipo de futuro, por lo que las caras largas de los personajes no despiertan tensión ni empatía, sino un “vamos, que tampoco es para tanto”.

El tratamiento de Jericó es flojo en el mejor de los casos y de risa en el peor. Se acepta que quieran darle una personalidad de psicótico asesino, a fin de cuentas, Johns también lo hizo, aunque con algo más de elegancia. Sin embargo, incluso partiendo de esa premisa se agradecería algo más de profundidad, un retrato más detallado del personaje, unas motivaciones algo más elaboradas, puede que hasta unas líneas de diálogo más trabajadas. Lo que tenemos aquí no es un ser de pura maldad, demenciado y peligroso: es una broma estridente y exagerada, un vociferante lunático de “bwa-ha-ha, os mataré, os mataré a todos” cuyos delirios están narrados y conducidos con la sutileza de una rueda de prensa de Mike Tyson. Huelga decir que, dada lo poco amenazante de su… bueno, de su amenaza, y perdón por la redundancia, no despierta el menor miedo ni resulta un peligro, por lo que es imposible tomárselo por un demente peligroso (léase Joker). Tampoco se ha dado ninguna dimensión nueva o profundidad adicional a sus poderes, cuyos resultados podrían obtenerse con cualquier forma de control mental: esto, unido al hecho de que ya los hemos visto en acciones en innumerables ocasiones, da lugar a que en ningún momento resulten sorprendentes o impactantes sino todo lo contrario. El personaje en su globalidad está completamente desaprovechado y tratándose de un elemento clave del arco argumental, es una carencia importante.

Las desgracias no terminan aquí. ¿Qué necesita un villano poco competente para funcionar, aunque sea bajo mínimos? Unos héroes igual de eficaces en lo suyo. Tanto los Jóvenes Titanes como los Titanes en ningún momento están a la altura. De los Jóvenes Titanes podría esperarse cierta torpeza: a fin de cuentas, varios de sus personajes no llevan mucho en esto de los superhéroes, aunque cuentan con veteranos que podrían aportar algo de experiencia. Sin embargo, el caso de los Titanes es directamente sangrante. Flash y Arsenal han estado en la Liga de la Justicia, por amor de Dios. Starfire, Cyborg y Beast Boy llevan combatiendo el crimen desde antes de que se inventasen los balcones de madera y se espera algo más de ellos. Su falta de iniciativa y resolución, su permanente reaccionar a los acontecimientos, su exagerada consternación por un enemigo que no convence en una sola viñeta y su tendencia a caer en trampas mil veces vistas (¡el enemigo ataca desde dentro!) hacen que el personaje de Tommy Lee Jones en No es país para viejos parezca un avatar de la decisión y la pericia.

Comentario

La presencia del Vigilante no ayuda. Su inclusión, apenas justificada por su papel en la historia, resulta forzada. Su caracterización es simple y sus textos, poco inspirados. Su última acción es dura e impactante, considerablemente violenta y llega a sorprender cuando nada más en este tomo lo consigue. En suma, no es una adición desastrosa, pero tampoco aporta nada sustancioso ni creo que vaya a atraer a muchos lectores a su colección (¡mucho menos en España!). Da la impresión de que se haya metido en medio con calzador por aquello de que cuantas más colecciones abarque un crossover, más importante es éste.

Antes de pasar a analizar el dibujo, cabría llamar la atención sobre un aspecto que se ha descuidado hasta extremos cómicos, y es la consistencia. No debería ser muy difícil coordinar a un puñado de dibujantes profesionales para acordar una serie de puntos que han de respetarse por todos, incluyendo escenas clave: si un personaje al final del número dos presenta un aspecto, debería tener exactamente el mismo al principio del tercero. Esa, a fin de cuentas, es una de las tareas de un editor, aunque recientes injerencias y puñetazos en las mesas de Marvel y DC al grito de “aquí mando yo” puedan sugerir lo contrario. Lo que quiero decir es que (el spoiler que sigue no tiene mucha relevancia, pero dejémoslo oculto por si acaso…)

Aviso de Spoiler

si disparan a Cyborg en la cabeza en un número, en el siguiente no debería aparecer con ella intacta


Y más casos. Si aparece un policía vestido de uniforme, en su próxima aparición no debería lucir una camiseta con la placa en el hombro. Si se utiliza un arma de aspecto sencillo y color negro, que siga siendo así en el siguiente número, no que se haya transformado en un pistolón de ciencia ficción plateado. Etcétera. Cierto es que no dejan de ser detalles, pero si se va a planear un cruce entre colecciones debería ser uno de los aspectos a cuidarse.

La siguiene imagen es un ejemplo clarísimo de este aspecto. Puede considerarse spoiler, pero… como que no es muy relevante. No obstante, la ocultamos para los más precavidos.

Aviso de Spoiler

Comentario

El dibujo también es francamente mejorable en muchos aspectos. Dagnino es regular en general (¿recuerda vaga, vaguísimamente a McKone en ocasiones? A mí me lo parece…) pero comete algunos errores de gravedad. Su técnica es mejorable: en las primeras páginas podemos ver claramente que la distancia que separa a la Torre de los Titanes del agua es demasiada como para que Aquagirl la recorra de un salto desde el punto más alto, lo que lleva a pensar que quiere suicidarse en vez de darse un baño. Sus Jóvenes Titanes parecen de todo menos jóvenes: demasiado altos, demasiado musculosos, rasgos de adulto, poses de póster. Hablaba recientemente con David Fernández de que uno de los motivos por los que Quitely está a galaxias de la mayoría de dibujantes es, entre otras cosas, que cuando le pides que dibuje algo dibuja lo que le has solicitado y no lo que le sale de las narices. ¿Un ejemplo? Si le pides que dibuje un niño metido a Robin, dibuja un personaje que es claramente reconocible como un niño. Le pides que dibuje un joven a Dagnino y dibuja… en fin, conozco muchas personas de veintivarios años con aspectos más juveniles. Pero muchas. Sus expresiones – tanto faciales (¡esa pose de grupo con Obús y Blue Bettle apretando dientes!) como físicas – son muy mejorables y todo está salpicado de detalles irritantes: en una viñeta la cabeza de Wonder Girl es el doble de gruesa que su tripa y cuanto menos hablemos de la cabeza de Beast Boy en forma de Gorila, mejor.

Ángel Unzueta ha mejorado bastante con respecto a trabajos anteriores: sus posturas son menos forzadas, sus expresiones son algo más suaves y el nivel de detalle ha aumentado sensiblemente. Sin embargo, algunas taras inherentes a su estilo se mantienen: caras estridentes o exageradas hasta lo cómico afean el resultado global. Ganaría enteros si afinase esos aspectos. Lyle es terrible en todo lo que no sea dibujar cuerpos estáticos, su estilo pegaría con las tramas urbanas y oscuras del Vigilante pero chirría como uñas sobre pizarra al juntarse con los coloristas ejemplares de Titanes y Jóvenes Titanes. Por otra parte, alguien debería hacerle ver algún que otro documental para que aprenda las diferencias entre una anaconda y Jormungand, la serpiente nórdica que da la vuelta al mundo hasta morderse la cola. Bennett es bueno en el mejor de los casos, siendo éste uno de sus trabajos más descuidados.

Comentario

En resumen, Trampa Mortal tiene poco de mortal y mucho de trampa del Coyote: poco convincente desde un comienzo y con un resultado aparatoso, aunque mucho menos cómico en este caso. La historia, el desarrollo, los personajes, el villano, su plan y el dibujo son un completo despropósito de principio a fin en el que solo se salvan de la quema aspectos puntuales, siendo el conjunto un gran desastre. Crucemos los dedos porque la serie remonte, porque este primer número no va a enganchar a nadie.

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Sergio Robla
Admin
1 marzo, 2010 16:34

¿Cómo se pronuncia «Dagnino»? 😛

jorgenexo
jorgenexo
1 marzo, 2010 18:46

Malos tiempos para la lí ri caaaaa…

afl
afl
1 marzo, 2010 21:00

que lastima q dc no tenga nada q aportar.
creo q estaran de acuerdo q los titanes en todas sus presentaciones nunca han funcionado,
pero ahora estan peor.
el dia que dc entienda que la fuerza de ese equipo dependera de no ser una imitacion mini de la jla se alcanzar algo, mientras tnto, q hueva dan. fuera didio de dc

Martin
Martin
1 marzo, 2010 21:45

JAJA, No te gustó ¿no??

Lord Deu
Lord Deu
2 marzo, 2010 3:08

Esa es la diferencia entre los Marvelitas y los Deceros, cuando un decero lee una mierda en DC, no tiene empacho en reconocerlo.
Mientras que un Marvelita al leer mierda en Marvel,  defiende la mierda autoconvenciendose de lo buena que es.

alfa primitivo
alfa primitivo
2 marzo, 2010 7:22

Y la serie de Titans es pésima, pero con los cambios que se vienen a ver que tal, me desesperaba la manera de desperdiciar esos personajes.

jorgenexo
jorgenexo
2 marzo, 2010 8:40

La mierda está en todas partes, L.D., en todas partes. Pero las hay que huelen peor que otras, sobre todo cuando surgen de conceptos tan cojonudos como los Nuevos Titanes ochenteros o de la Patrulla X claremontiana: con determinadas obras debería de haber ocurrido como con Los Beatles, un punto final en lo más alto. Lamentablemente, con la dilatación de las series ocurre como con estos grupos que se reisten a tirar la toalla y vuelven una y otra vez: de vez en cuando, muy de vez en cuando, vuelven a ofrecer algo digno de mención, pero generalmente acostumbran a ser una parodia de lo que fueron, porque fueron tan grandes que cualquier intento de reproducir glorias pasadas es vano. 

Horatio
Horatio
2 marzo, 2010 13:03

No he comprado ese tomo ni lo haré.

A favor de Lord Deu. Me gustaría un poco más de sencillez y objetividad con Marvel. Todavía recuerdo la frase de un marvelita proclamando: Necrosha es como Blackest Night, solo que bien planteada. Lo que hay que oir.

Parece que está permitido machacar a Blackest Night y a Geoff Johns pero no se puede realizar ni una crítica negativa de Necrosha ni de Marvel. Hay bastantes cosas de las que hablar y comparar no es lo más acertado. Pero ese es otro tema. No comencemos aquí ni a pelearnos ni a desvirtuar el tema. Solo he puesto un ejemplo representativo y el frasecita no es ni mía.