Reseña del crossover Sacrificio

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¿Hasta donde estaría dispuesto a llegar un héroe para proteger a sus seres queridos? No estamos hablando del hombre de la calle. Ese lo tiene fácil para mandar su código moral a soplar gaitas en cuanto alguien amenaza a su familia y amigos. No tiene que ser un referente para otras personas, ni para otros héroes. No es excepcional, ni tiene que ser de modelo de nadie, por lo que se puede permitir una cierta despreocupación a la hora de tomar medidas expeditivas si la situación así lo exige. Pero, ¿y los héroes? ¿Cómo explicas a los héroes que aspiran a ser como tu que carbonizaste a aquel tipo porque era una amenaza y no había otra forma? ¿Cómo tranquilizas a la gente después de haberle roto el cuello a un enemigo con chasquear los dedos? ¿Cómo convences a todo el mundo de que ese ataque de furia no se volverá a repetir, y que fue por el bien de todos? Y sobre todo, ¿cómo sabes que eres mejor que aquel al que acabas de matar?

Entre otras cosas, este era uno de los elementos centrales de la exitosa miniserie Identity Crisis. Hasta donde están dispuestos a llegar los superhéroes para defender a aquellas personas que quieren y que no pueden lanzar rayos por las manos en caso de ser atacadas. Pues bien, Sacrificio, el crossover que mete en la batidora las tres series de Superman, el número de Wonder Woman y el de OMAC Proyect, va por los mismos derroteros, pero desde otra perspectiva, menos centrada en los familiares y las identidades secretas (aunque también lo emplea) y más en proteger de una amenaza descontrolada. Pero, debajo del mensaje que intenta transmitir, de la intención y de lo relevante de los acontecimientos, ¿qué tal está Sacrificio?

Para empezar, es un crossover. Es decir, hay claras irregularidades y la historia en general está un poco estirada. El primer número, la serie Superman de Verdhein y Benes es claramente el peor de los cuatro, con un guión justito y un dibujo abotargado con sonido de dientes rechinando. El planteamiento, por lo menos, se establece de forma sólida y plantea unas interesantes dudas, dejando con ganas de leer y saber más. Así que, en líneas generales y tirando a lo bajo, se puede decir que cumple con su cometido, aunque con otro dibujante el resultado habría sido mejor.

El segundo, el Action Comics de Simone y Byrne repite el esquema del anterior, con algunas variaciones, más (y mejor) diálogo y una sorprendente revelación final. La interacción de Superman con los demás héroes está escrita con sobriedad y mucho estilo, y todos reaccionan como corresponde en una situación semejante, en vez de empezar a pegarse entre ellos. Sin embargo, la historia no avanza demasiado, al seguir los pasos del número de Superman, y es su punto más flaco. En cuando a Byrne, está mejor que en otros trabajos como Doom Patrol. Si lo comparamos con su Man of Steel, esta vez el dibujo es algo menos armónico pero mucho más suelto e intuitivo, ganando en detalle y potencia al narrar las escenas de lucha.

Luego pasamos al Adventures of Superman, de Rucka y Kerschl. Aquí la historia si avanza, se aclara todo lo ocurrido y se da el pistoletazo de salida hacia el final. Buen diálogo, buen tratamiento de los héroes y una revelación previsible (no por mala ejecución, sino porque el final del número #03 de OMAC Proyect ya dejaba bastante claro por donde iban a ir los tiros). El dibujo es limpio y claro, a veces hasta sencillo, pero bueno en general.

Y terminamos con el plato fuerte, que es el número #219 de Wonder Woman, de Rucka y varios dibujantes entre los que se cuentan Rags Morales, David Lopez y Tom Derenick. Y aquí… bueno, pues las cartas están encima de la mesa, las revelaciones reveladas, y ahora toca ponerle punto final. Hay una amenaza, una amenaza de una magnitud apabullante que nadie podría frenar, y es el pánico empleado como arma. El villano se vale precisamente del miedo de todo héroe de que un enemigo descubra su identidad secreta y ataque a sus puntos débiles: a sus vulnerables familiares y amigos. Lo hace con frialdad, con eficacia, con maldad pero sin regodeos. Da bastante miedo, el cabrón. La resolución es básicamente una larga y espectacular pelea, con una conclusión que apuesto a que tendrá consecuencias.

¿En resumen? Cuatro números que van desde lo flojo hasta lo bueno. De media, podría decirse que Sacrificio se merece un bien y medio. ¿Es tan importante leerlo para leer el #04 de OMAC Proyect? Es bastante importante, sí. Puedes hacerlo, pero te estarás perdiendo un montón de cosas y no sabrás cómo se ha llegado a la situación del #04 (aunque se puede adivinar). ¿Es realmente tan espectacular y va a traer tanta cola? Pues es posible, sobre todo en lo que a la relación entre superhéroes se refiere, y es un peldaño más en la escalda de tensión que se respira en el Universo DC y que explotará en Infinite Crisis. Sería injusto valorarlos únicamente como una historia para tener pelea espectacular al final, ya que toca algunos temas interesantes, dándoles algunas vueltas de tuerca y enfocándolo desde otro punto de vista. Y sobre todo, emplea bien el recurso al comienzo de la reseña mencionado, ¿hasta donde estaría dispuesto a llegar un héroe de verse en esa tesitura? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de sentir que se ha fracasado al ayudar a las personas cercanas? ¿Cómo puede aprovecharse tu enemigo de esa enrome debilidad? Y, al final, si una amenaza es tan grande que puede acabar dañando tanto a héroes como a mundanos, ¿justificará el fin los medios? ¿Y cuales serán las consecuencias? Eso, amigos, es algo que todavía está por ver.

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